El Barça empata y deja su futuro en manos del destino

La quinta y penúltima noche de Champions de la fase de grupos fue la del debut de Xavi como entrenador del Barça en Europa, un debut que lo convertía en el jugador con más partidos en la mejor competición continental (158 partidos, 157 como jugador). El de Terrassa revolucionaba el once para la final ante el Benfica con un cambio de sistema y apostando por Araujo en el lateral derecho.

Volvía a apostar por Nico y Gavi como banderas de la creación de juego, apoyados por De Jong. Siguió confiando en Yusuf Demir y sus internadas y el jugador no le defraudó. La primera que tuvo en el minuto 7, encaró y chutó, pero Odysseas respondió con una mano salvadora. Partido de ida y vuelta.

El juego del Barça se basaba en que Nico robara rápido y sirviera al primer toque para buscar la velocidad de Memphis. Una de estas conexiones propició la ocasión más destacada al de los culés, Depay dribló a dos jugadores y mandó el balón fuera, aunque la jugada quedaría invalidada por fuera de juego. Los primeros compases del encuentro denotaban el miedo que ambos conjuntos temían al fallo propio. Aunque el Barca que hoy jugó ante el Benfica, nada tuvo que ver al que jugó en la ida en Lisboa.

Una de las más claras,  en el minuto 27, con una combinación entre Nico, llegando, asistiendo a Alba que falló ante Odysseas. 

A la media hora el Benfica empezó a despertar y, en el minuto 33, Ter Stegen hacía la parada del partido al blocar un cabezazo de Yaremchukm que le ganó en el salto a Lenglet y remató solo. Acto seguido, un centro que salió fuera evitó el golazo de Otamendi que chutó a la escuadra. Dos saques de esquina, dos sufrimientos extra.

Dos minutos después, los uy se cambiaron de área, Demir se disfrazó de Messi y emuló al exjugador culé con un disparo con la izquierda que buscaba la escuadra, pero se encontró con el larguero. 

Con esa jugada se daba por finalizada la primera parte donde el Barça acusó la falta de gol y donde la ocasión más clara de los primeros cuarenta y cinco minutos la tuvo el Benfica.

La segunda parte siguió con el guion de la primera: Gavi creando y Jordi Alba llevando el peligro por la izquierda. Sin embargo, el fuera de juego se convirtió en el aliado de los lusos. Los azulgrana caía una y otra vez en posición anti reglamentaria. En total, los barcelonistas llegaron a cometer ocho fuera de juego.

De las pocas ocasiones que no cayó el Barça en fuera de juego, Memphis se plantó delante de la portería portuguesa pero se adornó en exceso y prefirió recortar que disparar, lo que posibilitó la llegada de Otamendi que acabó despejando el balón.

La hora de Dembelé 

Al Barça le pesaban las piernas según pasaban los minutos. Xavi sabía de la importancia de revitalizar el equipo. Con Ansu Fati, Braithwaite y Agüero en el dique seco, el técnico culé se encomendó a Dembelé que reaparecía tras su última lesión y que queda libre el 1 de enero. Si hay un día que había que forzar era este. El Barca volcó su juego en la banda de Ousmane que provocó el peligro desde su salida. A los dos minutos de saltar al césped, centró un balón que consiguió rematar De Jong y salvó Oddiseas con una mano providencial. Dembelé se giró a la grada y pidió el apoyo de los casi  50.000 valientes que habían acudido al Camp Nou en medio del diluvio que caía en Barcelona.

El reloj seguía corriendo y se acercaban los minutos donde la cabeza y las piernas comienzan a fallar. Todo pudo cambiar cuando desde la izquierda un centro de Jordi Alba conseguía rematar a gol Araujo, pero, de nuevo, un fuera de juego privaba al Barça del premio del gol. Un fuera de juego que además dejó tocado a Araújo que tuvo que salir del campo lesionado. Los culés, volcados en ataque, se encomendaban a la calidad del francés que una y otra vez lideraba los ataques del equipo, sin suerte. Sin embargo, los barcelonistas tuvieron que dar gracias, ya que Seferovic falló a puerta vacía tras regatear a Ter Stegen.  El equipo de Xavi volvió a adolecer de la falta de gol. Dos goles en cinco partidos que le dejan segundo de grupo, pero jugándose su clasificación ante el Bayern en el Allianz Arena. Un rival que le trae los peores recuerdos.