El Levante pesca en el río revuelto del Metropolitano

El Wanda Metropolitano acogía el encuentro del actual campeón contra el actual colista. Un duelo de urgencias para los intereses de ambos conjuntos. Los rojiblancos, el poder seguir vivos en la pelea por mantener la plaza de Champions, adelantar al Barça- todavía con un partido menos- y recortar distancias a Betis y Sevilla. Por su parte, el Levante estaba ante una de sus últimas opciones de aferrarse a la permanencia.

El partido comenzó con un Atlético de Madrid metido atrás y un Levante que se erigió como el dominador del balón. La primera aproximación del conjunto rojiblanco llegó a los trece minutos en una combinación entre Reinildo y Correa que acabó con un tiro fuera de Lemar.

Tras la acción de Lemar, volvió el mismo guion: el Atlético aferrado atrás y el Levante dueño absoluto del esférico.

La primera acción peligrosa del Levante llegó gracias a un cabezazo de Roger que atrapó Oblak, para acto seguido, salvar a su equipo con una gran intervención en un mano a mano ante Roger, que venía precedido de un error garrafal de Giménez.

El público que acudió al estadio rojiblanco tuvo que esperar a la media hora de encuentro para ver a su equipo morder. Sin embargo tan solo fue una apariencia ya que el conjunto del Cholo Simeone volvió a su versión más rácana . El Atlético se fue al descanso sin haber tirado ningún tiro entre los tres palos y con la pitada de su afición.

La segunda parte comenzó sin cambios en las plantillas ni en el juego: el Atlético jugando a pelotazos gracias a la presión del conjunto granota. Un Levante que, probablemente, vivía su partido más cómodo de la temporada, ya que a los 52 minutos el Atlético continuaba sin probar a Daniel Cárdenas. Quien sí probó a Oblak fue el Levante en las botas de Melero, quien fusiló al portero esloveno gracias a un buen pase de De Frutos. El colista asaltaba el Metropolitano.

Una épica que no llegó

Al Atlético de Madrid le tocaba ponerse el mono de trabajo para remontar, una vez más, un partido. Pudo empatar a los 58 minutos cuando el árbitro señaló un penalti a favor de los colchoneros tras una dudosa mano de Duarte . Pero el VAR corrigió la decisión de Munuera Montero por un fuera de juego previo de Marcos Llorente.

Simeone intentó cambiar el rumbo de la mano de Suárez, Joao Félix y Vrsaljko que entraron a falta de media hora.

El Atlético, de nuevo ante la adversidad, intentó borrar lo ocurrido en la primera parte y se lanzó al ataque, aunque sin conseguir una ocasión clara.

El Metropolitano dijo basta

Los minutos pasaban y el murmullo en las gradas del estadio colchonero iba en aumento. Por si fuera poco lo que estaba ocurriendo en el césped, Giménez se giró hacia a la grada y recriminó los silbidos, lo que provocó que, a partir de ahí, en cada acción del central recibiera los pitos del respetable. Una herida abierta, entre jugadores y afición, que llevaba muchos años cerrada y parecía volvía a supurar.

Entre tanto los minutos seguían pasando y los rojiblancos se mostraban incapaces de igualar el partido. La igualada pudo llegar en el 95, pero una falta en ataque privó a Correa del gol del empate tras una espectacular chilena. La impotencia colchonera la reflejó el argentino cuando se encaró con el árbitro. El Atlético de Madrid acabó, no solo derrotado, sino con un solo tiro entre los tres palos del Levante, un equipo que ha recibido 50 goles en lo que va de Liga y que con esta victoria segunda victoria, la primera a domicilio. Y todo ello, a una semana de recibir al United en Champions. Bajan revueltas las aguas en el Metropolitano.