Desde aquel 2-8 no se vio cosa igual
Una paliza. Fue una cosa entre profesionales y juveniles. Un peso pesado contra un ligero. Tampoco hay que darle vueltas: en este momento, el City es mejor
Y no marcó Haaland. Porque Courtois le paró tres. O cuatro. Pero sí, no marcó el monstruo noruego en la eliminatoria. Sorpresas da la vida. Fueron cuatro. Pudieron ser seis, siete. Desde aquella noche en Lisboa entre Barça y Bayern, el famoso 2-8, no se vio cosa igual. Una superioridad tan abismal, tan sonrojante.
Una paliza. Fue una cosa entre profesionales y juveniles. Un peso pesado contra un ligero. Un imposible. Tampoco hay que darle vueltas: en este momento, el City es mejor. Sobran análisis y milongas. Es mejor. Y el mejor gana. Normalmente.
El resultado no puede llamar a engaño. Dijimos en la ida que sería necesario el mejor Benzema para levantar un mal resultado como es un 1-.1. No pasó. Benzema no está. No le ayudó nadie. Valverde, otro que tal. Es feo señalar. El Madrid sólo tuvo un jugador en serio esta vez: su portero.
Es el último acto de un equipo tan tremendo que ganó 5 Champions en 9 años. Una locura. Merecen una estatua en cada calle de Madrid. La dificultad de la empresa lo confirma que los hay que para ganar eso, cinco, invirtieron siglo y cuarto de vida. Y mucho centenario no la tiene.
Tampoco el City, pinta que hasta el 10 de junio. Cumpleaños de Ancelotti, cuyo futuro volverá a ser asunto se debate. No anduvo fino ayer. Jugó a ser valiente y erró, creo, en lo fundamental: le faltó el cuarto volante. Pero me da que ni aún así se hubiera salvado el Madrid.
No le den vueltas: estos, ahora, son mejores. Dopados financieramente con sus jeques, sus fundaciones, sus patrañas, pero mejores: es natural. 1.167 millones de euros después de la llegada del general Guardiola, la ciudad de Manchester va a tener otro campeón de Europa.
¿El Madrid? A reiventarse. 5 de 9. Toca. Normal.