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Mbappé celebra el gol de la victoria del PSGAFP

PSG 1-0 Real Madrid

Mbappé abre en el último minuto la cueva del gigante Courtois

El Real Madrid a punto estuvo de resistir el tremendo asedio del equipo parisino, liderado por su estrella

Iba Benzema a saludar a Mbappé en el túnel de vestuarios y se rieron como dos troncos, que diríamos en Madrid. Seguro que no se hubiera reído tanto Al-Khelaifi, de haberlo visto. Partido grande, amplio, sin presiones excesivas. Iba el PSG comiéndole terreno poquito a poquito al Madrid, como si jugaran al escondite inglés. Esa fue la primera de los franceses, con Mbappé cortando como un cuchillo por la izquierda, casi haciendo la señal de El Zorro con el recorte.

Luego se metieron todos los parisinos en el campo del Madrid. Estaban allí todos, menos Donnarumma. Kylian dejándose ver y Messi ocultándose como una morena en un océano verde. Di María completaba ese tridente como si fuera el rey Tritón. No salía el Madrid, como si su campo fuera la casa atestada del Doctor Zhivago. El aficionado no lo creía y miraba alrededor como cuando Yuri llega de la guerra y se encuentra a toda esa gente mirándole regular antes de abrazar a Tonya.

Messi conduce el balón perseguido por AlabaEFE

Eran los tiempos. Los primeros quince minutos. Salió el Madrid de casa un momento y para qué. Messi salió de su roca y remató Mbappé con un Carvajal superado, pero incómodo para la estrella francesa. Tenía untada el PSG la pelota con aceite cada vez que la cogía el Madrid. Se le resbalaba en los pies, en la cabeza. Se le resbalaba entre las manos hasta a Courtois. Verratti la mantenía por la derecha, hacia la zona de Achraf. Había ahí una calma que se rompía en el lado izquierdo, a partir de Danilo, cuando se volvían invisibles Luka, Kroos y Casemiro.

Se metían muy adentro los locales, donde solo parecía que funcionaba correctamente Militao. Los demás como sin pilas, deslumbrados, pero concentrados. Esa cierta concentración era lo que estaba salvando al Madrid a pesar del desconcierto. Había que salir de esos rápidos y los blancos esperaban flotando, salvando las rocas, las caídas. Amainaba ¿sí?, no se sabe, el caudal parisiense. Messi ya no era una morena sino un bagre del Sena.

Militao y Casemiro

Carvajal rodaba en un área y en otra, congestionado, mientras Mbappé corría de puntillas. Benzema respondió en los medios con un arrebato de clase. La amarilla a Casemiro fue como el graznido de un cuervo posándose sobre el tejado de una iglesia un día frío y gris, porque la acción no fue merecedora de tarjeta. Pero el color había cambiado un poco, superada la sorpresa.

El Madrid estaba edificándose incluso individualmente, que es donde más se notaba la inferioridad. En la estética, donde hasta el elegante Alaba parecía Sancho Panza corriendo con las alforjas. Militao seguía manteniendo el tipo, sin perder las formas. Era el único, además de Casemiro, el brasileño que se contorsionaba en los rechaces y que tuvo la última oportunidad de la primera parte y la primera del Madrid, una buena manera de irse para volver.

El punto flaco que tenía Carvajal se lo sacó finalmente Mbappé en el área. Pero el penalti se lo sacó Courtois a Messi en una parada sublime

Comenzó el Madrid arriba. Pero enseguida se estiró el PSG. Tuvo que deslizarse Alaba para cortar en la frontal después de sufrir una falta que el árbitro no pitó por la ley de la ventaja que no fue tal. Se las tenía que sacar el Madrid casi como un raterillo. Y de momento se las sacaba. Mbappé se infiltró en la formación de tortuga madridista y salvó Courtois. Luego volvió a salvar y luego se equivocó al sacar con medio equipo parisino asediándole.

Él mismo salvó la situación delicadísima tras un garbeo espeluznante por el área. Por lo menos llegaba un poco el Madrid. Kroos disparó alto. La estrella era Militao, peligrosamente apercibido como Mendy, que junto a Casemiro ya se perdía la vuelta. Un poco castigado el hígado del Madrid que no precisaba. Contenía el asedio in extremis, pero no había manera de salir. El punto flaco que tenía Carvajal se lo sacó finalmente Mbappé en el área.

El Real Madrid celebra la parada de Courtois en el penalti lanzado por MessiEFE

Pero el penalti se lo sacó Courtois a Messi en una parada sublime. Lo celebró el Madrid como un gol y apareció la primera muestra de la leyenda blanca en el Parque de los Príncipes. Casemiro parecía el que cambió la historia del Madrid en aquellos veinte minutos contra el Borussia. Modric miraba como el niño que es de la guerra.

No podía salir el Madrid, esta vez de su área. Salió Neymar y Casemiro lo paró en la frontal. Pero el árbitro interpretó que fue falta lo que no fue. La mandó fuera Messi en el lanzamiento, justo antes de sacarse un pase imposible que sobrevoló, como el cuervo otra vez, el área. Luego el remate de Mbappé se marchó por casi nada.

Vinicius estaba mojado, calado, y se marchó. Salió Hazard y Valverde por Modric. Se daba la vuelta Benzema, que se marchó por Bale. Todo parecía poder acabar de una manera feliz para los de Ancelotti tras veintiún disparos fallidos o salvados por el Madrid, pero en el veintidós el hombre de la noche terminó abriendo la cueva del gigante Courtois, que a pesar del final logró proteger toda la esperanza para la vuelta.

Ficha técnica:

PSG 1: Donnarumma; Achraf, Marquinhos, Kimpembe, Nuno Mendes; Paredes, Danilo, Verratti; Di María (Neymar, m. 72), Messi, Mbappé.

Real Madrid 0: Courtois; Carvajal (Lucas, m. 71), Militao, Alaba, Mendy; Casemiro, Modric (Valverde, m. 81), Kroos; Asensio (Rodrygo, m. 71), Vinicius (Hazard, m. 81), Benzema (Bale, m. 86).

​Goles: 1-0 (Mbappé, m. 93).