Fundado en 1910

Joan Laporta preside el Barça por segunda vez, tras hacerlo durante siete años (2003-2010)GTRES

El Barcelona, gran derrotado de la guerra Bartomeu-Laporta

El cruce de declaraciones y gestiones en los despachos entre ambos mandatarios ha dañado la estructura y el proyecto deportivo del Barça, con la marcha de Messi como gran fracaso compartido por ambos presidentes

La crisis que se vive en la Ciudad Condal está atravesando al «Fútbol», al «Club» y dejando como principal víctima al Barcelona. El estado de las cuentas azulgranas, los duros baches deportivos de las marchas de Leo Messi y Antoine Griezmann o la continuidad de Ronald Koeman en el banquillo culé afloran también como batallas latentes entre Joan Laporta y Josep María Bartomeu. El descrédito del presidente saliente a la auditoría presentada por Ferrán Reverter, actual CEO del club, sobre las cifras de la deuda y la «nefasta» gestión de los anteriores inquilinos de los despachos ha sido solo el último capítulo.

El retorno de Joan Laporta a la presidencia en marzo se dibujaba mesiánico en más de un sentido. El principal consistía en lograr retener en el Camp Nou a su principal estrella y activo. El empresario retornó con mayoría absoluta en las elecciones a las plantas nobles con esa promesa como principal baza electoral. Además, la afición quería recuperar a un presidente en el palco que llevó a los culés a levantar el ‘sextete’ y dejar atrás desastres continentales como los de Roma, Liverpool o Lisboa.

Un Barcelona agujereado

La definitiva marcha del argentino con rumbo a París ha convertido su ausencia en una responsabilidad que busca dueño. Bartomeu desde fuera, y Laporta desde dentro, pugnan por atribuirse la culpabilidad por el adiós del astro rosarino, entre otras. El efecto dominó, sumado al negativo balance económico, también alcanzó al banquillo.

La principal apuesta de Bartomeu para la transición del equipo fue Ronald Koeman, parte del mítico 'Dream Team' histórico del club. No obstante, su sucesor quería reeditar el éxito que vivió con Pep Guardiola en la figura de Xavi Hernández más que en la del neerlandés. El obstáculo que se ha encontrado, nuevamente, han sido los números, ya que tendría que desembolsar alrededor de 12 millones de euros para cambiar de inquilino en el vestuario. 

Al coste del cese del héroe de la Champions de Wembley habría que añadir la ficha de un cuerpo técnico nuevo. Ante ese contexto, Laporta ha tenido que cambiar de estrategia y resignarse a confiar en lo que considera otro perjuicio de la herencia que ha recibido de Bartomeu. El resultado global del intercambio de reproches arrojadizos entre ambos dirigentes se refleja en un Barça que se está resintiendo a nivel competitivo. 

La salida de Messi

Leo Messi lidera el enésimo intento del PSG de lograr la Champions LeagueGTRES

El principal lote de la subasta de culpas es el adiós del jugador más laureado, goleador y que más partidos ha disputado en los más de 120 años de historia del Barça. El seis veces ganador del Balón de Oro abandonó el club de su vida entre lágrimas para liderar al Paris Saint-Germain con Neymar y Mbappé. El ‘10’ reforzó el tridente ofensivo del equipo que la temporada pasada les había apeado de Europa. 

El empresario catalán se vio forzado a «poner al Barcelona por encima de todo» y escudarse en la falta de músculo económico del club, causada por Bartomeu, para tratar de regatear el incumplimiento de su promesa electoral. El contraataque del presidente del 'Barçagate' ha venido desde los medios catalanes, en los que achaca a los actuales dirigentes que no hayan hecho «todo lo posible» por mantener al astro. Ambos presidentes comparten el lastre del final de la historia de Messi: Laporta vivió la conclusión y Bartomeu estuvo en la génesis del burofax.

El propio jugador y su entorno enviaron un documento en agosto del año pasado en el que esgrimían una cláusula de su contrato para poder rescindirlo unilateralmente. El intercambio de pareceres entre Bartomeu y los Messi acabó con la cesión del rosarino a continuar el año que le restaba, con la esperanza de poder mejorar el proyecto deportivo con la venida de Laporta. El caso se clausuró en cuatro días con el astro subiendo a un avión con destino a la Ciudad de la Luz.

Bartomeu corta las alas a Laporta

Bartomeu ha cuestionado los criterios de la 'due diligence' encargada por la junta entranteGTRES

La lectura de la auditoría encargada por la junta de Laporta dejó entrever otros efectos más allá de una muestra de transparencia. El primero de ellos es personalizar en la figura de Bartomeu la gestión «improvisada» y las elevadas pérdidas del club, que dataron en 1.350 millones de deuda. Por otro lado, la herencia recibida le permite cubrirse las espaldas ante las dificultades de competir a nivel deportivo, haber tenido que reforzar la plantilla a coste cero y justificar la cesión de 'El Principito' al Atlético de Madrid.

La réplica reciente de Bartomeu –centrando gran parte de la debacle en la pandemia– también vino acompañada de otros mensajes. El sucesor de Sandro Rosell acusa a la actual junta de magnificar el mal estado de la economía del club y certifica su viabilidad. Esta declaración erosionaría el rol de salvador con el que Laporta habría tratado de instalarse en su segundo mandato.

Ambos sí coinciden en la importancia de reconstruir el vestuario en torno al talento joven. Ese paso ha comenzado con la renovación de Pedri, con una cláusula milmillonaria, y espera proseguir con otras perlas culés como Ansu Fati o Gavi. El tridente de jugadores españoles va a asumir galones en el equipo para tratar de revertir el mal inicio en la Copa de Europa y las dudas dejadas en LaLiga.

La junta de Laporta ha elevado de 400 millones a 1.000 la cláusula de rescisión del canarioGTRES

La herencia de Koeman

Laporta se ha visto obligado a ratificar públicamente a un entrenador al que no ve al frente de un proyecto ganador, pero del que tampoco puede prescindir. El de Zandaam fue la apuesta de la directiva de Bartomeu para remendar el doloroso dos a ocho contra el Bayern de Múnich y la salida de Quique Setién del banquillo. El perjudicado en el rompecabezas deportivo ha sido, una vez más, el propio club.

La derrota ante el Atlético de Madrid de Luis Suárez –otro descarte de Koeman– o la impotencia del equipo para rascar un empate ante el Granada en casa confirman que las sensaciones sobre el césped requieren mejorías en el año de contrato que le resta al holandés. 

Fuera de España, las goleadas ante el combinado bávaro en casa y el Benfica en Lisboa posicionan al equipo colista de su grupo con una cita decisiva ante el Dinamo de Kiev antes de recibir al Real Madrid en el Clásico del próximo 24 de octubre. Joan Laporta afrontará a modo de ensayo general la asamblea de socios del club el próximo domingo y la visita del Valencia de José Bordalás al Camp Nou.