Lucas Pérez saca su magia y le da al Deportivo de la Coruña el ansiado ascenso a Segunda División

Tenía que ser él. Hace dos años se había bajado el sueldo para jugar en el club de su vida y el destino le ha dado esta oportunidad. Ha conseguido anotar el gol del ascenso del Deportivo de la Coruña. Lucas Pérez es deportivismo en estado puro y el futbolista de Monelos ya es historia del club gallego. El Dépor regresa al fútbol profesional cuatro años después.

Era un día grande en La Coruña. Y el deportivismo lo sabía. Desde bien temprano, las calles de la ciudad gallega se llenaron de camisetas blanquiazules para darle el último aliento al Deportivo de la Coruña en busca de su ascenso a Segunda División. Y esa ilusión se reflejó en Riazor. No cabía un alma en el feudo coruñés.

Se respiraba ilusión por todos los costados. Y el Dépor salió a morir desde el primer minuto. Sabían que era el partido de sus vidas. Cualquier error del Barça Atlètic se celebraba a lo grande en el municipal coruñés y con cualquier ocasión del conjunto herculino el estadio temblaba.

Sin embargo, el filial barcelonista mantuvo la compostura y los de Rafa Márquez dejaron muy buenas sensaciones. No les pesaba el escenario. Mientras tanto, al Dépor se le veía un pelín nervioso por la situación y para evitarlo, Lucas Pérez, el ídolo deportivista, alentaba a los suyos levantando los brazos.

En Riazor, se estaba viendo un buen partido de fútbol. Lo único que le faltaba era el gol. Y en ese aspecto, tanto Germán Parreño (Dépor) como Astralaga (Barça) lo estaban evitando. Riazor estaba empezando a agonizar. Querían ese gol como el comer.

Se llegó al tiempo de descanso con 0-0, con el resultado a gafas y con todo por decidir en el segundo tiempo. El empate no le valía al cuadro de Idiákez y se fueron a por la victoria nada más salir de vestuarios. Riazor se vino arriba. Confiaban en el milagro.

Ese gol llegó en el 57'. Lucas Pérez cogió el balón con sus manos y se dispuso a sacar una falta. Era la falta que les podía devolver al fútbol profesional. Y el gallego, que tiene más clase que un colegio, sacó su zurda de oro para sorprender a Astralaga y provocar que Riazor se viniera abajo. 1-0 para el Deportivo de la Coruña.

El '7' deportivista se fue directo a por la afición, se agarró la camiseta y se besó el escudo, su escudo. Escenas brutales las que se estaban viendo en el estadio coruñés. Los más pequeños rompieron a llorar de alegría. Veían el sueño muy cerca.

Era un resultado corto y el Dépor sabía que en una jugada aislada podía llegar el gol del empate del Barça Atlètic. Pero daba la impresión de que el Dépor estaba mucho más metido en el encuentro que el cuadro culé. La única forma de peligro de los de Rafa Márquez podría llegar al contraataque, pero la defensa deportivista formada por Ximo Navarro y compañía paraba absolutamente todo. Al Barça Atlètic se le acabó el tiempo. Fiesta en La Coruña y el Dépor a Segunda.