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Vinicius se encaró con la grada del Valencia tras los insultos racistasAFP

Vinicius se revuelve en pleno partido y se encara con la grada del Valencia por los insultos racistas

El partido de Liga se paró 10 minutos después de que el jugador del Real Madrid se enfrentara, cara a cara, con un aficionado que le insultó en Mestalla

Vinicius se ha cansado de los insultos racistas que sufre en la Liga y este domingo, en el partido de Liga ante el Valencia, ha señalado de forma directa a los aficionados que le han hecho este tipo de cánticos.

En una escena hasta ahora nunca vista en la Liga, un futbolista –Vinicius– se ha encarado de forma directa, cara a cara, con la persona que, según el jugador, le ha insultado de forma racista, algo que es ya habitual en el fútbol español.

Para situar el contexto, y con 1-0 para el Valencia en el ecuador de la segunda parte, todo el lío (que marcará un antes y un después en el fútbol español) empezó por una acción de mal deportista y profesional de Comert, que aprovechando que un balón estaba en el área (que no era el reglamentario) lo empujó para que golpeara al esférico con el que de verdad se jugaba.

Ahí se formó un quilombo: el árbitro no lo vio, se lo tuvieron que decir por el pinganillo y en mitad de eso a Vinicius le gritaron nuevamente con insultos racistas.

Y el brasileño, esta vez, sí se revolvió. El jugador del Real Madrid se fue a la grada y señaló de forma clara a quien le había hecho cánticos racistas. El partido se paró, el árbitro pidió calma pero Vinicius siguió denunciando las actitudes que son una vergüenza en la sociedad.

Todos los actores del partido intervinieron. Ancelotti se fue a hablar con su futbolista, que se calmó después de momentos en los que se fue a la grada (uno de los fondos de Mestalla) a encararse cara a cara con el que supuestamente había insultado. El colegiado –De Burgos Bengoetxea– se fue a por Vinicius, habló de forma tranquila con él y le prometió que si había más insultos el partido se suspendía.

Estos insultos no se llegaron a repetir (o al menos Vinicius no los escuchó) y el partido acabó con la expulsión del brasileño por un manotazo.