El Gobierno no defiende que el Bernabéu sea sede de la final del Mundial 2030 mientras Macron apoya a Marruecos
El estadio madridista es favorito para la FIFA, pero el país árabe quiere construir un campo de 113.000 espectadores en Benslimane
El campo de la final debe contar con un mínimo de 80.000 asientos. El coliseo blanco presenta 83.000 y es el más moderno del mundo
El Gobierno español debe esforzarse para conseguir que el estadio Bernabéu sea la sede de la final del Mundial 2030, un año que festejará el centenario de la historia de los Mundiales, pues el primero se disputó en Uruguay en 1930.
El nuevo coliseo del Real Madrid es la instalación futbolística más moderna del mundo y es la favorita en la consideración de la FIFA, pero no hay que dormirse en los laureles porque Macron quiere apuntarse un gran tanto en el mundo árabe y francófono. Presiona en favor de Marruecos como protagonista de la final.
El mejor estadio está en Madrid
España debe trabajar a nivel diplomático para que el nuevo campo del Real Madrid organice la gran final. Ha de hacer valer que el Bernabéu es la infraestructura más moderna del mundo. Es el mejor sitio para jugar ese partido. Si se consigue, el estadio madrileño albergará su segunda final de un Mundial, tras la disputada en 1982.
Madrid es la mejor candidatura para ese encuentro, pero hay que moverse más y mejor en las alturas políticas y deportivas, pues Francia quiere ganar esta partida y que Marruecos organice la final con el argumento de conceder este honor a una nación nueva. Cuidado.
Marruecos tendrá un campo gigante
Macron defiende la opción africana y apoya la idea de Mohamed VI, con empresas implicadas en el proyecto, de levantar un estadio para 113.000 espectadores que el país vecino piensa construir en tres años, entre 2025 y 2028, con un coste de 500 millones. Estará situado en Benslimane, a pocos kilómetros de Casablanca.
Marruecos defenderá entonces que su sede será la más grande de las tres naciones que comparten el Mundial: España, Portugal y el país africano.
Portugal no aspira a organizar la final porque no tiene ningún campo con ese aforo ni piensa aumentar la capacidad de los estadios del Benfica y el Oporto. Se retira de esta pugna. La final es cosa de dos, en el doble sentido, en equipos y en países que pretenden organizarla.
La FIFA elige la final de un Mundial con las premisas de la modernidad del estadio, la seguridad y la capacidad de un aforo mínimo de 80.000 personas. El hecho de presentar más asientos, como los 113.000, no es una prioridad. Al revés, genera mayores problemas de seguridad.
En este sentido, el Santiago Bernabéu es el lugar más adecuado. Continuará siendo la construcción más moderna.
El Gobierno español tiene que trabajar en la defensa de nuestros intereses y lograr una eficacia diplomática acorde a la importancia del evento, pues el campeonato promocionará de manera esencial la marca España y será muy beneficioso a escala económica y de puestos de trabajo.
El Mundial 2030 aportará un mínimo de 11.000 millones de euros de ingresos en nuestra nación. Generará 5.120 millones de producto interior bruto y recaudará otros 5.550 millones por medio del sector turismo, según cálculos previos que probablemente aumentarán. La competición permitirá crear 82.513 empleos a tiempo completo.
Portugal prevé obtener 1.000 millones de euros de ingresos y generar 26.000 empleos.
Marruecos invertirá 1.300 millones en sus estadios, 500 de ellos en ese nuevo campo proyectado.