El globo de Flick se deshincha y el Barça ya siente el miedo de tener otra temporada a cero
Los métodos del técnico alemán ya no son tan efectivos como a principio de temporada y sus números se empiezan a parecer a los de Xavi
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Hansi Flick está acercándose cada vez más a los registros negativos que tenía Xavi Hernández. El FC Barcelona empezó la temporada a un nivel superlativo, pero a medida que se ha apretado el calendario no han sabido cumplir en todas las competiciones y se han dejado muchos puntos en la Liga. Parecía a finales de octubre, cuando ganó el clásico 0-4 en el Bernabéu, que tenían el título en el bolsillo, pero ahora todo se ha apretado.
Es cierto que el Barcelona sigue líder de la competición, pero con un partido más que el Real Madrid que, de ganar en Mestalla, asaltaría la primera posición de la Liga con un punto de ventaja. También ha llegado a la pelea el Atlético de Madrid, con un encuentro menos que el conjunto culé y con la opción de igualarle a puntos. Es decir, un campeonato de tres equipos cuando hace solo un mes daba la sensación de que estaba todo el pescado vendido.
La situación en Champions es mejor para el Barcelona y es lo que hace que Flick no esté siendo tan comparado con Xavi. Mientras que el equipo azulgrana era realmente débil en la competición continental cuando la leyenda azulgrana estaba en el banquillo, con el alemán están mostrando su mejor versión y lo tienen muy bien para pasar como uno de los ocho primeros y evitar la ronda del play-in.
Para Hansi Flick librarse de jugar esta eliminatoria extra es fundamental. Primero porque ya se ha visto que van a ser partidos de máximo nivel donde pueden estar equipos como el Manchester City, el Real Madrid o el PSG y segundo por lo que le está costando al Barcelona mantener el ritmo en un calendario tan apretado. Al final, el conjunto culé ha desarrollado una dependencia enorme de Lamine Yamal y no puede hacer jugar 70 partidos a un chaval de 17 años.
El globo se deshincha
La sensación del Barcelona y su entorno a principios de noviembre era de máxima euforia. Todos los chavales que había sacado de la cantera rendían a gran nivel, la Liga la veían prácticamente asegurada, en Champions el equipo carburaba y se frotaban las manos pensando que estaban ante otra generación dorada como la de 2010. Made in La Masia era lo más escuchado en la Ciudad Condal.
Se llegó a escuchar si tenían opciones de ganar un nuevo triplete, después del 4-1 que le endosaron al Bayern de Múnich. La revancha que necesitaban ante el equipo bávaro y que desbordaba la ilusión. En cambio, un mes después la historia es bien distinta y ahora está el miedo de vivir otro año a cero, lo que además sería un golpe mortal para Joan Laporta, que encontró en Flick su nuevo escudo aunque tras los malos resultados las miradas vuelven a apuntarle.
Un equipo de la grandeza del Barcelona no se puede permitir otro año en blanco, pero los números que están firmando en los últimos partidos hacen que todo pinte feo para ellos. Sobre todo porque el Barça de Flick no tiene una cosa que sí tenía el de Xavi: ganar sin jugar bien. La Liga del 2022 los azulgranas se hicieron con el título abonados al 'unocerismo' y ganando muchos partidos que debieron perder. En cambio, con el alemán cuando se juega mal no se gana. Osasuna, Las Palmas, Betis, Celta o Real Sociedad son pruebas de ello.
Flick y su cuerpo técnico aterrizaron en la Ciudad Condal con un plan ofensivo muy marcado. Un nuevo fútbol que no se había hecho antes en España y que sorprendió a propios y extraños. Presión asfixiante, goles sin parar y una defensa muy adelantada que hacía caer a los rivales constantemente en fuera de juego. Ahora bien, algunos técnicos ya le han tomado la medida y el alemán no ha sabido reinventarse. De hecho, en los últimos partidos han vivido de las genialidades de Lamine.
Todavía es pronto para saber si el Barça ganará este año un título o no. Lo que está claro es que no lo hará con la facilidad que se pensaba en octubre, cuando no tenían rival por la Liga. El Real Madrid vuelve a estar ahí, el Atlético se suma a la fiesta y en el resto de competiciones cualquier tropiezo te manda para casa. Por tanto, lo único seguro es que el miedo de no ganar nada otro año más ya está presente en la Ciudad Condal.