El Real Madrid torea al Valencia en la gran fiesta de Vinicius

Ante ataques, campañas y viejas (y presentes) rencillas, fútbol. Y ante ridículos cánticos, goles. Vinicius ha aprovechado el Real Madrid-Valencia para hacer su fiesta particular, una fiesta futbolística, la del espectáculo, la de la diversión y la de los goles.

El brasileño ha marcado dos goles en la goleada del Real Madrid al Valencia (5-1), un partido marcado por el escándalo del año pasado en Mestalla, los casos de racismo y los ataques a Vinicius. Y los que le cantan «qué malo eres» no queda otra que agachar la cabeza y reconocer que ese «malo», Vinicius, les trituró.

Cómoda y convincente victoria de un Real Madrid que seguirá dos semanas más en segunda posición (ahora hay parón por selecciones) a dos puntos del Girona, que sigue líder tras ganar también este sábado en Vallecas. Goleada que incluso se quedó corta, porque de querer se hubiera ido con media docena de goles ante la enorme superioridad que tuvo sobre un Valencia.

El Valencia se plantó en el Bernabéu con una equipación preciosa, naranja total, recordando a aquel Valencia que alcanzó la gloria en los primeros años de este siglo. Si uno solo veía las camisetas se iba a aquellos años de rivalidad directa, enfrentamientos durísimos y a aquel ushiro nage, jugada que pasó a la historia y que los veteranos en esto recordarán bien.

Naranja no sino rojo puso el Madrid al Valencia. Le trituró con una goleada de escándalo al grito de «Así, así, así gana el Madrid». Porque sí, así gana el Madrid ante este Valencia que calentó el partido, que vio en Vinicius una diana a la que continuamente tirar a dar. Y claro, el brasileño le enseñó al Valencia lo que es, uno de los mejores jugadores del mundo. Y eso hay todavía muchos que no lo soportan.

Comenzó la goleada blanca con un disparo de Carvajal desde la frontal del área. Era el minuto 3 y Dani recibió en forma de gol el justo premio a una temporada que está siendo excepcional. Está al mejor nivel de su carrera.

El partido estuvo igualado al inicio y muy animado. Kroos, de falta directa, se chocó con la misma escuadra. La madera le repelió un gol precioso. Fue entonces cuando Lunin aprovechó estos minutos que tiene por la lesión de Kepa. El ucraniano hizo dos paradones, ambos a Hugo Duro, el primero en un mano a mano a un metro y el segundo guardando bien la portería, quedándose con el balón. Duro falló lo que un delantero no puede fallar, también después otra vez con un cabezazo que se fue desviado cuando estaba solo, y el Valencia desaprovechó esos tres acercamientos peligrosos.

Entró entonces en escena Vinicius. Y espectáculo garantizado. No era un partido cualquiera para el brasileño, que lleva meses soportando unos ataques por parte de gran parte del valencianismo. Le acusan de todo hasta de aquello en lo que ni él decide. Los casos de racismo en Mestalla en la temporada pasada siguen coleando y algunos no aceptan que Vinicius lo afrontara de cara, sin agachar la cabeza, plantándose ante tanta vergüenza.

Pero aquí hay que hablar de fútbol y Vinicius marcó dos goles. Dos, sí, justo después de que los aficionados ché en el Bernabéu le cantarán eso de «qué malo eres». Si Vinicius es malo, cómo serán los suyos... El brasileño marcó dos goles, el primero antes del descanso en un gol además muy representativo: el pase de Rodrygo lo remató con el corazón. Se tiró de plancha y al balón le dio con esa zona del cuerpo. Corazón madridista en un partido con gran simbolismo para él.

Saliendo de vestuarios, Vini cogió un balón, dio tres pasos y remató al estilo de lo que había hecho Carvajal y puso el tercero del Madrid. Desde febrero no marcaba dos goles en un mismo partido. Casualmente lo hizo ante el Valencia. Ya no se escuchaba lo de «qué malo eres». Como para cantarlo. Un minuto después Rodrygo aprovechó un regalo de Mamardashvili y puso el 4-0. «Así, así, así gana el Madrid» empezó a cantar con razón el Bernabéu.

Entre olés de la grada, el Madrid toreó a un Valencia sin alma y sin nada. El público pedía el quinto, irse con una 'manita' y daba ya la sensación de que si no llegaba no iba a ser completo el partido. Rodrygo, ya en el 84', dio ese gusto a la hinchada blanca marcando el quinto gol (era su segundo tanto) que redondeaba la escandalosa goleada. El Valencia, eso sí, marcó un gol al final que no vale nada.

El Real Madrid se va al último parón de 2023 (y penúltimo de la temporada) con 32 puntos, a dos del líder Girona, por delante del Barça y solo habiendo pinchado en tres partidos. Es con diferencia el equipo menos goleado de la Liga y en Champions está ya en octavos. Todo marcha bien. Que se lo digan al Valencia, que se llevó cinco del Bernabéu.