El Barcelona se estrena por la mínima ante el Dinamo de Kiev
Un solitario gol de Piqué vale los primeros tres puntos y el primer gol del equipo en Champions en otro partido espeso del equipo azulgrana que Ansu Fati trató de alegrar con una acrobacia que se marchó fuera
El Barcelona ya se ha quitado el peso de no haber puntuado ni marcado en Europa. El tanto de Piqué a pase de Jordi Alba en la primera mitad sirvió para paliar las urgencias en Can Barça. El buen arranque de los culés tuvo el premio del gol, pero se fue apagando y devolviendo a escena la habitual pesadumbre del conjunto de Ronald Koeman, que tuvo que recurrir a Ansu Fati para tratar de lograr el segundo. El Dinamo de Kiev acompañó el cansino juego culé sin inquietar a Ter-Stegen.
El hispanoguineano comenzó en el banquillo, mirando al Clásico del próximo 24 de octubre, al igual que Sergio Agüero. Ambos terminaron saliendo al campo tras el descanso para sustituir a un Luuk De Jong que no estuvo afortunado de cara a portería y a un Memphis al que Koeman necesita entero para recibir al Real Madrid. El público del Camp Nou sigue siendo la mejor noticia de un equipo que abandona la última plaza de su grupo.
Piqué hizo de Luuk De Jong
El Barça entró enchufado al partido, para posponer el letargo en el que se suelen sumir sus partidos. De hecho, solo tardó 90 segundos en crear la primera ocasión: un centro de Jordi Alba que Sergiño Dest remató alto dentro del área de Buschan. Los mismos protagonistas repitieron la fórmula cuatro minutos después con Memphis como cómplice, mostrando que la idea inicial con un once sin Ansu Fati, Coutinho o Agüero era buscar centros laterales con destino a la frente de Luuk de Jong.
Su rol surtió efecto, pero no el deseado. El ariete neerlandés dispuso de dos claras ocasiones que no pudo realizar. Su compatriota Memphis le puso el balón en la frente dentro del área y remató desviado. Fruto de otra de las indicaciones de Koeman, la presión, disparó a la escuadra que obligó al guardameta visitante a lucirse. Más discípulo del «tiki-taki» que del juego ágil en ataque, el estadio le pitó antes de levantarse para celebrar que Ansu Fati salía a calentar junto a Coutinho para incorporarse en la segunda mitad.
El Dinamo se rehízo atrás y opuso la resistencia que pudo. En cuanto captó la consigna que proponía el Barça, se mentalizó para aguantar atrás y buscar un contraataque. Hasta pasados diez minutos no llegó la primera tentativa ucraniana, protagonizada por su hombre insignia, Tsygankov, que tapó Gerard Piqué, el pionero goleador en esta edición de la Copa de Europa.
Ronald Koeman se encargó de evitar que el Barça volviese a iniciar la jugada andando tras recuperación. A largo plazo, no lo consiguió. El técnico de Zandaam quería que la espesura de su equipo ante el Granada tardase en aparecer lo más posible. Ya dio algunos síntomas la plantilla con imprecisiones, circulaciones sin pases que rompiesen líneas y demasiados balones aéreos.
La salida de Ansu Fati a calentar despertó algo más que el clamor del Camp Nou. Sobre el campo, Alba encontraba a Dest como al inicio del choque y, de nuevo, el estadounidense se encontró con las palmas de Buschan. Un minuto después, Piqué sí remató a placer con el interior un «caramelito» de Jordi Alba. El Barcelona se marchó al descanso con el deber de abrir la lata realizado, aunque fuese por su central.
El descaro de Ansu
El ‘10’ del Barça sabía que las exigencias del guion le pedían desequilibrio y movilidad arriba. Contagiado de la presión, Ansu robó el esférico al portero ucranio en su propia área y trató de inventar la jugada de la noche. Su fallo provocó la ira de Koeman, que había visto a Busquets solo para empujar ese balón que no pasó de la acrobacia.
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— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) October 20, 2021
Las alarmas saltaron en el coliseo culé cuando Jordi Alba sintió molestias en el tobillo tras bloquear un centro. Con el Clásico esperando el próximo fin de semana, Sergi Roberto salió a calentar en previsión de perder a uno de los mayores activos del frente de ataque. Finalmente, el polivalente jugador de Reus sustituyó al joven Gavi, más difuso en sus aportaciones que con la selección. El lateral zurdo catalán aguantó hasta el final, un buen síntoma, en su opinión, de cara al fin de semana.
Mircea Lucescu, técnico del Dinamo de Kiev, buscó refrescar la zona ofensiva para seguir aguantando el uno a cero hasta los instantes finales. Con ese propósito incorporó a un delantero y medio. Ingresaron al duelo el atacante brasileño Vitinho y Denys Garmash, un centrocampista que se desempeñó de falso ‘9’ gracias a sus casi 1, 90 de altura.
El partido continuaba perdiendo ritmo, a pesar de la entrada de piernas frescas para seguir en la presión. El equipo ucraniano aprovechaba para despertar buscando sin éxito su oportunidad en el último cuarto de hora.
El minuto 75 también supuso el furor del Camp Nou con la entrada del Kun Agüero, que debutaba en Champions. El argentino ocupó el lugar de Memphis en la punta, que agradeció el descanso y los aplausos de la grada, que no vio moverse el juego ni el marcador hasta el pitido final.