Goleada rojiblanca para sanar las heridas europeas

El Atlético de Madrid volvió a la senda de la victoria y se reencontró con el gol, ante un Cádiz que en la primera mitad se cerró y peleó el empate, pero que en la segunda mitad se diluyó como un azucarillo. Los de Simeone han jugado el mejor partido de la temporada, sobre todo en los últimos cuarenta y cinco minutos. Nada como despejar los fantasmas de la Champions, de las dudas futbolísticas y los miedos, con goles.

Se enfrentaban gaditanos y madrileños, Cervera y Simeone, los dos entrenadores de Primera que más llevan en sus equipos: el del Cádiz va a por los seis años; el del Atlético, a por los diez. Salía el Cholo con el mismo once que contra el Milan en Champions, algo que sólo había hecho una vez en lo que va de curso, pero es que actualmente es lo mejor que tiene en este tiempo gris, frío y de encendido de las luces navideñas que le ha tocado al argentino vivir. En la previa comentó su preocupación por la velocidad de las contras del Cádiz y en el primer minuto llegaba el ‘Choco’ Lozano hasta la cocina rojiblanca, centraba al corazón del área y despejó Marcos Lorente como pudo, que además se hizo daño.

La idea futbolística de ambos conjuntos se vio en los primeros diez minutos, el balón sería para los rojiblancos y los gaditanos esperarían en su campo el momento de poder enarbolar una contra, por iniciativa propia o un falló de los madrileños. A los doce minutos tuvo una doble ocasión Savic, tras regalar la defensa amarilla hasta dos ocasiones de remate en su contra. Álvaro Cervera, se desgañitaba en la banda a la par que se desesperaba. En Getafe perdieron por tres jugadas a balón parado. En el primer cuarto de hora, Llorente penetró la banda derecha y Griezmann disparó al poste, aunque el balón había salido y no valía.

Pedía Simeone movilidad y rapidez en las bandas a gritos, algo que Llorente y Lemar intentaban tímidamente, aunque el español tras su lesión va cogiendo la forma y empieza a ser otra vez importante en el juego ofensivo rojiblanco. No atascarse como los viandantes que han ido este fin de semana a redescubrir el centro de Madrid, ver las luces navideñas y realizar compras, eso pedía el argentino, pero el fútbol en el estadio Nuevo Mirandilla era lento y de mucha espera mientras se tocaba y tocaba, como en las colas del Centro de la capital de España.

Luis Suárez, como ante el Milan estaba aislado, arriba y no intervino nada en la primera media hora, casi que ni en el partido. Koke andaba frío y estaba en labores de salida del balón y defensivas, lo que obligaba a Griezmann a bajar al centro del campo a por la pelota. El error defensivo fue colchonero en el minuto 26 y Salvi se plantó por la parte izquierda del área atlética, pero no controló bien y Savic sacó a córner su disparo.

Giménez se tuvo que ir pasada la media hora por un golpe que le dejó ‘grogui’ y entró Felipe. La banda por donde entraba en la primera mitad el Atlético era la derecha, la que defendía Mario Hermoso, era la del Cádiz. Pero el submarino amarillo tenía ocasiones sueltas, como la que tuvo el uruguayo Espino. Otro compatriota, Luis Suárez, falló un mano a mano contra Ledesma, una ocasión desperdiciada de forma inexplicable que peleó Griezmann y que mandó por encima de la portería defendida por Ledesma. Las dos mejores ocasiones de la primera parte fueron charrúas.

Conexión Carrasco-Lemar

La segunda mitad empezó como la primera, con una ocasión gaditana que no llegó a tocar ‘Choco’ Lozano por los pelos al medio disparo de Cala. Replicó el conjunto madrileño con un cabezazo de Felipe. En el minuto 56 llegaba el tanto rojiblanco, obra de Lemar, que cabeceó un centro de la izquierda de Carrasco, marcaba el camino a sus compañeros. El francés es el mejor medio del Atlético esta temporada y el belga, el mejor asistente del Atlético. Simeone se sentaba resoplando tras el gol, aliviado y soltando toda la tensión acumulada de esta semana de Champions y Liga, en que cada perdido es una final.

A la hora de partido Lemar falló un mano a mano con Ledesma, que habría sentenciado el partido. Carrasco le volvió a asistir a su compañero, los dos mejores del partido. No iba a perdonar su sexto gol de la temporada El Principito, que libre de marca, obtuvo el premio. La jugada nació en la banda derecha, la más insistente en acciones ofensivas, en las botas de Marcos Llorente. Griezmann sonreía por su tercer tanto en Liga, el Cholo también.

El mayor cambio del Atlético respecto a sus últimos partidos es que al marcar el primer gol, no se han dejado ir, ni replegado, si no que han ido a cerrar el partido. Rápidamente sacó a Suárez y Lemar el entrenador atlético, para dar entrada a Correa y Cunha, que viene la Copa esta semana y luego el todo o nada en Champions. El 'Cholo' dio en el clavo esta vez. El argentino en el minuto 73 casi marca el tercero, pero Haroyan lo evitó en la línea. Pero a quince minutos del final, Correa sí que no perdonó el tercero, marcando un golazo, tras triangular con sus compañeros.

Los últimos minutos fueron una locura donde Oblak encajó un gol por una balón envenenado que Lozano lanzó al cielo y que se metió en la portería rojiblanca, mientras el esloveno se reía ante los antojos del fútbol. El marcador invitaba a ello, por la holgada victoria. Al sacar de medio campo, Griezmann puso un balón a un Cunha muy motivado, que marcó otro golazo ante la inoperancia y la sorpresa de la defensa gaditana, la afición y el enfado del banquillo del submarino amarillo, que ya bajaba los brazos definitivamente.

El Atlético volvía a la capital con el deber cumplido y sabiendo que su partido había sido muy completo. Ahora el agobio se quedaba en Cádiz, por su situación en la clasificación y en el banquillo, por la dinámica de los resultados. Cervera, tras seis años, ve peligrar su cargo tras la goleada del colista, Getafe y ahora de un Atlético que llegaba en crisis.