Zubimendi sustituye de maravilla a Rodri y le da el triunfo a España en el día de la Hispanidad

La lesión de Rodri fue un mazazo para la selección española. Perder a tu mejor jugador es un golpe moral muy duro, pero España tenía a Martín Zubimendi, el segundo mejor en su puesto, tal y como reconoció De la Fuente. El centrocampista de la Real se hizo grande y demostró por qué es el sustituto perfecto del pivote del City (1-0).

Regresó el fútbol a España por primera vez después de que la selección se proclamara campeona de Europa el pasado mes de junio y lo hizo en el Enrique Roca de Murcia, un estadio que se le da francamente bien a la selección, frente a Dinamarca, una selección con mucho potencial y con grandes futbolistas.

Había ganas de ver en acción a los chicos de Luis de la Fuente y la casa del Real Murcia, uno de los equipos con más historia del fútbol español, se vistió de gala para vivir en primera persona un partidazo en mayúsculas. La ocasión lo merecía.

España salió a por todas. No valía otra cosa si querían asaltar el liderato de grupo. Apoyados por la afición, los chicos de Luis de la Fuente empezaron a hilar jugadas y se fueron directos hacia la portería de Kasper Schmeichel, hijo de Peter, uno de los guardametas más míticos de los años 90. Y para poner a prueba el buen nivel del portero danés, España se apoyó en Lamine Yamal. El extremo del Barcelona necesitó muy poco para ponerle en apuros y para demostrar su valía.

Pero, sin duda alguna, la ocasión más clara del primer tiempo la tuvo Álvaro Morata. El delantero madrileño recibió un buen centro de Grimaldo, encontró espacio para rematar, pero su disparo se fue rozando el poste derecho de la portería de Schmeichel y se escuchó el primer 'uy' del duelo.

España empezó mandando, pero a partir del minuto 25 hubo un cambio de roles y fue Dinamarca la que se acercó con más peligro a la portería defendida por David Raya. Eso supuso que se escuchara algún que otro murmullo por parte de la afición española. A la selección le estaba faltando esa profundidad por banda y eso se notó en la faceta ofensiva. La sombra de Nico Williams era alargada. Y a eso había que añadirle la falta de fluidez en la circulación de balón.

El partido se acercó al descanso y unos segundos antes de llegar al intermedio, Lamine Yamal gozó de la ocasión para anotar el 1-0, pero su disparo se fue por encima de la portería de Schmeichel. El joven extremo no se podía creer la que había fallado. Ahí murió la primera mitad.

Zubimendi tira abajo la fortaleza danesa

La primera mitad de España había sido correcta y el equipo español fue de más a menos. Para inquietar a Dinamarca hacía falta cambiar algunas cosas. Con esa orden, los chicos de Luis de la Fuente se pusieron manos a la obra para ir en busca del 1-0.

La selección volcó todo el juego ofensivo hacia la banda derecha. El objetivo era generar espacios y en ese costado se intentó buscar constantemente a Lamine Yamal para que agitara algo el partido. Y cuando el extremo azulgrana no lo veía claro, balón atrás para que Pedro Porro abriera espacios al hueco.

El inconveniente es que la defensa danesa se mostró muy férrea y no había manera de generar un pase definitivo. La selección nórdica estaba jugando un partido muy serio y estaba demostrando lo difícil que es marcarles un gol. Por algo llegó a las semifinales de la Eurocopa 2021. No era casualidad.

Superada la barrera de los 65 minutos, con Mikel Merino y Álex Baena sobre el césped, el partido fue un monólogo español. Los pupilos de Luis de la Fuente se hicieron con el control del juego, pero se volvieron a chocar con un gran Kasper Schmeichel. Fue entonces cuando el Enrique Roca se vino arriba para insuflar de ánimos al combinado español.

Se empezaron a oír los cánticos de «España, España» y la selección volvió a apretar. Y fue en ese tramo del duelo en el que llegó el gol. Martín Zubimendi vio el único espacio disponible y por allí clavó el tiro desde fuera del área. Los futbolistas daneses pidieron falta y después de unos minutos de suspense, el árbitro terminó dando gol.

A partir de ahí, la tensión se apoderó de los futbolistas daneses y el encuentro se empezó a poner muy feo. Era muy alto el grado de impotencia en el banquillo nórdico. Sabían que iban a perder el liderato y no lo querían ceder tan fácilmente. Pero el tiempo se le empezó a acabar al conjunto visitante. El triunfo era español y el Enrique Roca celebró el día de la Hispanidad por todo lo alto. Segunda victoria en tres partidos y liderato del grupo.