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Camavinga es un ejemplo de polivalencia en este Real MadridAFP

Camavinga ya lo es todo en el Real Madrid de Ancelotti

Intocable y de gran fiabilidad, el francés es el ejemplo de versatilidad: funciona muy bien como '5', de interior y también en el lateral

Cuando a Carlo Ancelotti le preguntaron hace ocho días por el interés del Arsenal en Eduardo Camavinga, el técnico italiano más claro no pudo ser: «Es intocable, como Modric o como Kroos». El mensaje más rotundo no pudo ser: el centrocampista francés es ya pieza fundamental de este Real Madrid a la altura de los mejores jugadores de la plantilla.

Camavinga ya lo es todo en el equipo blanco. No se puede hablar de irrupción, porque esa realmente ocurrió la temporada pasada, pero sí de soplo de aire fresco y de una vitalidad que ha dado una impresionante fuerza al Real Madrid cuando la temporada se tambaleaba. Camavinga se ha convertido en fundamental en el esquema de Ancelotti y así lo demuestran los datos: ha jugado todos los partidos –ocho– desde el Mundial y su incidencia en el resultado es abultada.

El jugador francés es ya el multiusos total de Ancelotti. Porque si bien se le presenta como centrocampista, esa es su posición real, también ha rendido en el lateral muy bien. Ese puesto en banda es realmente un acierto de Deschamps, que fue el primero que le utilizó ahí, pero Carletto lo exportó al Real Madrid cuando menos lo esperaba. Porque en el derbi de Copa, que lo jugó al completo, lo disputó desde el lateral izquierdo desde el minuto 40, momento en el que se lesionó Mendy.

Ancelotti miró entonces al banquillo, dejó de lado un cambio básico (defensa por defensa) y se arriesgó dando entrada a Ceballos y poniendo a Camavinga en el lateral. El resultado fue perfecto. No solo por la remontada sino por lo que supuso: el sevillano se lució en el centro del campo y el francés hizo lo mismo desde la banda. Camavinga se adaptó a una situación más o menos improvisada y demostró que con él hay que contar siempre.

El jugador nacido en Angola dio un absoluto recital ante el Atlético y no solo en el aspecto físico, de sobra ya conocido en el que es un portento. Su lectura de juego y su buen hacer en el terreno de juego es un lujo para el Real Madrid, club al que le empiezan a llegar ofertas que son desechadas. En la entidad blanca saben que Camavinga es jugador para muchos años en el Bernabéu.

Camavinga, Rodrygo y Modric en la celebración del gol del brasileño al AtléticoEFE

Ya sea desde el lateral, desde la posición de '5' o como interior Camavinga cumple siempre con una aportación vital. Su versatilidad es un punto a favor que le hace ser ya jugador fijo en este Madrid y más con el problema de lesiones que está teniendo en la parte defensiva el equipo. El año pasado fue clave en la Champions desde la figura de revulsivo y esta va por el mismo camino. Fue clave su participación en la remontada en la segunda parte en Villarreal, 45 minutos que pueden ser recordados esta temporada porque son donde acabó una crisis y empezó una buena racha. También fue decisivo en la complicada victoria al Athletic o en otros tramos de la temporada en las que como revulsivo ha dado siempre un extra al equipo blanco.

Sí hay una cosa que le ata en casi todos los partidos: la tarjeta amarilla. Algunas veces se la merece, pero otras tantas no. Camavinga tiene un problema. Ya se ha ganado la etiqueta mediática de que es un futbolista duro y eso se aleja de la realidad. Pero los árbitros no le perdonan y ha visto la cartulina en cinco de los últimos siete partidos, aunque en algunos casos sus entradas fueran de lo más normal. Las estadísticas no engañan: Camavinga no es de los jugadores que más faltas hacen en LaLiga (no está ni en el top-20) pero la matricula ya la tienen anotada rivales y colegiados.

Siguiendo con las estadísticas, que siempre hay que ponerlas en contexto, Camavinga es ya el jugador con más duelos ganados por partido de toda LaLiga. Eso es algo vital en un equipo que tiene que tener la dirección del partido y que ha vivido en los últimos tiempos un tambaleo en el que se le ha podido ir la temporada. De ahí que sea un intocable para Ancelotti, que bajo ningún concepto va a dejarle salir. Este domingo tiene además el francés un viejo recuerdo, porque fue ante la Real Sociedad el año pasado cuando empezó a despegar. Los vascos llegan al Bernabéu a tan solo tres puntos del Real Madrid (con un partido más, eso sí) y el partido tiene una gran peligrosidad.