El Barça sobrevive a sí mismo

Un Villarreal-Barça siempre es un partido a tener en cuenta. Más si cabe, cuando ambos equipos ocupan puestos inéditos en la clasificación: Los amarillos ocupan la séptima posición y los culés la decimosegunda. Xavi hizo dos cambios con respecto al once que no fue capaz de pasar del empate ante el Benfica.

El primer recado se lo llevó Busquets. El Barça presentó credenciales en el minuto tres del encuentro. La puso Memphis y cabeceó Abde, el más pequeño de todos, que contestó Rulli con un paradón que envío a córner tras rozar el larguero.

Tardó poco en contestar el Villarreal. Eric García, incomprensiblemente, le dio un pase de gol a Danjuma, que en vez de pasar a Yeremi Pino se llenó de balón. Una barbaridad contrarrestada con otra barbaridad. El disparo del jugador del Villarreal acabó golpeando en la mano de Piqué. Una acción que el árbitro y el VAR se desentendieron inexplicablemente.

A los siete minutos, Gavi volvió a demostrar su imán para robar pelotas y sirvió un balón a Depay que disparó fuera. . Segundos después, el Barça volvió a desperdiciar una ocasión clara de gol, esta vez en las botas de Gavi que se estrelló en el poste tras recibir de Memphis. Los de Xavi sumaban dos postes en los primeros ocho minutos del encuentro.

Los azulgranas se sentían muy cómodos en La Cerámica, un estadio del que Xavi se quejaba de su tamaño, pero que las redes sociales le recordaron que mantiene las mismas medidas que el Camp Nou.

Los minutos pasaban y el partido ya era un correcalles a los 20 minutos de partidos. De Jong seguía surtiendo de balones a Memphis y el holandés se encargaba de fallarlas inexplicablemente delante del portero. El Barça tenía muy claro el objetivo: marcar lo antes posible y silenciar, por lo menos durante un tiempo, las dudas que acompañan a este Barça. Sin embargo, los azulgranas volvieron a dejar patente su falta de gol.

Los de Emery igualaron el partido a la media hora, lo que le aguantó la gasolina a los azulgrana. El Villarreal lo aprovechó para crecerse y desplegar su superioridad por las bandas, que usaba como autopistas, sobre todo la izquierda . A Xavi le dio un ataque de entrenador y apostó porque Eric García fuera la sombra de Moi Gómez, y éste inteligentemente sacó de su zona al culé y por ahí vinieron las galopadas del Villarreal.

La ocasión más clara del submarino vino a balón parado, el auténtico talón de Aquiles de este Barça,  y la tuvo en la cabeza de Pau Torres, que remató solo y a portería vacía gracias a una salida en falso de Ter Stegen–que hace tiempo que no es el que era– pero el balón se fue alto. 

La segunda comenzó de la misma forma que acabó la primera. Con Eric García persiguiendo a Moi Gómez.

A los tres minutos de la segunda parte, una gran jugada de Abde habilitó a Jordi Alba que centró para que, primero Depay rematara al cuerpo de Rulli y chutara De Jong a placer a la red. Después de una tensa espera, el VAR validaba el gol del holandés que se estrenaba en Liga.

A partir de ahí, el conjunto culé volvió a llevar el peso de las ocasiones, aunque el Villarreal no renunciaba al empate, pero sin llegar de forma tan clara ante la portería de Ter Stegen como en la primera parte. El gol anestesió a un Villarreal que acusó el gol azulgrana. Los amarillos se despertaron de la anestesia para reclamar un penalti por un agarrón a Albiol que el VAR, de nuevo, volvió a obviar.

El Barça no tuvo la piedad del Villarreal

Los castellonenses confirmaron su reanimación volviendo a llevar la voz cantante en el juego y recibieron su premio en forma de gol de Samu Chukwueze que remató con la puntera un envío que se coló por el centro de la defensa sacando las vergüenzas de Mingueza y que ponía la justicia en el marcador. El gol le dio al Villarreal la confianza que necesitaba para echar el resto arriba, unido a la dejación de funciones de la defensa azulgrana . Estupiñan, Danjuma y  Trigueros pusieron el miedo en el área barcelonista y perdonaron la vida a un Barça que no tendría la misma piedad con el submarino amarillo. 

A dos minutos y medio del final, un pase de Ter Stegen, y una mala dejada de Estupiñán, dejaron a Memphis solo que regateó al portero del Villarreal y ponía el 1–2 en el marcador cuando más fuerte estaba el equipo amarillo. Sin embargo, no sería el único castigo que recibiría el equipo castellonense. En el minuto 93, el árbitro pitó penalti a favor del Barça que el propio Coutinho se encargó de transformar y sentenciar el choque. El Villarreal y Emery volvieron a exhibir su mala suerte ante el Barça. Xavi suma su segunda victoria en Liga y se pone a tres puntos de la Champions.