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Qatarí que te viTomás Guasch

Ancelotti tiene razón: aquí hay trabajo

Carletto alzó la voz la víspera. Que si, que soy el mejor gestor pero este es un equipo muy bien trabajado. Le faltó añadir: déjense de coñas

Carletto alzó la voz la víspera. Que si, que soy el mejor gestor pero este es un equipo muy bien trabajado. Le faltó añadir: déjense de coñas. Lo demostró otra vez en Europa, su casa. Jugó un soberbio partido el Madrid. Trabajado en todo. Y bien. Ni una pega. Si acaso, el tercer gol que no llegó. Cabe considerar como gol el que evitó Rüdiger en el último minuto. No se vuelvan locos: a las ocho de la tarde, el 2-0 lo firmaba todo el madridismo mundial. Y mañana lo seguirán firmando. Y pasado.

Bien trabajado. La manera de apretar del primer al último minuto, de buscar y encontrar, de ser y sentirse superior al rival, es eso: de equipo que trabaja. No le ha lucido este curro en la Liga. Cosas que pasan. Lo demás, impecable. Este era el partido frontera, también el que viene: el de seguir en Europa o irse demasiado pronto… pues es el Madrid.

El italiano sumó su partido 215 en la Copa de Europa entre jugador y entrenador. El que más. Y dejó una reflexión. Si gana la Copa, este equipo habrá ganado estos dos años todo lo que puede ganar. Puso un pie en la semifinal, en eso tan dulce de estar a tres partidos de otra Champions. Un Madrid que ilusionó y que no le pesó lo de jugar la ida en casa. Ante un frontón: muy normal. El Madrid de Europa da miedo.

Si Carvajal, Kroos, el descomunal Vinicius, Courtois, lo que dio Asensio, Rodrygo, el estupendo Valverde y tal juegan como esta vez ningún sueño le está vetado. Volvió el Madrid de la Champions. Volvió Vinicius: Ancelotti piensa lo que servidor, es el mejor del mundo ahora. Con él y este Madrid la impresión de que sólo una noche muy negra le puede alejar de la semifinal.

Escribo escuchando a Ancelotti. No sonrió. Tampoco en Barcelona tras el 0-4. Si se debe a lo que oye y lee tiene más razón que un santo. Basta ya de histerias memas.