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Thibaut Courtois celebra el triunfo ante el Liverpool en la Copa de EuropaAFP

Thibaut Courtois y el viaje de la ansiedad a la gloria

Tras una primera temporada errática y extraña en el Real Madrid, el portero belga culminó el sábado el camino hacia el esplendor que sus cualidades innatas le auguraban

Courtois tenía miedo cuando llegó al Madrid hace cuatro años. Llegó por unos 30 millones a Chamartín el gran portero del Chelsea, de Bélgica y del Mundial. Pero lo hizo despersonalizado, empequeñecido. Parecía un extraño asustado en aquella primera temporada errática, como la del Madrid. El belga era la imagen temblona de aquel equipo para el que parecía no estar hecho.

De chico torpe a Rhett Butler

Un aire insípido, anodino, soplaba en la portería blanca, a pesar de las indudables cualidades del guardameta. Courtois parecía el chico que parecía mayor en la pandilla de Amarcord. La ansiedad casi lo caricaturizaba, pero de un torpe personaje felliniano pasó a ser el mismísimo Rhett Butler apoyado con la sonrisa burlona, épica, en la columna del palacete sureño que es su portería.

Alaba y Militao felicitan a CourtoisAFP

El Madrid ha pasado por guerras y carestías y epidemias de las que le ha sacado Thibaut, lo último ayer en el bombardeo del Liverpool. Caían los remates y el portero del Madrid los cogía al vuelo uno tras otro como el camarero de Pretty Woman atrapaba el caracol ante la atónita y resignada mirada de los tiradores.

El gran portero blanco resistió la tormenta en sí mismo y afuera para empujar al Madrid desde su seno

Hace tiempo que el gran portero blanco resistió la tormenta en sí mismo y afuera para empujar al Madrid desde su seno, que es desde donde se hacen y rehacen los equipos. El triunfador de los asedios, el baluarte inexpugnable, todo Courtois son los judíos de Masada echando el agua sucia por las murallas para aumentar la sed de los romanos; y del PSG, del Chelsea, del City y del Liverpool.

Thibaut Courtois con la Copa de EuropaAFP

Thibaut Courtois gritaba ayer con furia mientras el tiempo corría, mientras se acababa la oportunidad para los de Anfield, expulsando al aire toda la leyenda de una actuación memorable en su primera Copa de Europa. El largo (o el corto, según se mire) camino de la ansiedad a la gloria.