La defensa de Florentino y por qué Vinicius no sufre en Champions tantas provocaciones y faltas
«Siempre le hacen las faltas a él y se lleva él la tarjeta», dijo el presidente del Real Madrid. Es así... en España, porque en Europa no sufre la cacería
Vinicius está sufriendo este año una auténtica cacería física con un aluvión de faltas sufridas. Pero esa persecución que ha puesto en riesgo la integridad física del jugador del Real Madrid solo se ha visto en Liga. En Champions, nada de esto.
Varias han sido las quejas de Vinicius durante toda la temporada por lo que ha vivido en una competición en la que no se protege a las estrellas. Al contrario, se protege a quien hace faltas violentas. Ha sido una costumbre ver al jugador que hace la falta irse de rositas (e incluso sin que le piten la falta) y al jugador que la recibe llevarse la amarilla por unas lógicas protestas.
En esta Liga Vinicius lleva ya diez tarjetas amarillas (la inmensa mayoría por protestar) y a la vez es con diferencia el futbolista que más faltas recibe. Por 117 va ya. Isi Palazón (Rayo), que le sigue en la lista, ha sufrido 90. La diferencia es inmensa al igual que la comparación con el futbolista que más faltas ha recibido de los cuatro primeros equipos de Liga a excepción de Vinicius: su compañero Camavinga (53).
Bien es verdad, y no se puede obviar, que Vinicius (y Ancelotti para cuidarle) tiene que hacer una autocrítica porque él no ayuda a acabar con esta persecución. Sus gestos (a rivales y aficiones contrarias) y sus continuas protestas hacen que el foco se cambie a menudo y no se vea lo que de verdad sufre.
La defensa de Florentino
Eso es lo que vino a denunciar Florentino Pérez cuando el equipo consiguió en Sevilla la Copa de SM el Rey. «Los jugadores que le marcan cometen muchas faltas. Lo que no entiendo es que siempre le hacen las faltas a él y se lleva él la tarjeta. Hay que proteger a los jugadores como él», dijo el presidente del Real Madrid sobre Vinicius, al que definió el mejor del mundo en su puesto como «el mejor del mundo en su puesto».
Todas esas faltas, esas provocaciones y esos problemas no ocurren en Champions League. Ni hay protestas ni Vinicius se desquicia principalmente porque no hay faltas. En realidad sí las hay, claro que las hay, pero son faltas normales de fútbol, infracciones que hay que hacer para que un jugador no te supere. Eso en Liga no ocurre.
La realidad es que en Champions no hay figuras tipo Raíllo, Maffeo, Iván Alejo o Sant Bueno que quieran 90 minutos de gloria a base de perseguir a un rival. Lo que hay en la Copa de Europa son futbolistas reconocidos, contrastados y exitosos que no necesitan de otro para tener un poco de caso a nivel mediático.
Defensas duros, pero legales
Vinicius se enfrenta en Champions a defensas duros. Y ninguno le ha dado una patada aposta ni tampoco ha ido a por él. Todavía no hemos visto ni un solo partido de Copa de Europa en la que futbolistas rivales salgan a un terreno de juego a perseguir al brasileño a nivel físico y verbal. Eso en España es ya una costumbre, donde futbolistas saltan al campo con un único objetivo: pegar patadas a Vinicius y hacerle gestos con el que el madridista pierda la paciencia.
Cuando un jugador ve que hace una entrada criminal al tobillo y no le pitan ni falta seguirá haciéndolo porque el árbitro así lo permite. Ese ha sido uno de los problemas de esta Liga que da alas a los futbolistas que buscan en otros (en este caso Vinicius) una forma de ser admirados (en este caso por el antimadridismo) durante unos minutos.
En Copa de Europa eso no pasa. Hay códigos entre los futbolistas de élite que se respetan. Vinicius en Champions es el segundo futbolista que más faltas ha recibido por algo lógico: es un jugador desequilibrante y muy activo que no para y al que solo le puedes hacer falta para que no te cree peligro. Son faltas normales, futbolísticas, alejadas de cualquier odio o persecución.
Tanto es así que en Champions Vinicius solo ha visto una amarilla porque no tiene ningún problema como el que sufre en Liga. Cuando va a un estadio rival no se le aplaude, es normal, pero infunde respeto por la figura internacional que es ya en el ámbito del fútbol. Quien mejor lo expresó fue Jurgen Klopp, entrenador del Liverpool, que alucinó al ver cómo se ataca en España al brasileño: «Vinicius no provoca, que es un jugador de clase mundial».