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Los jugadores del Real Madrid celebran su pase a cuartos de la Champions

Los jugadores del Real Madrid celebran su pase a cuartos de la ChampionsEFE

Criticados, minusvalorados y sin que nadie crea en ellos: así se forja el Real Madrid más peligroso

Los futbolistas del Real Madrid alucinan, aunque hace mucho que ya no les sorprende nada. El relato de menospreciar todo lo que hace el conjunto blanco y solo buscar las polémicas es muy viejo. Pero en el vestuario de Ancelotti dicen con claridad una frase que define la trayectoria del campeón de Europa: 'Cabalgamos Sancho'.

En Valdebebas argumentan que la estrategia de minimizar todo lo que hace el Real Madrid está muy clara y ya no cuela. Ya no engaña a nadie. Dominaron todo el partido en el Metropolitano y solo se habla del penalti de Julián Álvarez. Piensan que hubo un penalti por manos de Giuliano y nadie lo menciona. Afirman que Lenglet debió ser expulsado por dos acciones claras de tarjeta y nadie lo comenta. También observan sin sorpresa que nadie comenta que Marcos Llorente falló otro penalti. Pero sobre todo hay un capítulo que Courtois lo expuso con rotundidad: el Atlético marcó el gol nada más empezar y después se echó atrás, se encerró, a defender el 1-0, en vez de ir a decidir la eliminatoria. Una vez más, Simeone jugó a no perder y perdió. Los profesionales del campeón de Liga y de Europa reflexionan que nadie comenta nada de esta gran verdad.

Los pupilos de Carlo se sienten menospreciados en el exterior, se sienten minusvalorados. Observan que no se habla de su dominio total del partido y de esas acciones de Giuliano y de Lenglet que pudieron decantar la eliminatoria mucho antes. El relato relacionado con el Real Madrid siempre deja a un lado sus virtudes y solo se centra en las polémicas, indican desde el vestuario. 'Esto es muy viejo ya'. Pero al final 'la vida siempre sigue igual, como canta Julio, el Real Madrid sigue adelante'.

Lo que analizan sin sorpresa es que el Atlético, y en general todos sus rivales, 'nunca hacen autocrítica, cometen muchos fallos pero la culpa siempre es del árbitro'. Pocos han sido, aunque sí lo han dicho claro y fuerte, que Simeone es el principal culpable de la eliminación del Atlético porque una vez más, y van doce años así, sucedió esta verdad: 'Marcó un gol y se echó atrás a defenderlo sin estar clasificado en nada, una vez más jugó a esperar los fallos del rival y perdió'. Las palabras de Courtois eran refrendadas por todos. Así se escribe la historia.

El Real Madrid vio mejor la situación

En la cocina de Valdebebas se habla de una visión que solo tienen los que están acostumbrados a ganar y a superar las situaciones más críticas. Ancelotti demostró su sapiencia. Vio que su equipo se lanzaba al ataque nada más recibir el gol en contra a los pocos segundos del partido y frenó a sus hombres. Les dijo con claridad que la eliminatoria estaba empatada, no perdida, y que no debían arriesgar y lanzarse a tumba abierta. Eso es lo que esperaba Simeone, que el enemigo se abriera, para buscarle al contragolpe.

'Carletto' subrayó un aspecto que explicó a sus pupilos en pleno partido: el Real Madrid nunca estuvo eliminado en los 210 minutos de juego de estos octavos de final. Es un dato que pocos valoran. El italiano también remarcó esta situación en la ronda frente al Manchester City el año pasado, cuando los blancos vencieron al equipo de Guardiola en los penaltis. En aquel duelo contra los azules, el Real Madrid nunca estuvo eliminado en los 210 minutos.

El Real Madrid nunca entra en pánico

Ahora se ha repetido la historia. En el Metropolitano sufrieron el gol nada más empezar y nunca estuvieron eliminados. El entrenador fue frío. No había que perder los papeles y jugársela, no, había que tener el balón, mandar y buscar el gol con tranquilidad, sin perder los nervios. Así sucedió. Mbappé creó en una gran jugada para hacer gol que Lenglet evitó con el penalti. Vinicius desperdició la ocasión. Tuvieron que seguir dominando en busca de un empate que no llegó. Nunca estuvieron eliminados y ganaron en los penaltis.

Se repitió la historia contada por Jürgen Klopp. El Real Madrid nunca entra en pánico. No entró en pánico cuando el Liverpool marcó dos goles en Anfield al cabo de diez minutos. Y no entró en pánico en el Metropolitano tras recibir el tanto de Gallagher a los treinta segundos. Nunca perdió el control. Mental y del juego. Y se clasificó. De estas cuitas se hablaba el día después en el cuartel general de Valdebebas. Y en la cocina del vestuario, porque los lesionados y otros profesionales del primer equipo estaban en el vestuario doce horas después de la clasificación. Aquí no se descansa nunca.

El león herido en su orgullo es más peligroso

Courtois habló en nombre de todos los profesionales del Real Madrid al decir que Simeone echó al Atlético atrás nada más marcar un gol y que una vez más su estrategia defensiva le derrotó. Lucas Vázquez puso la guinda del sentimiento del grupo. El canterano subrayó que el Real Madrid se siente minusvalorado, despreciado y criticado. El plantel, en efecto, se siente menospreciado tanto por muchos medios como por los rivales, que intentan minimizar todos sus méritos y en todo caso siempre utilizan el árbitro como último recurso de sus justificaciones.

El plantel observa cómo siempre se intenta quitar valor a lo que hacen bien y nunca se critica lo que hacen mal los contrarios.

Simeone nunca estuvo clasificado en la historia

Es la enésima vez que el Atlético de Simeone cae ante el Real Madrid y en todas jugó a la defensiva, se comentaba en los mentideros de Valdebebas. Y en todas las ocasiones Simeone nunca estuvo clasificado, en ninguna eliminatoria, y en todas se echó atrás, se argumentaba en la sede madridista.

Los hombres de Ancelotti sienten ese menosprecio a todo lo que hacen y están picados para luchar contra todo y contra todos e intentar ganarlo todo a pesar de la oposición general.

Seamos justos: el Real Madrid está acostumbrado a este desprecio. Con este menosprecio ganó las Copas de Europa en 2014, en 2016, en 2018, en 2022 y en 2024. Los adversarios parecen no darse cuenta que cuando el Real Madrid está herido es cuando es más peligroso. Y es todavía más peligroso cuando está herido en su orgullo. Nunca le consideraron favorito y al final triunfó. Es ese menosprecio, un acicate más de los futbolistas del Real Madrid para ganar.

Mejor que nadie crea en nosotros

La reflexión del vestuario es clara. 'Hemos visto muchas veces que nadie creía en nosotros y al final hemos ganado', dicen los veteranos del lugar. Los resultados y los títulos les dan la razón.

Federico Valverde reconoce que van al límite con tantas lesiones y tantos partidos cada tres días, pero el equipo responde a pesar de todo y van a seguir luchando por los títulos aunque no tengan ni tiempo de recuperación. Mendy es el último caído. Además, Bellingham no pudo jugar ante el Atlético el partido de ida por sanción y ahora será Tchouaméni quien falte en campo del Arsenal. Con bajas de toda índole, el campeón de Europa sigue adelante en su competición favorita. Y está en cabeza en la Liga. Y está a un paso de la final de la Copa del Rey. Y nadie cuenta con él.

En la cocina blanca piensan que es mejor que nadie crea en ellos. Así han vencido en muchos frentes. Aunque les moleste la falta de consideración que se alimenta exteriormente sobre ellos, esa situación es la que les conjura como grupo para ir a ganar.

Bellingham, que acaba de llegar y tiene una Champions, subraya el carácter que saca el Real Madrid en estos partidos. El inglés, que es un imberbe, habla de la sabiduría que demuestra genéticamente el equipo para superar las situaciones críticas. Es esa personalidad, esa confianza en sí mismos, esa seguridad de ser ganadores que Rüdiger define lanzando los penaltis decisivos, tanto en Manchester como en el Metropolitano, sin ser un especialista. Es esa fe en su capacidad de victoria la que marca su destino. Todas estas realidades las vive el grupo en el vestuario y las siente como propias. Se sienten heridos y eso les hace peligrosos. Opinan, en una reflexión tranquila, que les faltan al respeto.

No les molesta para nada ese relato externo que habla del Barcelona y del PSG como favoritos en la Champions. Lo han vivido en casi todas las Copas de Europa conquistadas. Sí observan que es en el extranjero donde se les valora mejor. Un dato que revela el antimadridismo sociológico extendido en España. Fuera de nuestras fronteras se habla del Bayern, el Barcelona, el PSG y el Real Madrid como principales candidatos. En nuestro país se dice que tal y como juega el Real Madrid no puede ganar. 'Cabalgamos Sancho', reiteran en Valdebebas.