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Tchouaméni controla el balónAFP

Real Madrid 2-1 Real Betis

Un Madrid esplendoroso acaba con la pujanza del Betis en el Bernabéu

Los blancos acumularon oportunidades en un buen partido de gran igualdad con unos deslumbrantes Vinicius y Tchouaméni

El ambiente catedralicio del Santiago Bernabéu es un sentimiento que crece. Aunque parezca mentira. Ancelotti va tomando una forma fergusoniana. No se le quiere mal en los medios (como para hacerlo tras la demostración histórica de la temporada pasada), pero la querencia parece mayor en los comentaristas, curioso detalle, por Pellegrini, el otro zorro plateado del encuentro.

Se movía bien el Betis, con empaque, pero el Madrid estaba colocado como castillos. Castillos móviles como Transformers desde cuyas almenas lanzaba contraataques a discreción, como bolas de fuego. Una de Alaba, un quarterback, la siguió Vinicius (¿el mejor jugador del mundo junto a Benzema?), que acompañó la pelota cruzándose para superar por alto en la punta a Rui Silva.

El mariscal Tchouaméni

Aprovechó el Betis la pequeña duda que ya se le había visto a Militao la jugada anterior para empatar en un balón suelto en medio del área que remató Canales, sueltísimo, y después reaccionó el Madrid, primero en la caballería de Vini y Rodrygo, que el primero mandó alto, y luego tras el cabezazo en las nubes de Tchouaméni, ese nuevo y joven mariscal de campo que ya provoca clamores en Chamartín.

La banda de Vinicius era (es) callejera. Apenas pasa nadie por allí, aparte de él: su territorio. El esfuerzo del Madrid en el repliegue era vistoso en el sol y la sombra, como en una tarde de toros. Aureliano era una construcción redondista/casemiriana. Camavinga estaba escondido tras un arbusto. Modric apareció a la media hora para empezar a iniciar jugadas en los tres cuartos.

Modric conduce el balón perseguido por CanalesAFP

Hubo un control de Benzema en el área bética, en carrera, tras la galopada de Rodrygo y Vinicius, que precedió a un taconazo, todo hermoso y sutil, que se quedó de milagro entre el ramaje de las piernas verdiblancas: una película de septiembre de Eric Röhmer. Era difícil el Betis, agazapado en el dominio del Madrid. En la banda Luka se fue como Astérix al límite y luego Tchouaméni hizo una media vuelta poderosa y graciosa para sacar a su equipo de paseo hacia el área contraria.

Benzema y Modric como duendes sacando pelotas con la puntera, al límite. Minutos esplendorosos del Madrid que se desplegaba entre faroles y chicuelinas y en formación de tortuga, muy juntos, entre paredes y en corto. Bajaba Benzema y a partir de ahí subían los blancos. Subía hasta Tchouaméni, ¡qué jugador!, para morir un poco en la boca de gol, el lugar donde iban a tener que arar ya en la segunda parte.

Benzema ordenaba por el centro, mientras Modric correteaba por esos andurriales, presionando también allí arriba en la salida

En ella ya empezó un Madrid con las ideas clarísimas y un Betis con una suerte tremenda. Cuatro ocasiones en tres minutos. Rodrygo se iba por su banda y Vinicius por la suya. Benzema ordenaba por el centro (por el centro del área de Silva), mientras Modric correteaba por esos andurriales, presionando también allí arriba en la salida. La generosidad estaba ofuscando un poco a Benzema que no encontraba los claros allí al borde del gol, pero estaba empecinado, para bien.

Benzema usa a Vinicius y a Rodrygo, y a quién sea, como pinceles propios. Va probando Karim, con su paleta. Parecía una carrera de cien metros entre los tres, o incluso la mismísima Libertad de Delacroix. La falta, al borde del área, la tiró alta el francés, que lo quería todo. Quería meter a todos sus compañeros en su cuadro con pasecitos cortos, casi invisibles. Aprovechaba el Betis los fallos del Madrid para darse oportunidad y poner en vilo el partido. No le duraba mucho la pelota, pese a Canales, cuyo talento rezumaba para mantener a los andaluces en la lucha.

Valverde encuentra a Rodrygo

Sacó Ancelotti a Valverde por Camavinga, que había estado alternando la magia con la humanidad. Apenas unos segundos después de su entrada el uruguayo encontró a Rodrygo en medio del área luego de tejer el Madrid una alfombra persa con cinco pases para el delirio de la grada. Arriba y abajo. Por fuera y por dentro. Y gol. Gol de Rodrygo que ponía por delante, por fin, al Madrid. La movía bien el Betis, pero no como los locales, que mordían. Rodrygo al larguero en la volea. Vinicius, Modric con el exterior… Quemaba las naves Pellegrini para salvar lo que perdía, aunque no todo estaba perdido.

Salieron Ceballos y Kroos por Rodrygo y Modric. Controló el Madrid a partir de entonces con susto y cansancio. Echados atrás los blancos, se jugaba en los tres cuartos visitantes con incursiones sin tino, que sirvieron para retrasar la intentona final verdiblanca que se quedó en eso para poner a los de Ancelotti como líderes en solitario.

Ficha técnica:

Real Madrid 2: Courtois; Carvajal (Rüdiger, m. 91), Militao, Alaba, Mendy; Modric (Kroos, m. 79), Tchouaméni, Camavinga (Valverde, m. 63), Benzema, Rodrygo (Ceballos, m. 79), Vinicius.

Real Betis 1: Rui Silva; Sabaly (Ruibal, m. 71), Luiz Felipe, Edgar González, Moreno; Rodríguez, Guardado (Willian José, m. 71); Canales, Fekir (Luiz Enrique, m. 11), Juanmi (Joaquín, m. 71); Borja Iglesias.

Goles: 1-0 (Vinicius, m. 8). 1-1 (Canales, m. 17). 2-1 (Rodrygo, m. 65).