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Carlo Ancelotti junto a sus jugadores Bellingham y Rüdiger

Carlo Ancelotti junto a sus jugadores Bellingham y RüdigerEFE

Las claves del partido del Real Madrid en Múnich y la versión que deben ser para sumar el triunfo

Justo ahora que se ha cumplido una década del 0-4 del Real Madrid en el Allianz Arena de Múnich, la primera gran noche gloriosa de estos últimos años de esplendor blanco, los de Carlo Ancelotti vuelven a visitar el lugar del crimen. Lo hacen, de nuevo, a las puertas de una final europea y enfrentando a un club, el gigante bávaro, que es de los pocos que le puede aguantar la mirada al Real Madrid en lo que a grandeza se refiere. Otro capítulo más del clásico europeo por excelencia. Otra vez a las puertas de la historia.

La Copa de Europa es un eterno Madrid - Bayern porque este es el duelo que enfrenta a muchos hombres que ya la ganaron porque ya la conocieron. La competición que todos quieren anhela desde ya el próximo episodio de esta saga favorita.

Para intentar empezar a imaginar lo que será el convite en Alemania, a falta de saber cómo de mermado estará el Bayern por las bajas (Musiala, Sané o De Ligt, jugadores troncales todos ellos, son duda hasta última hora), Thomas Tuchel y Carlo Ancelotti, que se enfrentaron por última vez en esa maravillosa eliminatoria entre el Chelsea y el Real Madrid en 2022, resuelta en la prórroga, buscan ultimar sus planes de partido y encontrar la rendija en el sistema rival.

En una rueda de prensa de la pasada semana, Tuchel dio, sin quererlo ni meditarlo, una maravillosa definición de este Real Madrid 2023/24. El entrenador alemán dijo que los goles del equipo blanco «no los ves venir. Parece que los tienes controlados, sin aparente peligro, y cinco segundos después es gol». La imprevisibilidad como norma. Lo que ha caracterizado siempre el fútbol de Ancelotti, de Milán a Chamartín.

Tras Haaland... Kane

Los centrales del Real Madrid cumplieron con nota el reto de medirse a Erling Haaland en los cuartos de final. Rüdiger, Tchouaméni y Nacho anularon al noruego y apenas le dejaron intervenir. Ahora tendrán otro desafío, más o menos exigente pensará cada uno pero desde luego muy diferente. Haaland y Kane, probablemente los dos mejores delanteros en el mundo a 2024, representan paradigmas bien distintos de cómo sentir la posición de delantero.

Harry Kane, delantero inglés del Bayern de Múnich está haciendo un inicio de temporada espectacular

Harry Kane, delantero inglés del Bayern de Múnich, está haciendo una temporada espectacularAFP

Si a Haaland le gusta fijar a los centrales y buscar el remate, un auténtico especialista encontrando huecos y formas con las que impactar el balón, al inglés le gusta involucrarse constantemente en el juego, bajar a recibir, sumarse a las posesiones y ser un activo más en las mismas. Jugadores como Thomas Müller o Serge Gnabry son especialistas compensando esos movimientos del inglés: si Harry baja, ellos estiran y llegan al área.

Por lo tanto, los centrales del Real Madrid no tendrán una referencia tan clara como en la eliminatoria ante los de Guardiola y tendrán que coordinarse bien entre saber cuándo soltar y cuándo coger a sus marcas. Si los centrales saltan lejos a defender la recepción de Kane, liberan un espacio valiosísimo a su espalda; si, en cambio, prefieren quedarse en su posición, Kane queda libre para hacer la superioridad por dentro.

Tapar por dentro a Musiala

El gran Bayern Múnich de la pasada década, que llegó a cuatro finales de Champions y venció dos, se caracterizaba por ser un equipo tremendamente exterior. Sus posesiones consistían en llevar el balón fuera para sus extremos y que éstos pudiesen encontrar al delantero en el área. Era así porque ese estilo beneficiaba a sus mejores jugadores, desde Robben y Ribéry por fuera hasta Lewandowski en el punto de penalti. Ahora, con todos ellos ya lejos del club, el enfoque ha cambiado. Ahora se entregan a su nuevo diamante, Jamal Musiala.

Musiala es un mediapunta finísimo, con una capacidad de giro prodigiosa que, ya sea partiendo desde dentro o desde la izquierda, le gusta aparecer en el carril central y desde ahí inclinar el campo. Por lo que el Bayern hace todo lo posible en encontrarle.

Los de Tuchel buscan ser muy anchos en sus primeras líneas, abriendo la defensa rival, para poder encontrar huecos por dentro donde filtrar. Ya sea con un central, generalmente el izquierdo, Eric Dier, abriéndose muchísimo, casi pisando la línea de banda, o con uno de los centrocampistas, normalmente Leon Goretzka, bajando a primera línea para incitar al rival a saltar ahí y desprotegerse por dentro.

El Real Madrid viene jugando en un 4-4-2, que es el mejor sistema para tapar espacios, y el último partido en Anoeta el doble pivote conformado por Tchouaméni y Modric estuvo especialmente bien limitando a la Real Sociedad a que progresara por dentro, ganando duelos y apareciendo en coberturas. El francés ex del Mónaco se presenta vital en esta empresa, por lo que lo normal sería que Ancelotti le mantuviera en su mejor posición y confiara en Nacho para la defensa.

Si el Real Madrid logra tapar por dentro y limita las apariciones de Kane y Musiala, obligándoles a jugar por fuera (amenaza más reducida, especialmente con la lesión de Coman, aunque Kimmich y Davies son dos fantásticos laterales que llegan en profundidad y ponen buenos centros), tendrá muchas opciones de vencer. Los de Ancelotti demostraron en Manchester que tienen individualidades y sistema para resistir largas embestidas. Podrán hacerlo otra vez.

Una década después, Vinicius

Si en el mencionado 0-4 del Real Madrid en 2014 la BBC se doctoró, sembrando el pánico en cada cabalgada hacia la portería de Manuel Neuer, ahora le toca recoger el testigo a Vinicius como heredero natural del ataque blanco. Tal y como se vio en Manchester, o en el clásico ante el Barcelona, este Real Madrid es un equipo muy capacitado para dañar a la contra, con Bellingham de enlace y Vinicius y Rodrygo como balas.

Vinicius y Foden se disputan un balón

Vinicius en la eliminatoria ante el Manchester CityEFE

El Bayern puede sufrir especialmente ante este tipo de planteamiento por parte de Ancelotti: por fuera, en los laterales, al rapidísimo Davies le faltan conceptos defensivos, y al talentoso y listo Kimmich, en cambio, le falta velocidad punta para frenar estos envites. En los centrales, más allá de si se confirma la baja de De Ligt, el inglés Dier sufre a campo abierto, el francés Upamecano vive al límite constantemente y el surcoreano Kim está algo irregular en los últimos meses. Si el Real Madrid logra conectar con Vinicius, él responderá.

El brasileño ha ido, paulatinamente en su carrera, abandonando la banda para pasar a jugar por dentro. Ancelotti cada vez parece más convencido de su versión de delantero centro. Y allí, el ´7´ blanco está respondiendo como una superestrella. Capacidad para administrar y temporizar en situaciones de inferioridad, retenciones ante acoso, amenaza al espacio y capacidad para mantener precisión asociativa jugando a alta velocidad. Parece difícil imaginar una gran noche del Real Madrid si no es una gran noche de Vinicius.

La interminable espera para que el balón eche a rodar pesa en la conciencia de cada aficionado al deporte. El fútbol se inventó hace más de 150 años para estos partidos, para estos jugadores, para estos entrenadores, para estos estadios, para estas competiciones.

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