El césped retráctil del Bernabéu es un espectáculo que producirá 450 millones anuales
El sistema de quita y pon funciona a la perfección, se coloca y se retira en seis horas y permitirá organizar eventos diarios en el estadio
Las seis láminas verdes que se guardan en el hipogeo son cuidadas con riego y temperatura adecuadas de tal forma que la hierba está perfecta, ya sin el problema del polvo de la obra
Hubo miedo de no poder llevar a cabo la gran obra que convertirá al Bernabéu en el centro neurálgico de Madrid todos los días del año. La cercanía del metro en las profundidades del Paseo de la Castellana era un enorme problema para construir una cueva de cuarenta metros en la que colocar las seis láminas que hoy forman el césped del estadio. Los ingenieros y los arquitectos encontraron la solución al situar el hipogeo en el lado oeste del Bernabéu, al lado del Paseo de la Castellana.
El Real Madrid consiguió así dar un salto grandioso como empresa. El césped retráctil permitirá organizar toda clase de eventos en el Bernabéu, que será el epicentro de la capital de España. Y el sistema, que guarda la hierba en la cueva con un cuidado científico, ha solucionado el dilema a los futbolistas y al entrenador: el campo está perfecto.
Florentino Pérez decidió aumentar el crédito de la obra de Chamartín y extender la construcción en el tiempo cuando estudió la posibilidad de instalar el césped retráctil en el Bernabéu. Quitar y poner el campo de juego era una opción empresarial suprema porque permitiría organizar todas clase de conciertos, eventos y otros espectáculos deportivos en el centro del estadio durante los 365 días del año.
Esa duplicidad de uso, futbolístico y lúdico, era la puerta abierta para obtener una cifra importante de ingresos ajena al balón que colocaría al Real Madrid en disposición de pelear con los clubes-estado de Qatar y de Kuwait, que se llaman PSG y Manchester City.
El césped está como nunca
La obra del césped retráctil ha dividido el campo en seis láminas que pesan una tonelada y media cada una. Las seis láminas son colocadas en seis horas en el campo cuando hay partido y son retiradas en otras seis horas para guardarlas en la cueva, donde son cuidadas con riego, temperatura y rayos infrarrojos.
El Santiago Bernabéu es ya el mejor estadio del mundo
El tratamiento de la hierba en ese hipogeo del flanco oeste ha solventado el problema del estado del campo. La temporada pasada, los futbolistas se quejaron del césped, porque el polvo constante que generaba la remodelación del estadio afectaba a la hierba, que se encontraba seca y como si tuviera arena. El club cambió en cinco ocasiones el tapete más o menos verde para atacar un hándicap que tenía a la obra como principal causante.
Ahora, los trabajos más importantes del Bernabéu están prácticamente acabados, se rematan los palcos Vips como rúbrica de la reforma estructural, y el césped no recibe polvo y se encuentra en un magnífico estado, una mejoría que se alimenta con la conservación ideal en la cueva, con calor artificial y la humedad precisa.
Se acabaron las heladas
Hasta hace un lustro, y durante decadas, la hierba de Chamartín sufría problemas en invierno porque el sol no daba sobre la mitad sur del campo, tapada por la altura de la grada de Concha Espina. Había calefacción bajo el césped. Ahora se ha eliminado ese problema. El campo, partido en seis láminas de 1.500 kilos cada una, vive la mayor parte de su vida en el hipogeo, con riego y temperatura idónea. Nunca sufrirá heladas, ni los avatares del clima. Solo se expone cuando es colocado al aire libre para un partido con 48 o 72 horas de antelación.
El éxito técnico y empresarial del campo retráctil se suma al espectáculo de la cubierta móvil, en una exhibición de tecnología punta única en el mundo. Porque no existe en el planeta un estadio que quite su césped y lo guarde en el mismo recinto. El Tottenham y el Schalke, en campos más pequeños, retiran las láminas del campo para guardarlo fuera de él. El Real Madrid ha conseguido la proeza de tener el hipogeo en sus adentros, en el centro económico de Madrid, al lado de la puerta B del coliseo, paralelo al Paseo de la Castellana.
Del césped móvil al centro de negocio
La ironía que se gasta en Valdebebas es que el Bernabéu será un centro multiusos de negocio y el Real Madrid pedirá permiso para disputar allí 19 partidos de Liga, siete de Champions como máximo y alguno de Copa. Veintiséis fechas de fútbol y 338 días para todo tipo de eventos.
La clave de toda esta megalomanía de construcción es que se ha extendido la remodelación durante dos años más porque la retirada del césped transforma el Bernabéu en el centro de negocio de Madrid.
Proyección de cómo quedará el estadio Santiago Bernabéu una vez acabado
El estadio multiusos tendrá más de 30.000 personas cada día, pues su sede albergará restaurantes tanto de alta gama como de precios populares, para todos los bolsillos, además de tiendas y el Sky World, situado arriba, en el cielo de Chamartín, donde se podrá ver todo Madrid mientras se come y se toman consumiciones en la que será la barra más larga del mundo, que rodeará el diámetro del campo en la altura.
Taylor Swift da el banderazo
El centro multiusos estará a pleno rendimiento en mayo, cuando Taylor Swift, con su moderno country y sus otros registros musicales, inaugure los grandes conciertos del Bernabéu el 30 de mayo.
Se calcula que el Bernabéu producirá 450 millones al año. Un 30 por ciento de ese dinero será para Legends, la empresa estadounidense controlada por Sixth Street especializada en la explotación de estadios, que adelantó 360 millones al Real Madrid para encargarse del negocio durante veinte años.