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Escopetas cargadas, crisis, pero... ¡A octavos!

Baja la persiana la Copa de Europa y este mes de noviembre sabremos contra quién juega el Madrid los octavos, que ya serán a partir del 14 de febrero, cuando no sé si habrá amor, pero sí que iremos sobrados de pasión

El Real Madrid es ese fenómeno deportivo al que algunos esperan para crear alarma, ya sea cuando empata o cuando pierde un partido, aunque solo haya perdido uno a estas alturas de la temporada. Ser el primero en LaLiga y tener asegurado el pase a octavos de la Copa de Europa es poca cosa para el Madrid. Es fascinante, no se puede negar.

Por eso hoy, cuando el único equipo español vivo en la Copa de Europa se jugaba la primera plaza del grupo ante el Celtic, había muchas escopetas cargadas.

Ganar era importante -como siempre- porque además de suponer el orden lógico de las cosas y garantizar eso que algunos llaman 'ventaja de campo' en el próximo cruce, nos evitábamos la matraca periodística de «crisis» y cosas de esas.

Jugar la Copa de Europa para otros clubes es hoy un sueño, para el Madrid es un día más en la oficina, y aunque esto no sirve para mucho, conviene recordarlo para los despistados.

Así se presentaba la tarde cuando el Celtic llegó a Chamartín, es de suponer, con el objetivo de demostrar lo que ya hizo en Glasgow: que no es un equipo menor, que tiene coraje y con el que no te puedes confiar. El mayor riesgo para los blancos era el de no perder la concentración, no distraerse con el mundial, mantener la tensión y jugar como si te fuera la vida en ello.

No se llegó a tanto en el primer tiempo pero desplegó el equipo desparpajo, asociación y talento. Fue suficiente, que se dice pronto.

En los primeros 45 minutos marcaron Modric de penalti claro y Rodrygo de otro penalti igual de claro. Lo intentó también el Celtic con otro penalti, también claro, que paró a Juranovic el mejor portero del mundo en todos los partidos.

Hasta aquí el primer tiempo, con mención especial -son cosas que me alegran- para Asensio, que demostró ganas, verticalidad y todo ese gol que sabemos tiene y él debe sacar a pasear.

Pedid y se os dará, así que nada más empezar el segundo tiempo marcó Asensio. Merecido premio para un jugador al que, perdón por la impertinencia, yo siempre creí. Que siga así.

A partir de ahí, y ya con el 3-0, el Madrid se gustó aún más y quiso hacer disfrutar al Bernabéu. Un Vinicius que parecía echar de menos a Benzema pero poco, marcó el cuarto en el sesenta con asistencia de Valverde, el mejor media punta del mundo -y de este burro no me baja nadie-. Era poco para el Halcón-Águila-Air Forcé One antes conocido como Pajarito, así que desde fuera del área marcó el quinto y último del Madrid en el 71. Cómo no quererle si lleva 5 asistencias y 2 goles en los últimos 5 partidos y aún promete mucho más.

El Celtic se llevó su gol con un magnífico trallazo de Jota que Courtois no pudo atajar, como para demostrar sin correr riesgos que también a él, a veces, le hacen gol.

Baja la persiana la Copa de Europa y este mes de noviembre sabremos contra quién juega el Madrid los octavos, que ya serán a partir del 14 de febrero, cuando no sé si habrá amor, pero sí que iremos sobrados de pasión.