El Mallorca deja en la lona a un Atlético noqueado

Con el corazón helado por el frío de la capital y en recuerdo a Almudena Grandes se presentó el Atlético ante su afición, antes de la cita de Champions, ante el Oporto. El Cholo rotó pensando en la final de Oporto y dejó fuera a Carrasco, Lemar y Luis Suárez. Entraron Felipe, Lodi, Kondogbia, Correa y Cunha, que debutaba como titular en Liga y veía recompensado así su buen inicio de campeonato. Enfrente un Mallorca que no conoce la victoria en los últimos siete partidos y que no gana a los rojiblancos desde el año 2006.

Comenzaba el encuentro y, por si había duda del plebiscito a Simeone, el Wanda se encargó de despejarlo a los dos minutos de encuentro, cuando coreó de forma unánime el nombre de su entrenador.

Con el eco de esos cánticos llegó la primera ocasión del encuentro. Llorente puso un balón desde la derecha que se paseó por el área bermellona sin que Cunha pudiera llegar. El mismo Cunha quiso aprovecharse de un robo de Griezmann –que no pierde la ocasión de ganarse el perdón unánime del Metropolitano– y tras zafarse de dos rivales disparó fuera.

Comenzaba el cuadro colchonero a imponer su dominio en el campo cuando sufrió un contratiempo inesperado: un problema muscular frenó a Savic a los ocho minutos de encuentro. Un disparo a la línea de flotación rojiblanca a tres días de que el Atleti se juegue la vida en Europa.

Los rojiblancos intentaron olvidar la lesión del jefe de su defensa a base de monopolizar el balón y buscar a Cunha –que parecía estar reencarnado en la mejor versión de Diego Costa– y Correa que a punto estuvo de aprovechar el regalo de Antonio Sánchez en el área.

El Atlético producía las ocasiones y Manolo Reina se encargaba de salvar a los bermellones, que no lograron pisar zona rojiblanca hasta los 27 minutos de encuentro, cuando Abdón Prats se plantó solo ante Oblak y disparó fuera por milímetros, desatando el primer susto para los atléticos. A partir de esa jugada, el Mallorca se empezó a creer que podía hacer daño a los atléticos y confirmó Kang-In Lee, primero con un derechazo que obligó al portero colchonero a sacar su repertorio de estiradas y después con un zurdazo que buscó la escuadra del portero rojiblanco y que a punto estuvo de encontrarla, mientras se hacía el silencio en el Metropolitano.

Se acababa la primera parte con un Atlético que comenzó asustando y acabó asustado.

La segunda parte comenzó con el mismo guion de la primera: un monólogo rojiblanco que no conseguía batir a Reina y que despertó a un Metropolitano que comenzó a rugir. Simeone dejó a un lado las rotaciones y en el 60 dio entrada a Joao Felix y Lemar por Griezmann y Rodrigo de Paul con la firme intención de conseguir una marcha más y llamar al gol.

Cunha volvió a su versión inicial y atrajo el peligro con un disparo desde el punto de penalti que volvió a irse fuera.

El empeño de Cunha encontró su premio en el 68', con un gol poco estético, pero con un valor inmenso. El brasileño, con el trabajo hecho, dejó su sitio a Luis Suárez.

El Mallorca, lejos de venirse abajo, dio un paso al frente, gracias a un Atlético que puso el ‘Modo Avión’ y se desconectó del juego. El cortocircuito llegó a diez minutos del final cuando Franco Russo conectó un gran cabezazo, que se coló en la portería de Oblak sin que nada pudiera hacer el portero rojiblanco.

El Atlético, lejos de mejorar, entregó el balón a un Mallorca que no le quemó en sus pies y en una contra Kubo se plantó delante de la portería rojiblanca y batió al esloveno por debajo de las piernas, dejando en el Cholo su particular foto fija cuando encaja un gol: mirada perdida y mano al mentón. El equipo de Simeone quedó noqueado y no consiguió levantarse de la lona entregando los puntos a un Mallorca que ponía fin a una racha de siete partidos sin ganar.