El tridente del fin de la sequía

Corría el minuto 63 en el Bernabéu cuando un obús de Marco Asensio golpeó la escuadra de la portería del Alavés. El coliseo merengue sustituyó los tímidos pitos por una celebración unánime y Asensio se quitó un peso de encima. De un error del balear que pudo provocar el 0-1 al zurdazo que posibilitó el 1-0 y que levantó al estadio de sus asientos. Marco lo celebró con rabia, sabedor de que su equipo necesita sus fogonazos para volver . Con el tanto del mallorquín el club merengue ponía fin a más de cuatro horas sin marcar. El gol de Asensio fue como agua que recibe una planta casi seca con la que puede volver a abrir, florecer y que su tronco siga fuerte para resistir.

Asensio abrió la lata y Vinicius le siguió rematando a gol una de esas jugadas que el Madrid de la primera vuelta solía hacer cada partido. Una triple combinación que empezó Asensio, que encontró a Benzema y que remató a gol el brasileño. Otra sequía, la del 20 blanco, que llegaba a su fin tras seis partidos sin ver portería. Vini cambiaba sus muecas y gestos a los árbitros por una sonrisa que evidenciaba la necesidad que tenía de volver a reencontrarse con el gol.

Con el segundo gol, Ancelotti abrió la puerta de los cambios y dio minutos a Ceballos, Hazard, Marcelo, Lucas Vázquez con el fin de sumar guerreros a su pelotón.

Todavía habría tiempo para más. Ya con el tiempo cumplido una internada de Rodrygo provocó un penalti que Benzema se encargó de enviar a la red sentenciando un duelo que sirvió para que en el club blanco volvieran los reencuentros: el del equipo con el buen juego –sobre todo en la segunda parte– y el de la dupla que lidera la anotación en el Real Madrid: Benzema y Vinicius. El líder de LaLiga pasó de marcar un solo gol en cuatro partidos a tres en un mismo encuentro. El caudal ofensivo del Real Madrid volvió a llenarse tras presentar síntomas de sequía en las últimas semanas.