Xavi se queda sin palancas, sin excusas y sin Lewandowski en el mes clave de enero
Época decisiva para el técnico del Barcelona: se juega el liderato en solitario de LaLiga y un título mientras busca explicación a todo aquello que no la tiene
Ha comenzado irascible el año Xavi Hernández. Al técnico culé no le gusta que desde la propia Barcelona le lleven la contraria y se disfrazó, durante un minuto, de Luis Enrique en rueda de prensa. No acepta que le digan la realidad: su equipo estuvo «casi eliminado» en Copa ante el Intercity, un equipo de Primera RFEF –tercera categoría del fútbol español– que le metió tres goles y le llevó a la prórroga.
Vive Xavi estos días una época clave. Juega este domingo algo más que un partido en el Cívitas Metropolitano (y más tras el pinchazo del Real Madrid en Villarreal), en una semana tiene la posibilidad de lograr un título (Supercopa de España), en diez días de encarrilar otro (la Copa) y con todo ello vuelve a examinarse en los momentos importantes. No hay que olvidarlo: Xavi, en los grandes partidos, aún no ha dado la talla. Perdió ante el Real Madrid, ante el Bayern, ante el Inter, ante el Eintracht, una Supercopa hace un año... solo ganó un Clásico (0-4) totalmente intrascendente.
Sabedor de que su crédito es el que es, y que si no tiene más críticas es por su figura legendaria en el club, Xavi últimamente está en una fase de buscar explicación a todo aquello que no lo tiene. Es la falsa realidad en la que vive. Él ve que su Barça juega «brillante» ante el Espanyol pese al empate. O que fueron muy buenos ante el Intercity pese a necesitar de una prórroga. E incluso se cree que del lío de Lewandowski salen perjudicados porque les dejaron ver que podría estar este domingo (21:00 horas) en el Metropolitano.
Pero no, Lewandowski no podrá jugar ante el Atlético en uno de los duelos que de verdad sirven para juzgar al técnico culé. El TAD reafirmó su primera decisión de que el polaco tiene que cumplir los tres partidos de sanción impuestos por su feo gesto a Gil Manzano en Pamplona. Y el perjudicado no es el Barça porque le cambie el plan ahora, sino el Espanyol, al que sí le cambiaron toda táctica posible 24 horas antes. Lewandowski no juega y Robert le ha sacado en más de un aprieto a Xavi. Ha tenido partidos este Barça en los que el juego, por mucho que niegue la mayor Hernández, ha sido malo, que no ha dominado el duelo y que lo ha decantado, por lo bueno que es, el delantero polaco.
De ahí que en este mes de enero, o al menos en los tres próximos fines de semana, haya que ver cómo funciona este Barça sin Lewandowski. Los próximos partidos que se perderá no son de gran exigencia (Getafe y Girona), pero el de este domingo, sí. Ante un Atlético obligado a ganar para no ya descolgarse de LaLiga sino de los puestos Champions, Xavi tiene que ver hasta qué punto es capaz de sobrevivir sin los goles del polaco. Y las excusas ya están acabadas, porque el discurso repetitivo de ser mejores que el rival, jugar mejor y tener mala suerte ya solo lo compran los más cafeteros.
Sin palancas
Por si fuera poco, LaLiga puso coto a las famosas palancas, el método que utilizó Laporta para ir mejorándole la plantilla a Xavi. No hay que olvidar que el Barça ha ido desde hace un año gastando y gastando para que ahora Hernández pueda competir. Le dieron todo lo que pidió. El primero fue Ferrán Torres, en enero de 2022, y el último Koundé, el pasado verano. Pero las palancas ya no son viables por las nuevas normas de control económico de LaLiga.
Y Xavi, ante los problemas que le dejó Koeman y los que no supo mejorar después él, se limitó a pedir refuerzos que le llegaron por esa vía, la de la venta de patrimonio. Y eso ya no está permitido, de ahí que en este mercado de invierno que ya comenzó no se haya escuchado en 'can Barça' ningún nombre para incorporar. Saben que ya, por la forma de las palancas, es inviable. Y por la vía del dinero, que no hay, es directamente imposible. Xavi esta vez no puede tirar de talonario para arreglar sus problemas.