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Kylian Mbappé, en el partido ante el Manchester City en el Bernabéu

Kylian Mbappé, en el partido ante el Manchester City en el BernabéuEuropa Press

Mbappé se siente como un español más: le gusta el país, le encanta Madrid y es amigo de sus compañeros

Ahora callan escondidos bajo las cuevas aquellos que decían que Florentino Pérez no debería haber fichado a Kylian Mbappé tras negarse a venir hace unos años, presionado por Macron, por Francia, para que hiciera país. El presidente del Real Madrid conocía la situación que soportaba el futbolista, que renovó por el PSG. Pocos meses después le dijo a Florentino que se había equivocado. El dirigente del campeón de Europa persistió en su intento de ficharle. Y el futbolista comenzó a preparar su llegada definitiva al club de sus sueños. Sabía que tenía que enfrentarse a Nasser Al-Khelaifi y se enfrentó. Y llegó con la carta de libertad al Bernabéu, sin costar traspaso.

Figura estelar del Real Madrid tras unos meses iniciales de zozobra, protagonista de su primera gran noche europea en el Bernabéu frente al City de Guardiola, autor de su primer triplete de goles de Champions en Madrid, rematador de 28 tantos en el ecuador de la temporada, pocos jugadores se han adaptado mejor al club madrileño que Kylian Mbappé.

El francés ya era amigo de varios futbolistas blancos antes de venir, empezando por sus compatriotas Camavinga, Tchouaméni y Mendy, además de Varane, Benzema y Zidane, que le enseñó la ciudad deportiva madridista cuando tenía catorce años y le tuvo como huésped en casa. Quería ir al Real Madrid y conocía la idiosincrasia de la casa desde mucho antes.

Una década después, ha hecho realidad ese claro objeto de deseo. Es muy humilde en su relación con los compañeros, totalmente opuesto a la prepotencia que muestran otras figuras del fútbol de cuyo nombre no quiero acordarme, pero ustedes si se acuerdan.

Una amistad contagiosa

Es amigo de Bellingham y de Vinicius, de Modric y de Rüdiger. De los jóvenes y de los veteranos. Se ríen entre ellos de la música que escuchan, Camavinga y sus gustos franceses, Jude con otras tendencias musicales, Vinicius y Rodrygo con sus sonidos brasileños. Pero todos coinciden en muchos temas modernos de hoy. Y cuando se ponen a bailar es la explosión, sobre todo si baila el mastodonte de Rüdiger. Kylian es amigo de todos. Vinicius destaca «su humildad».

Hay un factor determinante en este maridaje perfecto de Kylian y el Real Madrid: su aprendizaje del español desde que era pequeño. Saber el idioma perfectamente, con el argot y los 'tacos' incluidos, es un salto de calidad en esta conjunción total con una entidad que es vigilada externa y mediáticamente desde todo el mundo.

El hijo de Fayza Lamary cumplió de verdad un sueño. Ya sabemos que muchos profesionales, todos, dicen que su sueño sería fichar por el Real Madrid, y es cierto. Pero en el caso de Mbappé esa ilusión la llevó al extremo de pensar y creer que él lo haría realidad con seguridad. Y lo ha hecho.

Kylian Mbappé celebra uno de sus goles al Manchester City

Kylian Mbappé celebra uno de sus goles al Manchester CityAFP

El francés manifiesta que estudió español desde pequeño para adaptarse inmediatamente cuando fichara por el Real Madrid. Subraya Kylian, incluso, que no era un buen estudiante, pero que aprender el idioma español se le dio muy bien. Era tal su esperanza por llegar un día al Real Madrid que se concentró en conocer el idioma perfectamente.

Lo pasó mal en los primeros meses en el Real Madrid por una cuestión de jerarquía deportiva. El propio futbolista ha dicho que entró en el vestuario de Valdebebas con mucha humildad porque estaba al lado de compañeros que habían ganado dos, cinco y seis Champions. Pero esa modestia afectó a su rendimiento. La dirección deportiva del Real Madrid le dijo que hasta aquí habíamos llegado. Él era una figura y tenía que ejercer de líder en el vestuario y sobre todo en el campo, porque esa prudencia frenaba su desarrollo como estrella en el césped. Falló dos penaltis y él también se dijo que hasta aquí hemos llegado. Fue su punto de inflexión.

Desde ese momento se transformó. Llevaba nueve goles cuando mentalmente decidió dar el paso adelante y ser totalmente Mbappé. Desde entonces ha marcado 19 tantos. Estamos en febrero y ya suma 28 dianas. Va camino de las cifras que el club, Ancelotti y él mismo piensan. No se ha puesto límite. No es cuestión de llegar ni a 40 ni a 50. Los goles van a llegar solos porque su calidad es total. Marca con la derecha, con la izquierda, de vaselina, con regate y recorte, con remate seco. Desde lejos y desde cerca. Está destinado a marcar una época y él lo sabe. Y lo bueno es que sus compañeros también lo saben y le buscan con sus centros.

Es una estrella y no se siente una estrella

Muchos preguntan si Kylian se siente una estrella. Personalmente no es una estrella y sus compañeros saben que es uno más y amigo de todos. En la relación humana no es más que nadie. Pero el club, el entrenador y sus propios compañeros saben que Mbappé tiene que sentirse una figura en el campo para rendir al máximo. Y cuando decimos sentirse una estrella queremos decir que debe tener la total libertad de hacer lo que quiera para sacar lo mejor de él.

Hoy rinde como una estrella y a su lado brillan otras tres estrellas que forman el cuarteto de 'Los Magníficos'. Así es como lo quiere la dirección deportiva. Así es como los quiere Ancelotti, que todos exploten al máximo. Y lo está consiguiendo a pesar de la plaga de bajas.

Mbappé ha tomado el liderazgo. No es un único líder en el campo, hay otros jefes como Rüdiger, Modric, Vinicius y Bellingham. Lo que ha hecho Kylian es tomar la responsabilidad. Sabe que el equipo depende mucho de él. Y debe cargar con esa responsabilidad. La que reciben los mejores.

Ancelotti, amigo y consejero

Su relación con Ancelotti es magnífica. El italiano dialogó mucho con él para que superara aquella primera fase complicada. Y le dijo lo mismo que le expuso la dirección deportiva: debes ser tú mismo y adquirir en el campo el liderazgo que por fútbol llevas. La humildad está muy bien en el trato con los compañeros, pero no puede extenderse el trabajo. Si uno es muy bueno en algo debe de explotar y no frenarse. Y Kylian es muy bueno en algo. En bastantes cosas: goles, regate, recorte, pases decisivos, velocidad, zancada, desmarque y visión de juego ofensivo. Es una estrella y debe brillar por si sola.

Carlo, veterano en mil lides, es amigo y consejero. Mbappé demuestra su humildad cuando el técnico le cambia el minuto 77 o en el 80 sin problemas. No exige estar hasta el final. Es inteligente este tipo.

Su objetivo principal es la Champions

Soñaba con hacer carrera en el Real Madrid por sus éxitos grandiosos en la Copa de Europa y esa es su meta al haber cumplido el sueño de ser fichado por Florentino Pérez, el presidente al que ha visto triunfar en este cuarto de siglo. No ganó ninguna con el PSG y ha presenciado por televisión cómo 'su' Real Madrid ha celebrado seis de las últimas once ediciones de la Copa de Europa. A su lado están Vinicius, Rodrygo y Camavinga, que han conquistado dos. Jude lleva una, nada más aterrizar. Modric, las seis. Eso desea él, hacer también historia en la Champions.

Por supuesto que quiere ser el Balón de Oro y recibir también el premio 'The Best', ganado por Vinicius hace unos meses, pero su reto fundamental es obtener la competición más importante de Europa y la más famosa del mundo. Además, los premios individuales suelen ser refrendo de los colectivos. Kylian sabe que si gana la Champions y brilla en ese torneo se convierte en un candidato predilecto para recibir los galardones individuales. Es así. Quería fichar por el Real Madrid porque siempre es uno de los clubes favoritos para ganar la Copa de Europa. Como dijo el añorado Beckenbauer, «cuando piensas en la Champions debes contar siempre con el Real Madrid».

Se siente a gusto en el vestuario, en el club y en la capital de España. Es un madrileño más. Le gusta Madrid, la comida y la ciudad. Vive en La Finca, en la antigua casa de Gareth Bale. Su madre, Fayza, reside en una vivienda cercana de la misma urbanización. Mantiene su ambiente familiar en Madrid. Ha cambiado de ciudad y de club, pero se siente rodeado por la familia, como siempre. Y en el vestuario son todos amigos y la sintonía es excelente.

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