El Barça se choca con el muro del Getafe y tropieza en su estreno en Liga

El FC Barcelona quería empezar ganando en su debut liguero, pero los de Xavi Hernández se han encontrado con un muro irrompible. El Getafe de José Bordalás es un hueso duro de roer y ha sido fiel a su plan para quitarle los dos primeros puntos de la temporada al conjunto azulgrana (0-0).

El Barça saltó al césped del Coliseum sabiendo que el Real Madrid había cumplido con nota en San Mamés. Pero eso le dio igual porque la actitud de los barcelonistas fue buena buenísima. Tal fue la motivación que la primera llegada del conjunto azulgrana se produjo en el primer minuto. Ilkay Gündogan estuvo a punto de marcar, pero el alemán estaba ligeramente adelantado y la jugada fue anulada por fuera de juego.

Ese primer aviso de los azulgrana activó a los azulones que, llevando a cabo un fútbol preciso, se fue acercando tímidamente al área de Ter Stegen. Pero esa activación le duró muy poco a los de José Bordalás, que se fueron para atrás para contrarrestar las llegadas barcelonistas.

El Barça siguió a lo suyo, sin entrar en líos, y se iba hacia el área del Getafe con una facilidad pasmosa. La banda derecha del conjunto madrileño estaba siendo un coladero y Alejandro Balde campaba a sus anchas gracias a su portentoso sprint.

El Getafe aguantó y en el 30' tuvo su primera gran ocasión. Juan Iglesias recogió un balón suelto al borde del área y no se lo pensó dos veces, pero la mala noticia para el lateral vallisoletano es que el tiro fue muy centrado y que en la portería del Barça estaba Marc-André Ter Stegen, uno de los mejores porteros del mundo y al que es muy difícil superar si el disparo sale centrado.

El Barça lo intentaba y lo intentaba. Pero el problema es que el gol se estaba resistiendo más de la cuenta. El Getafe es un equipo muy duro, que se las sabe todas, y para sorprenderles hace falta algo más. Fruto de la desesperación, el equipo de Xavi Hernández se quedó con diez. Raphinha, que había visto la amarilla en el minuto 38 por protestar, agredió a Gastón y Soto Grado, sin dudarlo, mandó al brasileño al rincón de pensar.

Por suerte para el Barcelona, la expulsión de Raphinha no les sacó del partido. Todo lo contrario. Se olvidó de estar en inferioridad numérica y siguieron pico y pala en busca de ese gol psicológico antes del descanso, que no acabó llegando.

Cambios al descanso

La expulsión de Raphinha hizo que Xavi Hernández reaccionara al descanso. El egarense decidió sacrificar a un defensor – Christensen – para dar entrada a Abde y buscar esa velocidad perdida en el tramo final del primer tiempo.

Por su parte, el Getafe hizo exactamente lo mismo. Bordalás decidió dar entrada a Portu y dejó en los vestuarios a Mitrovic, que acabó el primer acto lesionado. La principal diferencia es que al conjunto azulón le estaba yendo bastante bien su plan y no necesitaba de esa velocidad en ataque.

El conjunto azulgrana – vestido de amarillo en Getafe – optó por volver a esa tranquilidad que le caracteriza y tiró del famoso tiqui-taca para intentar aprovechar algún despiste de los madrileños, que estaban haciendo un partido muy serio en defensa.

Igualdad numérica

Superados los minutos iniciales, el partido volvió a calentarse y a Jaime Mata se le veía muy nervioso. Pero eso no es nada nuevo, ya que el delantero madrileño es un futbolista que vive pasado de revoluciones. El '7' llegó muy tarde a un balón dividido con Araujo y Soto Grado decidió expulsar a Mata para devolver la igualdad numérica al partido.

El partido seguía 0-0 y los minutos iban pasando. El banquillo del Barcelona estaba absolutamente desesperado con el juego agresivo llevado a cabo por los muchachos de Bordalás. Fue tal el grado de desesperación que Soto Grado expulsó a Xavi Hernández por haberse dirigido al cuarto árbitro con una actitud desafiante.

Lo que estaba claro es que al Getafe se le veía más calmado sobre el césped del Coliseum. Era obvio. Al conjunto madrileño le venía mejor empatar que al Barcelona, y eso que tan solo era el primer partido liguero.

Una última bala

Quedaban menos de veinte minutos y Xavi, ya en la grada del Coliseum, decidió dar entrada a los Golden Boys. Es decir, Ansu Fati, Lamine Yamal y Gavi al terreno de juego para intentar lo que el Barça no había conseguido en más de setenta minutos.

Cuando los partidos se aproximan a los minutos finales, lo que se necesita es velocidad y desparpajo. Gavi, Yamal y Ansu son expertos en esa asignatura, pero el problema para los culés es que la defensa del Getafe seguía inexpugnable.

Cuando parecía que el partido iba a acabar en empate a nada, el Barça pidió penalti por falta de Juan Iglesias. Soto Grado lo revisó en el VAR, pero acabó dictaminando que Gavi había tocado, previamente, el balón con la mano. El centrocampista del Barcelona no se le podía creer y se fue a quejar al árbitro. No hubo tiempo para más. El Barcelona se dejó los dos primeros puntos de la temporada.