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Aficionados del Real Madrid en los accesos al estadio, al fondo el lugar conflictivoCR

La Policía de París reconoce su «fracaso» en la final de la Champions

El responsable de la seguridad en el partido entre Real Madrid y Liverpool pide «sinceras disculpas» a los aficionados españoles e ingleses y cifra en 300 0 400 a los violentos, a los que tilda de «indeseables»

Didier Lallement, jefe de Policía responsable de la seguridad durante la final de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool en París, ha reconocido este jueves que la misma fue «un fracaso» porque llevó al uso de gases lacrimógenos contra aficionados, al tiempo que asumió la total responsabilidad de las decisiones adoptadas.

Durante una audiencia en el Senado, Lallement ha señalado que «hubo personas que fueron agredidas cuando el objetivo era protegerles» y que la actuación policial «perjudicó a la imagen de Francia». Esto ocurrió especialmente con los aficionados del Liverpool, más afectados por la estafa de las entradas.

Para defenderse, el máximo responsable de la policía de París ha indicado que se logró el objetivo esencial, que era evitar heridos y muertos, al tiempo que expresó sus «sinceras disculpas» a los aficionados españoles e ingleses que pudieron sentirse perjudicados. Con ello, ha invitado a todos los afectados a denunciar para poder aclarar lo que sucedió, incluidos aquellos que se vieron estafados con la compra de entradas falsas.

Lallement ha asumido la decisión de levantar el filtrado policial que llevaba a la explanada del Estadio de Francia, en la comuna parisina de Saint Denis, el pasado 28 de mayo, lo que provocó que muchas personas sin entrada legal accedieran a la misma. Según su relato, lo hizo porque la afluencia de aficionados era «masiva» y el sistema de detección de entradas falsas puesto en marcha por los organizadores, un bolígrafo con tinta química, no estaba funcionando.

Por su parte, ha reiterado la cifra de entre 30.000 a 40.000 aficionados ingleses sin entrada legal en las inmediaciones del estadio, ya avanzada por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, lo que «sobrepasó» sus previsiones y desbordó el dispositivo puesto en marcha. Eso permitió que numerosas personas sin entrada accedieran al lugar, entre ellos, de 300 a 400 «indeseables» que acudieron para cometer robos y agresiones contra los aficionados, ha especificado.

Hubo personas que fueron agredidas cuando el objetivo era protegerlesDidier Lallement, jefe de la Policía de París

Lallament ha aprovechado esta audiencia en el Senado para enviar sus «disculpas sinceras» a los aficionados afectados por los gases lacrimógenos, pero ha reiterado que era la única manera de controlar la situación sin cargar contra la masa que se había formado en varios puntos, que hubiera provocado heridos de mayor gravedad.

Además ha señalado que las decisiones que adoptó «permitieron que se disputara el partido y que se protegiera la integridad física» de todos los asistentes.