Vinicius y cuando las risas de burla pasan a ser críticas de temor

Para que una leyenda como Pelé salga públicamente a defenderle y mostrarle su apoyo fíjense si ya es importante y tiene una relevancia mundial Vinicius. El brasileño es uno de los futbolistas que más desequilibra y en el que más se fijan en todos los países. Y también de los más fundamentales en el fútbol actual. Y es que este carioca bailador está en el mejor momento, ya madurado, ya reconocido por todo el mundo del fútbol.

Y es por ello que a falta de críticas deportivas solo queda crear debates estériles alimentados, eso sí, por todo un capitán del Atlético de Madrid, un Koke que se salió del tiesto para avisarle de que si bailaba «habría lío seguro» en el Metropolitano. Quizá en el momento de decirlo no se daba cuenta de lo que significaba, pero venía a ser una amenaza a Vinicius: si se te ocurre bailar tras un gol –como hace siempre– la grada se echará encima tuya porque yo ya así lo he avanzado.

El Real Madrid visita este domingo el Metropolitano en un derbi con más polémica extradeportiva que análisis futbolístico. Quizá no le ha interesado al equipo rojiblanco, que llega tras caer en Champions ante el Leverkusen –en descenso en la Bundesliga– y a cinco puntos de su eterno rival en Liga. El debate está en torno a la figura de Vinicius, especialmente sobre sus bailes. Porque aquí nadie –del bando rival del Madrid– habla ya del Vinicius futbolista como tal, el Vinicius que a excepción del primer partido en Almería ha marcado en todos los partidos de Liga, el mismo Vinicius que marcó el decisivo gol que dio al Real Madrid la última Champions en París.

Es ese Vinicius, ya con la nacionalidad española y con 22 años, el que desequilibra, marea a rivales y juega de forma excelsa al fútbol. El mismo que es uno de los futbolistas más en forma de todo el mundo y quien decide encuentros. Vinicius explotó justo hace un año y ahora alcanza el nivel que el Real Madrid esperaba. Siempre hay que recordar que fue el equipo blanco quien lo descubrió en Brasil y se lo trajo a España. Nadie en sus rivales habla ya del Vinicius futbolista porque posiblemente no les convenga una vez que el brasileño está en el top 5 de jugadores mundiales. Y por eso toca hablar de sus bailes, que como él mismo recuerda no es un invento suyo. Muchos bailan tras un gol en señal de alegría y felicidad. La mayoría son brasileños, pero otros como Griezmann también lo hacen. El francés por ejemplo lo hizo en el Bernabéu y ningún capitán del Real Madrid le echó a la grada encima y nadie debatió sobre la conveniencia de esa celebración.

Vinicius es la gran amenaza del Atlético de Madrid en este derbi. Y de ahí que vengan muchas críticas, como antes vinieron de otros tantos equipos víctimas del brasileño. Sin Benzema, que no llega al derbi tras la lesión que sufrió en Glasgow, Vinicius es la referencia del equipo de Ancelotti en el Metropolitano. Estará acompañado por Rodrygo, otro carioca con el que se entiende a la perfección. Y de las botas de Vinicius dependerá mucho que el Real Madrid siga con el pleno de victorias, único club de las grandes ligas que ha ganado todos sus partidos.

Del Vinicius de hoy tiene mucha culpa Ancelotti, que le animó a que lo intentara con insistencia aunque fallara. Muchos aficionados, los más contrarios al Real Madrid, siguen teniendo esa imagen del Vinicius fallón. Y si bien es verdad que el brasileño no arrancó con buen pie, el asunto no era ese, sino cómo remontó ese problema el jugador. Muchos otros grandes futbolistas, véase Zidane o incluso Modric, necesitaron meses de adaptación. No solo en el Real Madrid. Pero a Vinicius se le humilló y se le ridiculizó. Hasta un central como Eric García, suplente en el Barcelona y bastante justo par el fútbol de nivel, se reía del brasileño en un Clásico. Ahora ya nadie se ríe, tampoco el central predilecto de Luis Enrique. Nadie discute que Vinicius está ahora mismo entre los cinco mejores jugadores del mundo. Y de ahí que pasen de mofarse de sus fallos a buscar cualquier mínimo resquicio para criticar a un jugador único, desequilibrante y mediático al que LaLiga debería cuidar como gran estrella que es.