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Qatarí que te viTomás Guasch

Jude Bellingham se alfrediza

Bellingham, y ustedes me perdonen sobre todo los mayores, recuerda a Di Stéfano cada día más. Defiende bien, genera bien y remata bien. Es el mejor, o como poco el segundo mejor, en todas las partes del campo

Pues resultó que el envite que pintaba más complicado acabó con la victoria más contundente del Madrid en lo que va de temporada. Tres goles y ninguno en contra, eso que tanto gusta a los entrenadores.

Se trataba de la visita a un líder inesperado que no lo era si atendíamos a su buen juego y excelentísimos resultados. Lo de jugar con sentido lo hizo el Girona también en esta ocasión. Su pega fue que el Madrid llegó con las orejas tiesas y lo devoró después de acudir a su cita con la chunga. No la bailarina, Micaela Flores Amaya, que bailaba descalza y volvía locos a guiris y paisanos en la Costa Brava, una de las maravillas de Girona.

Esta chuga, la madridista, es la peculiar manera que tienen el equipo de entrar a los partidos: a los cinco minutos no se puso la cosa 2-0 de milagro. Vale: nadie transforma todo lo que tiene, dejémoslo en 1-0. Lo clásico, vamos.

Hay cosas que no cambian. Otra es como cae la tostada. Tampoco cambia que Kroos es poco menos que imprescindible y Bellingham, y ustedes me perdonen sobre todo los mayores, recuerda a Di Stéfano cada día más. Defiende bien, genera bien y remata bien. Es el mejor, o como poco el segundo mejor, en todas las partes del campo. Eso era Alfredo, a lo más grande. Luego Jude se está alfredizando, del verbo alfredizar. El verbo del Madrid.

De entrada, cuando mandó el rival, corrió a pegarse a Camaviga, lateral zurdo otra vez, y achicar agua. Más tarde le dio la vuelta a la situación, el mando local, con un pase a lo Modric, con el exterior o sea, que aprovechó Joselu para marcar su cuarto golito, el 0-1. Más tarde, The Sir hizo el tercero. Es una cosa de locos: más del 70 por ciento de sus remates acaba en gol.

Lo de Camavinga lateral tuvo su gracia. En el Girona, el 3 era uno del Castilla y los treses del Madrid estaban en el banquillo: Fran García y Mendy. ¿Camavinga otra vez ahí? Pues no les extrañe. Para Ancelotti es titular y puede poner sólo once.

Y juega bien ahí. Carletto cavila y me recuerda un viaje a Sevilla con el Barça de Cruyff y Rexach. En cuanto el avión tomó velocidad de crucero se pusieron a escribir en unos pepelitos. Eran los nombres de trece o quince jugadores. Le dijo Johan a Charly: «Saca once y luego los colocamos». Ganaron el partido.

Ancelotti tiene sus papelitos y en uno pone Camavinga. Con él gana un volante más y ninguno de los zurdos laterales está fino. Los problemas en la defensa del Madrid continúan: Nacho perdió la cabeza y fue expulsado. Ante Osasuna tendrá un solo central: Rüdiger. El magnífico Tchouaméni o la cantera. No, a Camavinga ahí no le veo. Pero váyase usted a saber.

Ah. Y volvió Vinicius a la titularidad. Es lo que necesita: minutos. Kepa estuvo bien. El Madrid supo manejar el partido después de los sustos de inicio. Supo ser lo que es: superior. El rival iba de rojiblanco, pero no fue aquella cosa infumable que deambuló por el Wanda. Liderato recuperado y hala, a Nápoles. La Champions. Lo serio, vamos.