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Tchouaméni es sinónimo de seguridad para Carlo AncelottiEFE

El fichaje del central del Real Madrid es Tchouaméni

  • Ancelotti está contento con el rendimiento del francés como defensa. Domina el fútbol aéreo, lo corta todo por bajo y despeja el peligro sin contemplaciones

  • Es el jugador que mejor se adapta al nuevo puesto y en Alemania volverá a tener esa misión

En el Real Madrid no sorprende el rendimiento de cualquier futbolista en otra posición que no sea la suya porque, como dice Florentino Pérez, muchos futbolistas juegan en otro puesto en este club ante la calidad que posee la plantilla. Hay mil ejemplos. Bale siempre jugó por la derecha, Rodrygo lo hace por esa misma banda, Camavinga ha sido lateral izquierdo y tanto Nacho como Carvajal han ejercido como titulares en mil cometidos. Pero ser central tiene miga. Es una misión clave para evitar los goles del contrario. Un delantero puede disparar fuera. Si un central falla, cuesta un gol. Y el funcionamiento de Tchouaméni como defensa es la gran noticia para todo el cuerpo técnico.

Es el futbolista que mejor se adapta a esta difícil labor de stopper. Sus 187 centímetros son un muro en los balones por alto. Su corpulencia y colocación le permiten cortarlo todo también por bajo. Y en las jugadas peligrosas despeja sin miramientos y se olvida de sacar el balón jugado. Es muy práctico este francés de 24 años y 82 kilos de peso, un tanque potente del que sales malparado si chocas con él. Te duelen hasta los higadillos. El central estaba en casa y se llama Aurelien Tchouaméni.

No se piensa fichar

El fichaje es el francés. El Real Madrid no tiene pensado acudir al mercado, aunque las lesiones de larga duración de Militao y de Alaba le permiten hacerlo en cualquier momento.

El presidente de la entidad lo comentó coloquialmente cuando Alaba sufrió la triada, la misma dolencia que Militao y Courtois: Tchouaméni puede jugar atrás y así hay más sitio para todos. Dicho y hecho. En efecto. El plantel blanco tiene ocho centrocampistas que merecen ser titulares y colocar a algunos de ellos en otros cometidos, porque son multiusos, deja hueco a otros compañeros. Ya vimos cómo Camavinga fue lateral porque en ataque se convertía realmente en un quinto mediocampista. Ahora Tchouaméni es central y permite que «Cama», como le llama el vestuario, ejerza de pivote, que es su plaza prioritaria.

Tchouaméni y Camavinga son dos jugadores de fuerza bruta y son los idóneos para ocupar puestos en la retaguardia gracias a unas condiciones físicas soberbias. Es lo que Ancelotti ha hecho con ellos en diferentes fases de la temporada. El resultado de estos experimentos es que el Real Madrid goleó al segundo clasificado de la Liga sin un central de verdad. Aunque Tchouaméni está rompiendo esta última frase. Quizá también sea un stopper de verdad.

Militao y Bellingham, ante el Leipzig en marzo

El Real Madrid produce la mitad de las noticias y acapara todas las tertulias del fútbol español. El debate del madridismo es que el club debería fichar un central aunque sea cedido. La dirección deportiva no lo ha hecho hasta ahora.

Tchouaméni se coloca como central ante las bajas del Real Madrid en defensaAFP

El estado físico de los centrales es el siguiente: Rüdiger continúa de baja, Nacho ya tiene el alta para disputar la Champions y Ancelotti espera conseguir la reaparición de Militao en marzo. Alaba está descartado hasta la próxima campaña.

El plan físico de Militao, que se lesionó en agosto frente al Athletic, es que pueda competir el 6 de marzo ante el Leipzig en el Bernabéu o cuatro días después ante el Celta en el mismo escenario. Ese partido de vuelta de la Copa de Europa es la fecha que se ha marcado Bellingham para volver tras el esguince de tobillo sufrido ante el equipo gerundense.

El primer plan de la siguiente temporada en el capítulo de centrales es que Rafa Marín regrese del Alavés y se incorpore a la plantilla madridista. Y el gran objetivo es que Leny Yoro no renueve con el Lille, acaba contrato en 2025, y consiga ser traspasado a la casa blanca por un precio menor a los 60 millones que piden hoy los franceses. El chico de 18 años tiene la sartén por el mango y debe saber mover sus cartas.