Nápoles 2-3 Real Madrid
El Real Madrid honra al fútbol en la casa de Maradona y demuestra su fortaleza en Champions
Gran victoria del equipo de Ancelotti, que empezó perdiendo en Nápoles, pero remontó con goles de Vinicius, Bellingham (una obra de arte) y Valverde
El Real Madrid da el primer golpe en la Champions. El sábado lo hizo en la Liga y tres días después lo hace en la Copa de Europa. En un partido duro, igualado, de élite continental, el equipo de Ancelotti ha remontado en Nápoles para llevarse una victoria vital (2-3) con el que encarrila el pase a los octavos.
En un gran partido de fútbol –lo que debe ser siempre la Champions– el Madrid supo tener temple para ganar un duelo de forma épica. Lo empezó perdiendo, pero lo acabó ganando. Pasó entre media por el empate. La entrada al campo de Modric fue clave y antes Bellingham hizo del fútbol arte con un gol precioso que honró a quien da nombre al estadio en el que se jugó el partido, el Diego Armando Maradona.
Lo dijo Tomás Guasch en su columna del pasado sábado: Bellingham se ha alfredizado. Es decir, que hace de todo en el campo y lo hace todo bien, que es lo que hacía Don Alfredo Di Stéfano. Bellingham honró al fútbol en el campo que lleva el nombre de uno de los grandes de la historia de este deporte, Diego Armando Maradona. Que mejor manera que brillar que hacerlo en escenarios como estos.
Hablamos, y hay que iniciar la crónica con ello, con una jugada de fútbol total de Bellingham, que cogió el balón en el centro del campo, tiró para el área sin complejos, empezó a hacer regates (el último en el área de quilates) y marcó gol. Era el 1-2, pero qué preciosidad de fútbol y de jugada. Este deporte se inventó para ver cosas como la que hizo el inglés.
Antes de ello tuvimos al Nápoles adelantándose en el minuto 19 por un fallo garrafal de Kepa, dubitativo especialmente en las salidas. Así vino el gol: córner que se tragó el portero del Madrid, que salió con el puño y golpeó al aire. El central Natan remató, se chocó con el larguero, pero el rechace le llegó al otro central, Ostigard, y sin oposición y sin portero en la línea marcó con facilidad.
Lo bueno es que el Real Madrid reaccionó bien y Vinicius, a pase de Bellingham, entró en el área y se reencontró con el gol un mes y medio después definiendo de forma perfecta con un disparo cruzado. Lo del infierno de Nápoles duró poco. Siete minutos después hizo Bellingham lo aquí ya contado para poner el 1-2.
En un momento en el que el balón iba de área a área Kepa salvó el empate y se resarció de su fallo con una buena parada a Osimhen, el delantero al que el Nápoles ninguneó en sus redes y ahora es titular. La parada tuvo mérito por los reflejos, pero cualquier guardameta de élite tenía que hacerlo.
El fútbol cambia rápido y la segunda parte comenzó con una de esas jugadas que el fútbol moderno ha convertido en penaltis dentro de esa parte desquiciante que es la mezcla de un hombre en el VAR o que no ha jugado nunca al fútbol o que busca donde no hay. Un centro del Nápoles golpeó en el pie de Nacho, que se tiró para evitar ese centro. Del pie el balón fue de rechace a la mano. Mano era clara, pero es que el balón venía rebotado. El árbitro se fue a verlo a la pantalla, pitó penalti y la pena máxima la marcó Zielinski. El fútbol moderno, el VAR, los rebotes y la polémica que jamás terminará porque los propios árbitros no quieren que termine.
Sale Modric, marca Valverde
El Madrid perdió el balón y Ancelotti se dio a los diez minutos que había que cambiar el plan. Sacó a Modric, que llevaba dos partidos (y la segunda parte de un tercero) sin jugar ni un solo minuto. Y Luka dirigió al equipo con otro aire, con ese aire futbolístico que lleva diez años disfrutando el madridismo. La cosa cambió.
El Madrid se puso a jugar en área contraria, atacó sin miedo y así llegó un misil de Fede Valverde desde fuera del área, un disparo que chocó con el larguero, que casi se viene abajo con la fuerza que le dio el uruguayo. Aguantó la madera y tuvo la suerte el Madrid que el rechace le pegó al portero Meret en la espalda, lo que provocó que entrara en la portería. El 2-3 por un zapatazo que le salvó un rechace. Todo vale. La UEFA da el gol en propia puerta al portero, pero aquí se lo daremos al que tiró con mérito: Valverde.
Con ello, el Madrid controló el resultado, apenas sufrió y confirmó una victoria que es un golpe a esta fase de grupos de Champions que se pone muy de cara: seis puntos de seis y 10 partidos jugados en total y nueve triunfos. Y victoria en una plaza tan difícil como Nápoles. Siempre hay que tener calma, la derrota en el derbi fue algo casual.
Ficha Técnica
Real Madrid 3: Kepa; Carvajal, Nacho, Rüdiger, Camavinga (Mendy, 64'); Tchouaméni, Kroos (Modric, 64'), Fede Valverde, Bellingham; Rodrygo (Joselu, 75') y Vinicius (Ceballos, 84').
Goles: 1-0 Ostigard (19'). 1-1 Vinicius (27'). 1-2 Bellingham (34'). 2-2 Zielinski (54'). 2-3 Fede Valverde (78').