El estado de confianza de Lamine Yamal y cómo ha sido capaz de levantar la moral del Barcelona
El extremo, de tan solo 16 años, está brillando en el conjunto azulgrana gracias a su inagotable magia en los momentos determinantes
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No lleva ni un año como futbolista profesional y ya se está echando el equipo a su espalda. Y tan sólo tiene 16 años, una edad más propia de un estudiante de cuarto de la ESO o Primero de Bachillerato que de un futbolista profesional. Pero Lamine Yamal (Esplugas de Llobregat, 2007) sabe que tiene absolutamente todo para triunfar y hacer historia en el Barcelona, el club de sus amores y, prácticamente, de su vida.
Y que el Barcelona dependa exclusivamente en ataque de lo que haga un chaval de 16 años es preocupante. El chico es muy bueno, pero por edad no le corresponde ser el líder de un equipo tan grande como el Barcelona. Lamine está muy por encima del nivel mostrado por Robert Lewandowski y cuando su equipo le necesita... ahí está para sacar su magia y desequilibrar los partidos que se le atragantan al conjunto azulgrana.
Yamal es un jugador que se ha curtido en la calle, de esos que ya no quedan en el mundo del fútbol. Esas cualidades se ven cuando tiene el balón en los pies. Y lo positivo es que ha sabido llevar esos automatismos del fútbol de barrio al de élite. Y eso es precisamente lo que le diferencia del resto.
Con 16 años es un mago del balón y muchos ya le están empezando a comparar con Leo Messi, algo que le podría hacer mucho daño si no lo sabe gestionar. Se suele decir que el halago debilita. Y no sería la primera vez que un futbolista criado en Can Barça no sabe lidiar con la presión que requiere ser jugador del Barcelona.
Es por eso que Lamine está en un estado de confianza tremendo. De momento ha marcado cuatro goles en 28 encuentros, cifra que nadie a su edad había conseguido. Le sale absolutamente todo y ha sido capaz de levantar la moral de un Barcelona que está firmando una campaña cuanto menos decepcionante. Perder en cuartos de Copa, perder la final de la Supercopa y estar algo lejos en Liga no es para estar orgullosos.
Objetivo: Nápoles
El objetivo más inmediato para el Barça es la Champions. De momento, el cuadro barcelonista está en octavos y debe de sentenciar al Nápoles en Montjuic para lograr el pase a unos cuartos que no pisa desde hace casi cuatro años. Por aquel entonces, estábamos en tiempos de pandemia del covid-19 y el Bayern humilló al Barça con ese famoso 2-8 que tanto daño hizo en la entidad catalana.
Y es que alcanzar (por lo menos) los cuartos de final es un objetivo prioritario para el Barça. Pero viendo lo mucho que le está costando ganar a cualquier equipo, no sería raro si el Nápoles les consigue eliminar. Para evitar un nuevo descalabro europeo, el Barça se aferra a su chico de oro para superar a los napolitanos y dejar en anécdota el 1-1 de la ida en el Diego Armando Maradona.
La historia en cuartos de final será distinta. De momento, en esa fase ya esperan Real Madrid, PSG, Manchester City y Bayern de Múnich. Quedan por resolver los cuatro últimos partidos de octavos y a esos equipos se podrían sumar el Arsenal/Oporto, Dortmund/PSV y el Atlético/Inter. Es decir, rivales de mayor entidad que, a día de hoy, están muy por encima del Barça.
El Barça rechazó 200 millones
Lamine está empezando a causar sensación en el fútbol europeo. No es para menos. Todos los grandes europeos le quieren fichar, pero la primera oferta que ha llegado a las oficinas de Can Barça viene desde París. El PSG ofreció 200 millones por Yamal. ¿Cuál fue la respuesta del Barça? Carpetazo y a otra cosa. Lamine es un jugador demasiado valioso.
Es sabido que el Barça lleva conviviendo un par de temporadas con problemas económicos derivados de las famosas palancas de Laporta. Y esa carencia ha obligado al conjunto culé a hacer malabares a la hora de fichar y renovar futbolistas de la primera plantilla. Es por eso que no les vendría mal vender a algunos jugadores cotizados para obtener algo de margen. Entre Frenkie de Jong, Araujo y Yamal podrían sacar casi 400 millones.
Desde el Barça consideran a estos jugadores demasiado importantes y sólo una oferta irrechazable (como los 222 millones ofrecidos por el PSG para llevarse a Neymar) les podrían hacer cambiar de opinión. Por el momento, Lamine es intocable y es considerado como la salvación del Barça a nivel ofensivo en tiempos de zozobra.