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Los jugadores del Barça celebran un gol ante el NapoliAFP

Barcelona 3-1 Nápoles

Un buen Barça sufre por momentos, pero recupera su lugar entre los mejores de Europa

Cualquiera que echara una ojeada a la hoja de alineaciones y que esté algo desconectado del día a día futbolístico se llevó una sorpresa. El Barcelona salía a un encuentro de octavos de final de Champions, ante el campeón de Italia, con dos juveniles de primer año en el once inicial. Dos niños que deberían estar más pendientes de los exámenes que de otra cosa. Y, sin embargo, en cuanto la bola echó a rodar, las dudas sobre su presencia se disiparon.

Está pasando una temporada realmente difícil el equipo culé, lejos de las expectativas y con un juego muy cuestionable en muchos tramos del curso, pero siempre puede contar con su cantera. Porque aunque los titulares se los lleven Yamal y Cubarsí, porque son muy buenos y porque son del 2007, también está Fermín López, del 2003, quien precisamente abrió el marcador. En tiempos de crisis, la respuesta siempre está en casa.

El encuentro empezó de la única manera que un partido tan importante, con dos equipos que vienen dejando tantas dudas, podía hacerlo. Poca pausa y mucho descontrol, nacido más de arrancadas de inspiración individual que como fruto de un gran trabajo colectivo detrás.

El Barça, al igual que en la ida en Nápoles hace tres semanas, quiso marcar las diferencias desde la presión, mandando al bloque muy arriba, cerrándose dentro e incitándoles a jugar por fuera. Los italianos no quisieron arriesgar (no hay mayor síntoma que el equipo pasa por un bache emocional tremendo) y mandaban balones largos al delantero Victor Osimhen en cuanto se sentían presionados. Con ambas defensas tan adelantadas, las ocasiones con balones largos buscando atacar ese espacio vaciado se sucedieron rápidamente.

Y en una de esas Raphinha, en un rol mucho más interior que de costumbre (y en la izquierda en lugar de en la derecha), tiró un desmarque indetectable para la defensa rival, se internó en el área y cedió a un Fermín que llegaba solo desde segunda línea para abrir el marcador.

Fermín adelantó al Barça con un gran golAFP

En toda eliminatoria europea es innegociable pasar por un momento, unos minutos, donde todo está en tu contra y lo único que te queda es aguantar el temporal y sobrevivir como puedas. Las maneras de salir de esa situación es lo que diferencia a los buenos equipos de los grandes, de los aspirantes. Y el Nápoles se vino abajo a las primeras de cambio.

Inmediatamente después de ese gol de Fermín, una contra muy mal defendida acabó con un disparo al palo de Raphinha que posteriormente Cancelo convirtió en gol. El reloj apenas pasaba del cuarto de hora inicial y el marcador ya mostraba un 2-0.

Con esa ventaja en el marcador, no se sabe si por iniciativa propia o por orden de Xavi, el Barça dio un paso atrás. Queriendo defender más cerca de su área, protegiéndose. Pero, como ha quedado claro en multitud de ocasiones en toda la era Xavi, su Barça no sabe defender bien. Le faltan muchísimos conceptos básicos de compenetración y coordinación. Así que tampoco sorprendió que Araújo se quedase enganchado absurdamente en un error impropio, imposibilitando el fuera de juego, y permitiendo el gol rival. La eliminatoria volvía a abrirse.

Salió con buena actitud el Nápoles al segundo tiempo, dispuesto a quemar todas sus balas y apoyándose en un Kvaratskhelia que quiso asumir responsabilidades y generar buenas situaciones a los suyos. Por el otro lado, Lewandowski completó un gran partido jugando lejos del área, descargando balones largos y dejando de cara a compañeros, permitiendo al equipo respirar con balón.

Con el partido en una situación complicada, con la prórroga acechando, decidió mover ficha Xavi y apostar por dar entrada a Sergi Roberto y Oriol Romeu, lo que a su vez modificó la posición de Gündogan y le mandó más arriba. Y si bien esa es la mejor posición del alemán, más cerca del área, existía el riesgo de perder su pausa y criterio en zonas más bajas cuando el balón más estaba quemando.

Lo que siguió, sin embargo, fue un gran tramo del Barça que, con Lamine Yamal por un lado y Joao Cancelo por el otro, estaba rondando el gol de la sentencia. Tuvieron varias, incluido un gol anulado a Yamal, pero no concretaban para desesperación de Xavi Hernández.

Osimhen intenta controlar un balón en el área rivalAFP

El Nápoles estaba hundido físicamente, sin llegar a las presiones, y no logrando meter en su área al Barça pese a que estaban a un gol de empatar la eliminatoria. Fue un segundo tiempo muy pobre de los dirigidos por Francesco Calzona, incapaces de tomar las riendas del encuentro. Y al final, inevitablemente, las cosas iban a caer por su propio peso. En una gran combinación, Sergi Roberto se adentró en el área y asistió a un Lewandowski que redondeó su gran partido.

Vuelve el Barça a los cuartos de final de la Champions League. Cuatro años después, que se dice pronto. Allí seguramente el sorteo no les vuelva a sonreír, la mayoría de equipos juegan mejor que ellos y la pelota no suele mentir, pero era importante para ellos volver a estas instancias. Su primera eliminatoria de Champions ganada en la era posterior a Leo Messi. La primera en la era de los Yamal, Cubarsí y compañía.

Ficha técnica

Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Araújo, Cubarsí, Cancelo; Christensen (Oriol Romeu, 60´), Fermín (Sergi Roberto, 60´), Gündogan; Yamal, Lewandowski, Raphinha (Joao Félix, 81´)

​Nápoles: Meret: Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesús, Mário Rui (Olivera, 64´); Lobotka, Anguissa, Traoré (Raspadori, 78´): Politano (Lindstrom, 64´), Osimhen, Kvaratskhelia (Ngonge, 93´)

​Goles: 1-0 Fermín (15´); 2-0 Cancelo (17´); 2-1 Rrahmani (30´); 3-1 Lewandowski (83´)