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Qatarí que te viTomás Guasch

Hablaron Rodrygo y Guardiola

Imposible definir mejor nuestro racismo doméstico, ese canalla. El de los nacionalistas catalanes y vascos. Con los primeros se ha dejado ver Guardiola, es uno de sus ídolos

Algo les digo así, de entrada: Tchouméni es el Camavinga que viene. Ha cumplido la temporada de su destete madridista. Fenomenal hasta el Mundial, bajo desde entonces. Ni a su 35% llegó. Hay futbolista para diez años en el Madrid. O más.

Rodrygo hizo dos goles, y pudieron ser cuatro, en un partido que el Madrid ganó pues, a diferencia de Mestalla, vio puerta. Fue mejor, pero serlo sin ver portería no alcanza. Sin Benzema, Vinicius y Asensio que se va. Rodrygo es titular indiscutible, habló como un crack.

Interesante será ver cómo se refuerza el Madrid en ataque. Kane, Joselu, Kolo Muani, Brahim… Las piedras donde edificar esa iglesia las tiene, Vinicius y Rodrygo. Y para tiempo. Veremos a ver. El Sevilla tenía la cabeza en Budapest. Marcó pronto, fue un espejismo. El Madrid es superior y lo confirmó.

Superior estuvo Guardiola hablando sobre Vinicius y racismo. Muchos lo han hecho, pocos con su conocimiento. «Espero que las cosas mejoren en España, pero conozco el país y no soy optimista», concluyó. A tal conclusión llegó tras afirmar: «Nos han educado para pensar que somos mejores que nuestros vecinos, mejores que el resto».

Imposible definir mejor nuestro racismo doméstico, ese canalla. El de los nacionalistas catalanes y vascos. Con los primeros se ha dejado ver Guardiola, es uno de sus ídolos. Racistas, xenófobos, supremacistas de manual con los que ha compartido tarima y micrófono entre gritos y discursos de quienes califican al ciudadano español, el primero el catalán no nacionalista, como ñordo, colono, invasor y, por supuesto, fascista. Al vecino.

No lejos de Can Guardiola allá en Manchester habita una campeona del asunto, la ex consejera Clara Ponsatí, que escribió uno de los tuits más deleznables de la historia de Twitter: «De Madrid, al cielo». Fue en lo peor de la pandemia, cuando allí, y en medio mundo, moría gente a chorros.

Buen conocedor del paño, es natural que Guardiola dude de nuestro éxito en esta batalla que son dos: el racismo clásico y este otro, el que tan bien conoce. Ya que estamos, hablemos de todos. Negros, chinos, blancos, gitanos, indios… Si no son nacionalistas es gente a despreciar. Toda. Y sí, además tenemos gente que es eso, la racista clásica: la que está contra el diferente, mayormente el negro. Está la cosa variadita, sí.

Tiene razón el entrenador del City: lo tenemos mal. Lo sabe perfectamente.