Rodri Hernández, el futbolista que explica por qué sí gana Guardiola y por qué no lo hizo Luis Enrique

Rodrigo Hernández fue el héroe del Manchester City en Estambul. El centrocampista español quedará ya siempre como un símbolo del equipo inglés propiedad de Abu Dabi al ser el autor del gol con el que consiguen su primera Champions. Se podría decir, para que el aficionado español se acerque a la comparación, que Rodri es al City lo que Koeman es al Barça. O incluso lo que Mijatovic es al Madrid. Autores de goles icónicos con los que estos equipos abrieron camino (en el caso del Madrid no fue la primera, pero sí el regreso a la victoria tras 32 años).

Si bien un gol decisivo a menudo puede ser engañoso porque el futbolista que lo hace no tiene gran relevancia, con Rodri sí se corresponde la épica en forma de gol con la realidad. El madrileño ha sido el líder en el campo del Manchester City, una extensión de Guardiola en el césped.

Rodri, que es uno de esos futbolistas silenciosos sin mucho marketing, es una de las más altas irrupciones en los últimos años en el fútbol. A punto de cumplir los 27 años alcanza el éxito internacional, pero viene antes de hacer un trabajo picapedrero: es uno de esos futbolistas que juegan más para sus compañeros brillen que para que lo haga él.

Criado en la cantera del Atlético, de allí se fue porque a alguien se le ocurrió que era demasiado bajito para jugar allí (y eso que ahora mide 1,90m). Se fue al Villarreal, donde verdaderamente se hizo futbolista. Y regresó al Atlético, donde tan solo aguantó un año a las órdenes de Simeone. Los rojiblancos se llevaron 70 millones y el City fichó a un futbolista ya en su historia.

Un éxito de Guardiola

Rodri es un éxito de Guardiola. El entrenador español ha convertido a su compatriota en el mejor centrocampista del mundo, en un amo y señor del control del juego y en un perfecto entendido de lo que Pep quiere transmitir en el campo. Es pues Hernández un hijo futbolístico de Guardiola, que en todo momento le puso una buena presión sobre sus espaldas: tú eres el líder de este City.

Siendo tan brillante en el centro del campo, teniendo tantas buenas actuaciones en esa posición, se sigue sin entender como Luis Enrique le llevó a central en el Mundial. Han pasado ya seis meses de la eliminación de España en Qatar y algunos fallos duelen más ahora que antes.

Y es que el anterior seleccionador nacional sacrificó al Rodri del centro del campo que tan bien funcionaba para ponerle de central. Fue uno de esos inventos que todo entrenador hace. Un invento que acabó en desgracia, ya que Rodri estuvo totalmente desdibujado en Qatar, no dio su mejor nivel (como ningún futbolista español) y la selección perdió además la oportunidad de tener al mejor en el centro del campo.

El propio Rodri reconoció ya en la etapa de Luis de la Fuente que no estaba satisfecho con su posición en el pasado Mundial. «Mi posición es clara, la que desarrollo en mi club y en la que rindo al máximo nivel: es la de pivote», dejó claro el ahora campeón de Europa con el City.

Lo más llamativo de ese esperpento que montó Luis Enrique es que puso a un centrocampista de central cuando él había llamado a cuatro defensas centrales puros: Eric García, Hugo Guillamón, Pau Torres y Aymeric Laporte. El mensaje fue claro: no creo en los que he llamado (a muchos los convocó por relleno, para que no molestaran, como es el caso de Eric y Guillamón) y pongo a uno que no es ni defensa.

Eso le costó muy caro a España y le salió muy rentable al City. Ahora el equipo que sí le usa en su posición es campeón de Europa y lo es con el propio Rodrigo como figura. El mejor pivote del mundo, nombrado mejor jugador de toda una final de Champions (algo que le da el gol, no el partido, que no fue del todo bueno), es español y en España no lo utilizamos así. Guardiola sí y por eso ahora Rodri abraza el mayor éxito de su carrera.