Claves y protagonistas del encuentro en el Bernabéu, la oportunidad del Real Madrid de regresar a una final
Kroos, Vinicius, Bellingham y compañía se preparan para una gran noche en el Bernabéu, pero el Bayern también tiene cosas que decir
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Vuelven a estar a 90 minutos, 120 a lo sumo, de una final de la Champions League. Otra más. Convertir lo extraordinario en rutina es el día a día del Real Madrid. Lo que para la gran mayoría de clubes del mundo sería una ocasión especial, una de esas que guardar en la memoria, en la capital española amanece con la calma del que ya se ha sentido ahí muchas veces. Cuando a las 21 de la noche un rugido ensordecedor haga temblar los cimientos del Bernabéu y un despistado, sin entender el asunto, pregunte qué es lo que está ocurriendo, la respuesta será sencilla: «Lo de siempre».
En el lado contrario, ni más ni menos que el Bayern de Múnich. Habiéndose quedado a cero en la temporada en Alemania, depositan sus esperanzas en la competición que les ha hecho grandes. La Copa de Europa es un eterno Madrid-Bayern porque este es el duelo que enfrenta a muchos hombres que ya la ganaron porque ya la conocieron.
Con el 2-2 de Múnich todavía en la memoria, madrileños y bávaros han tenido una semana para revisar el encuentro, encontrarle los puntos débiles al rival y potenciar sus cualidades. Las cartas ya están sobre la mesa.
El Bayern contra Kroos y sus fantasmas
Una de las decisiones más importantes que ha tomado Thomas Tuchel, entrenador del Bayern, esta temporada ha sido la de colocar a Joshua Kimmich, el mediocentro del equipo, como lateral derecho. El entrenador echaba en falta una mayor contribución defensiva del jugador, por lo que decidió reubicarle y optar por un mediocampo menos creativo, menos fluido con balón, pero de mucho trabajo y recorrido.
El encuentro de ida fue el perfecto ejemplo. Goretzka y Laimer, los elegidos por Tuchel, se hartaron a correr pero apenas otorgaron ninguna solución cuando el equipo se atascó y necesitaba encontrar a sus jugadores de ataque. El entrenador, descontento con lo visto, decidió intervenir al descanso y colocar al polivalente Raphael Guerreiro en sustitución de Goretzka, aumentando por mucho la fluidez del equipo y su capacidad para encontrar a los Musiala, Kane y Sané por delante.
Sin embargo, el pasado sábado, en la derrota del Bayern en Stuttgart, Guerreiro se lesionó. No parece que vaya a llegar al Bernabéu. Así que la pregunta vuelve a carcomer a Tuchel. ¿Sacrificar capacidad creativa o trabajo sin balón? ¿Devolver a Kimmich al medio o apostar por lo que no funcionó en la ida? El jovencísimo Pavlovic, un punto intermedio, podría ser la solución, pero hay que tener cuidado a la hora de echar a un jugador de 20 años a los leones.
Lo más sangrante de todo fue que, mientras el Bayern tenía estos problemas, vio en primera persona a Toni Kroos, su antiguo jugador, bailar sobre el césped de Múnich. Kroos es justo lo que necesitarían, aunque eso se aplica a cualquier equipo del mundo. El Bayern deberá contenerle y lograr que su impacto se reduzca lo máximo posible. Si Toni dicta los tiempos, el Real Madrid juega de cara y con el viento a favor. Dicen que en el mediocampo es donde se ganan los partidos. La primera batalla se la llevó el alemán del Madrid. Ahora le toca a Tuchel intervenir.
Vinicius contra todos
Vinicius volvió a firmar una noche para el recuerdo en Múnich. Dos goles y un tormento a la espalda del central surcoreano Kim Min-Jae. De cara a la vuelta, parece que el Bayern recupera a su mejor central, el neerlandés Matthijs de Ligt, y que él se encargará de marcar a un Vinicius que, en su nueva vida como delantero centro, se está mostrando imparable. Combina una velocidad endiablada al espacio con cada vez mejores apoyos y retenciones en inferioridad que dejan a sus compañeros en situaciones ventajosas. Salvo sorpresa, el brasileño volverá a responder a la exigencia. Siempre lo hace. Habrá que ver si los centrales rivales son capaces de frenarle.
Lo que necesitará el ´7´ brasileño en esta ocasión será un poco más de ayuda de Bellingham y Rodrygo. Ni inglés ni brasileño estuvieron especialmente bien en el Allianz, y parece difícil imaginar a los de Ancelotti en la final si dos de sus tres puntales ofensivos vuelven a estar por debajo de las expectativas. A Bellingham le frenó el comentado mediocampo tan trabajador del Bayern, que no paró de correr y marcarle, mientras que Rodrygo simplemente no tuvo el día. Ahora, les toca.
Musiala para guiar al Bayern
Sorprendió el Bayern en la ida colocando, de inicio, a Musiala y Sané en sus bandas menos habituales. Seguramente, con el objetivo de alejar a Jamal Musiala, la gran perla de la que disponen, del área de influencia de Tchouaméni, el antídoto del Real Madrid contra él. No funcionó.
En el descanso cambiaron posiciones, regresaron a sus más favorables, y Musiala se dio un festín atacando a Lucas Vázquez. Ahora el Real Madrid recupera a Carvajal, y eso es una noticia fantástica de cara a sus opciones. Pocos laterales hay más fiables que Dani. Tanto, que es posible que Ancelotti confíe tanto en él que se pueda permitir no tener a Tchouaméni en el mediocampo, bajarle a la defensa, prescindir de Nacho y dar entrada a Camavinga para una mayor fluidez con balón.
¿Será capaz Musiala de repetir lo que hizo en Alemania contra Carvajal? O, temiendo ese emparejamiento, ¿volverá a colocarle Tuchel en la banda derecha? Son preguntas claves que se responderán en los primeros minutos. Si Jamal no entra en juego y el Madrid aborta la creación bávara, Kane estará demasiado solo en un escenario así.
Dos de los clubes que más grande han hecho esta competición resolverán otra eliminatoria, una más, en el feudo blanco. Londres y el mítico estadio de Wembley en el horizonte. Para el que gane, un paso más cerca de la eternidad. Para el que pierda, como se encargó de subrayar Luis Enrique en la previa contra el Dortmund, «siempre saldrá el sol».