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Qatarí que te viTomás Guasch

Bieito y Vinicius arreglaron el día

Necesitábamos referencias, una por lío al menos, y yo las tuve. El artículo de Bieito Rubido, director de El Debate, o sea mi director, me permitió levantar el día que amaneció oscuro y plomizo

No conviene escribir hablando en primera persona, de uno, aquí servidor. Me lo van a permitir esta vez. Este martes 30 de abril viví pendiente de dos de mis pasiones: el Periodismo y el Fútbol, ambos con mayúsculas. Los dos, amenazados.

La amenaza del fútbol, del Madrid, era y sigue siendo nada menos que don Bayern, que a estos hay que tratarles con ese respeto, el don por delante. La amenaza del Periodismo… ¡qué les voy a contar!

Necesitábamos referencias, una por lío al menos, y yo las tuve. El artículo de Bieito Rubido, director de El Debate, o sea mi director, me permitió levantar el día que amaneció oscuro y plomizo. Su «Contra la Prensa, contra los ciudadanos y contra la democracia» está entre las grandes piezas del Periodismo español. De siempre, digo. Una delicia en el cómo y el por qué. Supone saber dónde acudir, el asa en el que agarrarse. Como periodista, ciudadano y demócrata, muchísimas gracias, gallego. ¡Olé y olé!

Luego apareció Vinicius, allá en Múnich. Estamos ante el Real Vinicius CF. Sí, sí. Es opinión muy extendida que el mejor delantero del mundo es Mbappé. ¿Me pueden decir a qué distancia, en milímetros, está el brasileño? Dos goles suyos, producto del peligro constante que fue, ponen al Madrid camino a la final de Londres… pero sólo eso. Con él también sabes dónde acudir, a quién agarrarse.

2-2. Parecía que el Madrid iba a perder por fin un partido, la última vez fue por septiembre. Pero no. Rodrygo, que fino no estuvo, provocó un penalti y su colega lo anotó. Adiós derrota y confirmación de lo inevitable: esta eliminatoria se decidirá en el Bernabéu. Las tablas ponen al Madrid con una cierta ventaja, nada más. Don Bayern, montones de delanteros muy buenos y defensas sospechosos, asegura otra noche de cuchillos largos.

No fue el Madrid súper concentrado, metido, pétreo de Mánchester. Salió como atontado. Ancelotti se lo recriminó al final. Apareció como sobradillo. Como si no supieran cómo sale el Bayern en su casa desde el día que lo fundaron. Los primeros veinte minutos recordaron todos aquellos de Inglaterra. Como allí, la primera llegada del Madrid y gol, una diablura de Kroos que liquidó Vinicius.

El equipo se entonó, volvió bien del descanso, pero en un plis plas el Bayern le recordó que estaba en Alemania. Y ahí se sufre. 2-2. Camino del City no vi muerto al Madrid. Ahora no le doy por clasificado. Probablemente lo estará, pero le queda un tormento. El Clásico de Europa siempre tiene cuernos. Muchos.