Estadio Olímpico Lluís Alfredo Bellingham

Debutaba el muchacho en nuestra locura del 92. El estadio de los Juegos de Barcelona y de todos. También se estrenaba el Madrid en un clásico.

Cabe distinguir: el Madrid lo hizo por exigencia del calendario. No homenajeó a Fermín Cacho entre otros. Como equipo no brindó uno de sus mejores diez mil clásicos de la historia. Pero él, ¡ay él!

Él es Jude, ¡hey! Estaban los Rollings y sonaron los Beatles. Que fueron mejores, carallo. Jude que, sépanlo, jugó tocadillo en una pierna. Hay que cambiarle el nombre al estadio. Si siguiera Colau en la alcaldía estaba hecho, hoy mismo. Con este Collboni no se. Companys fue un señor… Horrible por no extendernos. Después de lo visto, debería llamarse Alfredo Bellingham. Y vale, Lluís delante por la cosa local. O en recuerdo de Figo, mismamente.

Belligham. Alfredo. Alfredizado. El Madrid de Di Stéfano también jugó partidos malos, como este. Pero cuando sucedía aparecía él y listo. Cabe esperar de este Madrid que a Jude le acompañen en lo del gol alguno de los que le rodean, en plan Puskas, Gento, Rial, Kopa y compañía. O igual no alcanza.

El que siempre ayuda es Camavinga, alguna de las puertas del rebautizado Montjuïc, para él. Salió y el partido se inclinó del lado blanco sin remisión. Es titular sí o sí… a no ser que Ancelotti decida lo contrario, no le voy a cuestionar yo. Como esta vez, que salió con Mendy pues defiende más. No sé si mejor. Los que defienden bien y hacen bien todo, además, son Carvajal y Rüdiger.

Miren, ahora el Madrid debe ganarle al Barcelona. Las más de las veces, digo. Pasó y sin jugar bien. En feudo azulgrana. El Barça se agarró a Gavi pues hizo lo que había soñado: marcar primero y resistir después. Su otro clásico, el 1-0. Le jorobó que delante tenía al mejor. Ah, el arbitraje. Bien. Sin cosas raras. Cuando eso pasa acostumbra a ganar el Madrid.