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Ceballos, el WhatsApp y un Barça en plan poli infiltrado

El Barça, que me recuerda al policía infiltrado en la CUP: parece una cosa y es otra. Pinta que se la va a pegar y acaba escapándose. Y triunfando. Como el poli

El partido tuvo dos súper protagonistas: Ceballos y el WhatsApp. El Bernabéu aclamó al andaluz, que está tremendo. El Madrid juega mucho rato a lo que le sale a él. Buena pareja tiene en Camavinga, por cierto.

El WhatsApp madridista echó humo. Hasta el gol anulado a Rüdiger, la cosa iba con que había vuelto la torrija. Uno me hizo especial gracia: la culpa es del Valencia, que no te invita a jugar como hizo la Real. Llegó el gol del alemán, anulado después. No explotó la aplicación de milagro. Lo más fino ¡que-le-den-la-Liga-al-Barça! Uno añadió: lo ganan todo, dejemos de sufrir.

Y es que entre el VAR y el recuperado Alberola cumplieron. Hay una por partido. Si no pasara lo echaríamos a faltar. La última vez que abrieron el Bernabéu a Rudiger le agarraron en plan guateque de los 70. En el área, claro. También en un córner. Forcejeo sentenciaron. Esta vez lo de entre Benzema y Musah fue falta. Asombroso.

Después, en dos minutos el Madrid decidió. El Valencia podía empatar a cero, no más. Que los blancos repitieran sus errores ante puerta o que, de pronto, apareciera Remiro. Es raro que el Madrid se equivoque dos veces. Seguidas y en su campo. Ganó. Lo peor, las lesiones. Una plaga.

Un Madrid cumplidor, poco exigido. Vinicius pudo ver la quinta y fumarse a Raíllo y Maffeo, pero no: estará en Palma. Es él… Vuelve al menos cinco respecto al Barça que me recuerda al policía infiltrado en la CUP: parece una cosa y es otra. Pinta que se la va a pegar y acaba escapándose. Y triunfando. Como el poli. Está la cosa curiosa, sí.