Ilkay Gündogan y una altura en el campo que marca el techo del Barça
Válido para todo, las distintas formas de usarle explican las intenciones y las posibilidades de Xavi y este Barça
Xavi ya suma dos expulsiones y 22 tarjetas en 132 partidos oficiales
Uno tiene la sensación de que el fichaje de Gündogan por el Barcelona pasó, y está pasando, muy de puntillas. El centrocampista alemán fue uno de los pilares fundamentales del Manchester City de Guardiola, uno de esos jugadores que explica el éxito tremendo de la empresa llevada a cabo por Pep en Inglaterra. Y un destino, Mánchester, a donde Gündogan llegó tras brillar en el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, el último equipo ganador de la Bundesliga no llamado Bayern de Múnich.
Gündogan ha sido un centrocampista capaz de dominar y brillar en multitud de contextos. En un equipo más contragolpeador y de ritmos altos como ese Dortmund, o en uno más propositivo y dominador como ha sido este City. En un rol más de centrocampista mandón, que baja a recibir y organizar, un Toni Kroos por ejemplificarlo, o un llegador excepcional, de estar constantemente pisando el área contraria. Un Sami Khedira, para seguir con los ejemplos.
Desde que Xavi Hernández asumió el mando del Barcelona, empezada la temporada 2021/22, ha querido construir al equipo bajo unos mismos parámetros: un centro del campo que en fases con balón es de cuatro jugadores, dos en la base de la jugada, iniciando el juego, y dos (con uno de los extremos comportándose como centrocampista) en posiciones entrelíneas, buscando recibir a espaldas del mediocampo rival. Tres defensas para iniciar la jugada, dos hombres abiertos en las bandas y un delantero centro que fija a los centrales rivales completan al equipo.
Teniendo esto en cuenta, la marcha de Sergio Busquets en verano y la falta de un mediocentro solvente en las filas azulgranas, tras el fracaso del experimento Oriol Romeu, dejaban huérfanas las dos posiciones de mediocentros que están en la base de la jugada. Frenkie de Jong era un fijo ahí, pero necesitaba un socio. Con Gavi, Pedri o Joao Félix destinados a jugar entrelíneas, Gündogan, por su polivalencia, fue el sacrificado.
El Barça, entre esa comentada ausencia del mediocentro y las lesiones de Pedri y Gavi, ha venido necesitando a Gündogan en dos sitios a la vez, tanto iniciando la jugada y permitiéndoles progresar, como en campo rival llegando al área y aportando la inteligencia que le caracteriza. El Gündogan de sus últimos años en Mánchester, uno que llegó a anotar 13 goles en 28 partidos ligueros en la 20/21, es un peligro mortífero en las inmediaciones de la portería rival y un jugador que ningún equipo se puede permitir desperdiciar.
Esa es la paradoja que está sufriendo el alemán en su primera temporada en Barcelona. Un Gündogan que, situados en el mes de marzo, se puede decir que está confirmando las expectativas, que es probablemente el mejor jugador del equipo en la temporada, y uno del que se estaría hablando muchísimo más si el equipo hubiese mantenido regularidad y un buen funcionamiento colectivo. No hay nada que reprocharle a su juego.
Ante la plaga de lesiones que está sufriendo el conjunto culé en mediocampo (Pedri, Gavi, Frenkie de Jong), Xavi está buscando diferentes soluciones para integrar a sus jugadores. Y todas tienen en Ilkay al santo y seña de las intenciones. Lo mejor para él es adelantarle, que te ofrezca líneas de pase, dé continuidad a las posesiones, llegue al área y otorgue fluidez a las posesiones. Pero en momentos donde el balón quema, el ritmo se descontrola y se necesita pausa e inteligencia, bajarle para que le descienda las pulsaciones al encuentro es otra carta valiosísima en la baraja del entrenador.
Juegue donde juegue, lo que no puede obviarse es que el Barça cuenta con uno de los mejores centrocampistas del planeta. Uno que, de tener 10 años menos, estaría llenando portadas hasta la saciedad. Y un jugador que tendrá que multiplicarse si el Barça quiere progresar ante el PSG en Champions. Porque le necesitarán arriba, atacando una zona que los franceses no defienden del todo bien, pero también abajo, metiéndole pausa y control a los suyos ante un equipo que tiene a Mbappé. Pase lo que pase, nadie ejemplifica tanto el potencial de la plantilla de este Barça como Ilkay Gündogan.