El español Rodrigo hace al Manchester City campeón de Europa por primera vez

Un español de nombre Rodrigo, nacido en Madrid, ha dado a un club inglés propiedad de Abu Dabi su primera Champions League. Y, de paso, la primera a Pep Guardiola después de 12 años. El Manchester City es el nuevo campeón de Europa.

Después de una inversión mucho más que millonaria, de años y años pagando pastizales por los jugadores que deseaba, el Manchester City de Guardiola ha ganado la Champions. Lo ha hecho tras derrotar al Inter de Milán (1-0) en una final igualada, mucho más pareja de lo esperado, decantada únicamente por un gol de Rodrigo.

El madrileño, santo y seña ahora del fútbol español en el extranjero y por quien el City pagó 70 millones, marcó el único gol que ya es historia de un equipo que como tal no la tiene. Se la dieron los petrodólares, que al fin consiguen ganar una Champions en uno de los muchos clubes que controlan desde Oriente Medio.

Lo ganó el City al final con mucho sufrimiento, con el Inter fallando ocasiones muy claras en el tramo final. Entre ellas hubo dos remates al larguero y un incomprensible fallo de Lukaku. El Manchester City de Abu Dabi, al fin campeón de Europa. Más de 1.000 millones desembolsados bien lo merecían.

Una final igualada

En una final en la que el City tuvo mucho miedo a perder, ellos tuvieron el balón, pero ocasiones hubo pocas. Solo vimos una de Haaland que tiró al muñeco (el portero Onana). El Inter, claramente inferior en la teoría, ahogó los pensamientos de los ingleses, tocados moralmente por la lesión de De Bruyne pasada la media hora.

Los italianos, bien colocados (que no encerrados), desactivaron cualquier idea que había planeado Guardiola. A los jugadores del City se les vio superados por algo que no tenían en mete. Y a veces nerviosos ante la cita que tenían este sábado, incomparable con cualquier otra.

Un ejemplo fue Haaland. No le quitaremos aquí ni un mínimo de grandeza al mejor delantero del año, una máquina de hacer goles, pero sí que toda una final de Champions le vino muy grande al noruego. No hizo nada.

Peor fue la defensa de Guardiola, unos 'flanes' y un peligro constante para los suyos cada vez que cualquiera de ellos tocaba el balón. El portero Ederson regaló unos cuantos balones y los compañeros de atrás daban miedo. En una de esas Lautaro se quedó solo ante el guardameta y falló. Y en esas ocasiones se decide un título.

El héroe español

Cuando más acongojado estaba el City apareció Rodri. Uno de los fijos en nuestra selección –a quien Luis Enrique le mandó a la defensa en uno de sus inventos del Mundial– marcó el gol de la victoria del club inglés. En la única jugada mal defendida por el City Rodri entró solo en el área desde segunda línea y con un golpeo exquisito puso el 1-0.

El Inter reaccionó bien. Dimarco tuvo el empate pero su cabezazo se fue al larguero y el rechace, también de cabeza, evitó que fuera gol su compañero Lukaku, que merece un capítulo aparte en esta crónica. Lo del belga pasará a la historia como el hombre que se quedó siempre en el casi, que evitó que sus equipos ganaran.

Si Bélgica cayó en el Mundial con numerosos fallos de Lukaku, que erró ocasiones muy claras, aquí hizo lo mismo. En el tiempo del descuento tuvo el empate. Estaba solo a un metro de la portería, le pusieron el balón en su cabeza, él remató... al sitio exacto en el que estaba el portero del City. La imagen fue terrible para él: un fallo grosero del que se supone que es un delantero de élite. Y ahí se acabó la final.

Guardiola ya tiene su Champions. Es la tercera, la primera fuera del Barcelona. Le ha costado 12 años y un desembolso sin precedentes en la historia: más de 1.000 millones de euros gastados para ganar la competición . Es su momento y así se lo ha merecido en un año fantástico. Alegría en Mánchester y mucho más en Abu Dabi, propietarios del nuevo campeón de Europa.