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El Alcalde,Vinicius y las luces de Navidad

Vinicius decidió también ser alcalde y encender una gran luz, como las de Navidad

Fui a dar una vuelta por la reformada Plaza de España de Madrid un día después de que el alcalde, que es del Atlético –porque nadie es perfecto pero a los buenos se les perdonan sus defectos– pulsara como se hace en una peli americana el botón que encendía las luces de Navidad en toda la ciudad. Caminando pensaba que a Madrid todo, lo importante y lo que no lo es, le queda bien. Hay cosas, momentos y épocas que una vez que llegan es como si nunca se hubieran ido. En Madrid pasa algo así con la Navidad, por ejemplo, con sus luces y con la nostalgia. Pasa con las tardes gélidas en las que las palabras salen con el vaho del frío algo más lentas, como esperanzadas. Pasa con el ambiente, con el ritmo y con la música de la ciudad. Hay gente para todo, pero yo estoy en el lado de los que se ponen más tontos (aún) cuando llega la Navidad. Y tiendo a creer que sólo hay cosas que celebrar y agradecer. Y que quizás, por qué no, siempre ya va a ser así cuando pase, este año sí, el día de Reyes.

En estas cosas estaba cuando llega el domingo, el Sevilla a Chamartín y la primera parte me recuerda que los otros también juegan, que a Madrid ha venido el segundo mejor equipo de la Liga y que les apetece ganar. Me consuelo pensando que todo pasará y que por lo menos ahí fuera casi, casi, comienza la Navidad, cuando va Vinicius y decide él también ser alcalde y encender una gran luz, como las de Navidad.

Gentes de toda estirpe, edad y condición, escépticos de todo y creyentes de pocas cosas, aún queda mucho por delante, más Liga que domingos por jugar, es cierto; pero no me digan que esto no pinta bastante bien. Podemos dejar llevarnos por la emoción de la Navidad.