La 'era Xavi' comienza pidiendo la hora

Xavi se estrenaba con un bombazo en el banquillo dándole la titularidad a Ilias Akhomach, un chaval de 17 años en un once con Nico y Gavi, donde el nuevo técnico apostó por un 4-3-3 y en el que había ocho jugadores formados en La Masia. Vicente Moreno lo contrarrestó con una defensa de cinco y con RdT solo en punta, como un oasis en el desierto.

Los 70.000 espectadores que poblaban las gradas del Camp Nou se frotaban los ojos y buscaban en sus terminales la alineación y al canterano. Pero, ¿quién era Ilias Akhomach? Pues un chaval que a sus 17 años y 218 días es el décimo jugador más joven en disputar un partido de liga con el Barcelona. Xavi el mismo día que llegó de Qatar acudió a ver en directo al filial en un partido que goleó al Sevilla B (4-0) y el más destacado fue Ilias, que marcó un doblete jugando como extremo.

Ronald Koeman se convirtió en un especialista en hacer debutar jugadores jóvenes en esta temporada. En la primera jornada, contra la Real Sociedad, dio la alternativa a Nico González, el hijo del mítico exjugador del Deportivo de la Coruña, Fran. En la segunda jornada, contra el Athletic, le llegó el turno a Demir. Y finalmente contra el Getafe, en la tercera jornada, jugó por primera vez con la elástica azulgrana en la Liga Santander, Gavi, otro chaval de 17 años que llevaba entrenando con el primer equipo desde el comienzo de temporada y que ha llegado a la Selección casi tan rápido como Pedri. Y Xavi no iba a ser menos porque no quería repetir la frase «Esto es lo que hay» del neerlandés.

Posesión abrumadora

Nada más arrancar el encuentro se acercó el Barcelona con un disparo de Memphis que detuvo sin problemas el veterano Diego López. La idea de Xavi era clara y nítida, tener la pelota, moverla rápidamente y aprovechar la velocidad para tratar de romper por las bandas con Gavi y Akhomach, apoyados por Mingueza o Alba desde atrás.

A los ocho minutos un robo de Nico le dejó una oportunidad de disparo desde fuera del área que se fue alta. Los culés llegaban con relativa facilidad a las inmediaciones de Diego López. Frenkie De Jong hizo en el primer cuarto de hora más desmarques que en los últimos partidos. El portero perico erró en la salida del balón con el pie y Nico al meterse en el área se dejó caer cuando recibió el contacto de David López. El árbitro Cerro Grande lo tuvo claro y no vio nada.

Los goles no llegaban, pero sí las oportunidades y los fueras de juego. Hasta tres acumularon los de Xavi en veinte minutos. Nadie echaba de menos a Pedri, que sufrió una recaída y tendrá que esperar hasta el próximo año para volver a jugar. A la media hora las llegadas locales eran constantes, las bandas eran del color azulgrana, allí Alba y el debutante Akhomach lanzaban balones a Memphis o los compañeros que llegaban en segunda línea. Pero todo se quedaba en una acumulación de fueras de juego y buenas intenciones.

Los minutos pasaban pero al no llegar la solución, que no es otra que el gol, la tela de araña defensiva tejida por Vicente Moreno empezó a funcionar y los blaugranas fueron perdiendo intensidad y velocidad, justo lo que no quería Xavi, que aunque tenía la posesión del balón, no veía que se cumpliera el famoso dogma de Guardiola: superioridad numérica y encontrar el hombre libre, y siempre retener la pelota, disfrutar con ella, porque como dice el egarense «entiendan que el balón no es una bomba, es un tesoro».

El final de la primera mitad no trajo ninguna novedad, no había resquicios en el Espanyol y todo parecía condenado a un chispazo de Jordi Alba o un desajuste defensivo blanquiazul, pero Cabrera y Sergio Gómez no parecía que fueran a pifiarla. En el error de Mingueza de defender por fuera la pelota, lo aprovechó el solitario RdT para llegar por la parte izquierda del área blaugrana como un puñal y disparar a Ter Stegen, que vio como el esférico se iba cerca del larguero tras tocar en Piqué, un susto, pero como dice el nuevo entrenador culé: «Hay dos maneras de jugar al fútbol: se puede hacer con un juego físico, directo o con el toque y la asociación». Ambas son válidas para ganar, pero los azulgranas se fueron al vestuario con la posesión, pero sin goles.

Los 'pericos' se toparon con el poste

Arrancó la segunda mitad con otra clara intención de Xavi, dejó en el banquillo al debutante Ilias Akhomach por Ez Abde, porque no había conseguido la misión de romper con su velocidad la defensa blanquiazul. Estaban buscando los aficionados quien era este nuevo canterano cuando llegó el penalti a favor del Barça. Caía en el área Memphis Depay en un forcejeo con Cabrera, tras una buena acción de Gavi. El error había llegado para abrir la lata de Vicente Moreno. Cerro Grande, no lo dudo y pitó su tercer penalti de la temporada que la sala VAR no corrigió. El propio jugador lanzó un misil a la portería defendida por Diego López. Primer gol de la era Xavi tras 47 minutos.

El gol trajo un nuevo partido donde lo que parecía antes seguro ahora no lo era para el Espanyol, porque con el marcador en contra, tocaba abrirse y atacar, aunque fuera tímidamente. La situación de Raúl de Tomás iba a cambiar porque encontraría la anhelada compañía. En el minuto 55 Vicente Moreno agitaba el árbol dando entrada a Melamed y Morlanes por Puado y David López y pasando a un 4-4-2. Fueron cambios claves que revolucionarían la segunda mitad.

Tras cumplirse el minuto 60, los culés continuaban sin cerrar el partido, y eso que en el minuto 63 Frenkie de Jong marcaba, pero lo anulaba el juez de línea. Busquets jugaba como antaño, con carácter y presencia en el centro del campo, pero los visitantes dieron el paso hacia adelante que les pedía su entrenador y RdT, reaparecía para disparar al lateral de la red de Ter Stegen. El madrileño había anotado hasta la fecha un gol en sus dos visitas al Camp Nou.

A falta de veinte minutos para el final entró Coutinho por Gavi, experiencia por descaro y juventud. Poco después lanzaba un chut duro Abde que se fue por encima de la portería de Diego López. Y hasta aquí llegaron los planes de Xavi, que creía que lo tenía todo controlado pero no, esto es LaLiga y no la liga qatarí.

El final del partido trajo numerosos cambios, en el Espanyol salieron Embarba y Herrera y entraron Wu Lei y Loren Morón. Y Xavi reaccionó al instante, sustituyendo a Busquets por Riqui Puig, piernas frescas para seguir intentando controlar la pelota y la posesión a poco del final . RdT aparecía con cuentagotas, pero en una falta directa rozó otra vez el gol pero el poste lo evitó. El Camp Nou sufría, Xavi en el banquillo también y el equipo se descosía.

Pidiendo la hora

A falta de siete minutos llegó otra ocasión clara para el Espanyol, pero aunque Dimata remató a bocajarro solo, le dio mal con la cabeza y el balón se fue a la izquierda de Ter Stegen mientras se silenció por un instante el Camp Nou. Ahora Xavi tenía el gol a favor, pero ya no la pelota ni la posesión. 

A cinco minutos del final, RdT le enseñó a su compañero como se remata de cabeza, se preparó, saltó y acomodó el cuerpo de manera magnífica pero el balón se fue al poste. El internacional español jugó un gran encuentro pero se fue sin el premio del gol. Xavi era un manojo de nervios y Vicente Moreno no se lo podía creer, se iba a ir de vacío. 

El final fue un pedir la hora constante de público, banquillo y jugadores culés, incluso cuando Memphis tuvo una última ocasión, pero el Espanyol solo había crecido y crecido desde el gol y llegó a poner en verdaderos aprietos al Barcelona. La última ocasión del derbi la erró Wu Lei, dejando a su equipo sin un punto y sin seguir igualados en la tabla. La 'era Xavi' empieza ganando por los pelos, con posesión, sobre todo en la primera mitad pero necesita trabajar mucho más para no pasar apuros y terminar pidiendo la hora en el Camp Nou.