PSG 1-2 Atlético de Madrid
Oblak y Correa se inventan una victoria imposible en París y noquean a Luis Enrique
El meta esloveno mantiene con vida a los suyos cuando estaban contra las cuerdas e inicia un contragolpe en el último minuto que acabó en gol
La pesadilla europea del Atlético de Madrid cada vez que juega fuera de casa
Un punto es mejor que ninguno, sobre todo cuando firmas el empate. No quiso sacar más el Atlético de Madrid de París o eso parecía. Poco juego o nada ofrecieron los de Simeone en el Parque de los Príncipes más allá de resistencia, pero eso muchas veces tiene su premio y con solo cuatro tiros por 22 de su rival les valió para en el descuento llevarse el triunfo por 1-2 gracias a una contra majestuosa que finalizó Ángel Correa.
Es el hombre para todo, el argentino, que rinde mejor como revulsivo que como titular, salió para lo que terminó haciendo. Apenas tocó la pelota, pero en el 93, en los últimos segundos de batalla, finalizó una contra que empezó Jan Oblak, el hombre del partido, el jugador que explica que los rojiblancos siguiesen con vida en los últimos compases.
En tromba el PSG y totalmente superado por el escenario el Atlético de Madrid. Salía el equipo del Cholo Simeone con una defensa de urgencias, sin sus dos mejores hombres, pero aun así apostaron por defenderse atrás y esperar la oportunidad a la contra. Esa estrategia que tan bien le salió a los rojiblancos –esta noche de azul– en los primeros años del técnico argentino y que tantas desgracias le está causando en los últimos tiempos.
Pidió a gritos el Atlético encajar y en la jugada menos esperada, cuando tenía la zaga la pelota controlada, Lenglet perdió la bola de manera inexplicable en su propia área ante Dembélé, que cedió a Zaïre-Emery para que definiera ante Oblak a placer con una 'picadita' que adelantó a los parisinos. Inicio horrible del conjunto colchonero y gol en contra merecido a pesar del error grosero.
El empate cayó del cielo
No había noticias del Atlético de Madrid sobre el verde del Parque de los Príncipes. Los de Luis Enrique dominaban en todas las facetas del juego, pero a los colchoneros les cayó el empate del cielo. Sin hacer gran cosa, aprovecharon una de esas cabalgadas en las que solo cree Giuliano Simeone. El hijo del Cholo soltó un zapatazo que repelió al centro Donnarumma –pudo hacer más– y el rechace le cayó a Nahuel Molina, que se sacó un zurdazo a la escuadra para igualar el duelo.
El empate bajó el ritmo del partido y las ocasiones desaparecieron. Buena noticia para los colchoneros –que firmaban las tablas– y mala para el PSG como se podía notar en los ánimos de la grada. El control era suyo pero los disparos sobre la meta de Oblak ya no llegaban y el descanso parecía bueno para ambos y así reordenar las cabezas.
Misma tónica llevó la segunda mitad, con el PSG mandando, pero con las dificultades para encontrar ocasiones claras. Asensio tuvo la más clara de los primeros compases gracias a un buen pase de Barcola pero se le quedó atrapada la pelota entre las piernas cuando se relamía para fusilar la portería rojiblanca. Fue el inicio de un vendaval que se encargó de frenar Jan Oblak.
Achraf, Dembéle, Barcola y nuevamente el marroquí acariciaban el gol pero había un 'muro amarillo' en la portería del Atlético. Sacó un mano a mano a Barcola y otro a Achraf de mucho mérito. Manos de hierro para impedir al equipo parisino un gol que por acercamientos estaba mereciendo. También la tuvo Marquinhos con un remate solo que tiró al muñeco mientras Koke reprochaba a los suyos que perdieran las marcas.
Jan Oblak para todo
Lo paró todo y está para todo. Con el PSG volcado en busca de la victoria –la necesitaban– el Atlético achicaba aguas como podía y se agarraba a su portero, ese que fue considerado varios años el mejor del mundo y que ahora está cuestionado. El esloveno atrapó un córner favorable a los de Luis Enrique que parecía ser la última jugada, pero él sabía que había tiempo para una más. Lanzó con la mano en largo para Griezmann, que dirigió la contra, cedió el balón a Riquelme para que este dejara solo a Correa y metiese la única de los colchoneros en la segunda mitad.
Victoria. Tres puntos. ¿Merecida? Eso es otro debate. El Atlético conquista el Parque de los Príncipes y noquea a Luis Enrique, que tiene a su PSG en la zona de eliminación de la Champions. Su próxima parada es el Bayern de Múnich, mal rival cuando se está necesitado.