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Los jugadores del Girona posan en la foto previa al inicio del encuentro frente al FeyenoordAFP

La razón por la cual las gradas de Montilivi no estaban llenas en el primer partido del Girona como local

El Girona debuta este año en la Champions. Y este miércoles, el equipo catalán debutó como local en la máxima competición continental. Por primera vez en su historia, el estadio municipal de Montilivi acogió un encuentro que sus aficionados nunca se habían imaginado.

La expectación en Gerona era máxima y había muchas ganas de ver al equipo de Míchel competir contra los grandes de Europa. Sin embargo, el fútbol volvió a ser cruel con el conjunto catalán y sumaron su segunda derrota seguida en la fase de la liga contra un Feyenoord (2-3) que se vio beneficiado por dos goles en propia de Yangel Herrera en el minuto 23 de la primera parte y de Ladislav Krejci poco después de que Donny Van de Beek anotara el 2-2.

Pero, sin duda alguna, lo más significativo fue que el estadio de Montilivi no se llenó para presenciar el debut del Girona en la Champions. Un motivo fue la incesante lluvia que cayó sobre la ciudad catalana a la hora del partido (18:45), lo que hizo que muchos aficionados se quedaran en casa. Otro fue el nivel del rival. Con todos los respetos, el Feyenoord no es lo mismo que el PSG, el Arsenal o el Liverpool. Sin embargo, la razón de peso más evidente tuvo que ver con una normativa de la UEFA.

Montilivi tiene una capacidad total de 14.624 espectadores. Hasta aquí todo bien. El problema que tiene el estadio del Girona es que hay varios sectores con gradas supletorias y eso el máximo organismo del fútbol europeo lo prohíbe. Esa fue la verdadera razón por la cual las gradas presentaron un aspecto algo desangelado. Si es importante saber que la junta directiva del Girona aceptó esta restricción y tenían muy claro que el himno de la Champions iba a sonar, sí o sí, en Montilivi.