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Simeone, en un partido de esta temporadaGTRES

Simeone, el ave fénix del Atlético de Madrid

Renueva hasta 2027. Del club que cogió en 2011 ya no queda casi nada. Ha cambiado hasta los cimientos una institución en la que ya es historia

Es 21 de diciembre de 2011. En Madrid hace un frío que pela. La afición rojiblanca atraviesa el Paseo de los Melancólicos rumbo al estadio Vicente Calderón. El nombre de la calle es más acorde que nunca. La afición del Atlético Madrid está decaída, viendo a un equipo moribundo y sin rumbo. Los rojiblancos son undécimos en liga, no han ganado ningún partido a domicilio, con un empate y seis derrotas.

El proyecto de Gregorio Manzano está llegando a su fin. Juegan contra el Albacete en los dieciseisavos de final de Copa del Rey, teniendo que remontar un 2-1 cosechado en la ida, en otra derrota, cómo no, fuera de casa. Es la oportunidad para una alegría navideña y traer un poco de alborozo al club. Cuando el reloj apenas registraba veinte segundos, el Albacete, equipo que militaba en Segunda B, se adelantó. No hubo más goles en todo el partido. Era la gota que colmaba el vaso.

29 de diciembre de 2011. El Atlético Madrid ha anunciado a Diego Pablo Simeone como nuevo entrenador. El argentino había tenido experiencias en Racing de Avellaneda, Estudiantes, River Plate, San Lorenzo, Catania y de nuevo Racing. Ninguna de estas aventuras llegó a los dos años de duración. El equipo iba a entrenar por primera vez con su nuevo entrenador, y lo iba a hacer en el estadio, en el Calderón. Pese a la mala temporada, el frío característico de esas fechas y que muchas familias han viajado por Navidad, se registran largas colas para acceder al campo. Se reúnen más de 5.00 aficionados, con bufandas y banderas, irradiando felicidad. De todos ellos empieza a salir un eco, ligero al principio, ensordecedor conforme pasan los minutos. «Ole, ole, ole, Cholo Simeone». Y eso en el primer entrenamiento.

Han pasado 12 años de eso. El Atlético Madrid ha conquistado ocho títulos en ese tiempo. Más los que podrían haber sido, pensarán sus aficionados. Dos ligas, dos Europa League, dos Supercopas de Europa, una Copa del Rey y una Supercopa de España es el bagaje. Y Simeone acaba de renovar hasta 2027, ampliando tres temporadas más su etapa en un club que poco tiene que ver con el que cogió.

Si dos adjetivos puede definir todos estos años del argentino al mando del club, esos podrían ser resiliencia y adaptabilidad.

Habrá quienes consideren que su etapa ya debió haber terminado, o quienes le encumbran como la persona más importante de la historia del club. Eso entra dentro de la valoración personal y el pensamiento de cada uno, pero lo que es innegable es el cambio de paradigma que ha sufrido el club bajo su mando. De la mediocridad instalada hasta los cimientos del club a ser indiscutiblemente el tercer grande de España, citándose con la Champions cada año y llegando a hasta dos finales, más de las que tenía el club hasta su llegada. Aunque la gloria mayor se le escapó.

Si dos adjetivos puede definir todos estos años del argentino al mando del club, esos podrían ser resiliencia y adaptabilidad.

Se podrían distinguir varias etapas en estos doce años del Atlético de Simeone, fácilmente distinguibles una de otra.

La primera, el primer gran Atlético de Simeone, es el que va desde su llegada, en 2011, hasta la final de Lisboa en 2014. Fue la etapa más gloriosa a nivel títulos; Europa League en 2012, Supercopa de Europa ese mismo año, la Copa del Rey de 2013 y la liga del año siguiente, conquistada en el Camp Nou ante el Barcelona de Messi.

El primer Atlético de Simeone era una obra maestra defensiva©GTRESONLINE

Ese equipo era una auténtica roca defensiva, una cumbre aún por explorar en lo que a defender se refiere. Godín y Miranda como centrales, Courtois bajo palos, un doble pivote formado por Gabi y Tiago...muchos nombres que se destacaban por su encomiable trabajo sin balón. Arriba, la exuberancia física de un delantero; primero Radamel Falcao, posteriormente Diego Costa, más la calidad de un David Villa al que aún le quedaba mucho fútbol en las piernas, aunque poca velocidad. Ese equipo se quedó a un cabezazo de Sergio Ramos de un doblete absolutamente histórico.

Tras Lisboa, el Atlético de Griezmann

Tras la prórroga de Lisboa, a despejar la mente. El Chelsea de José Mourinho se llevó a varios de sus mejores jugadores (Courtois, Filipe Luis, Diego Costa), así que tocaba reconstruir. Y esa reconstrucción llevó el nombre de Antoine Griezmann.

Ese nuevo Atlético no alcanzó el pico de excelencia del anterior, pero fue un muy buen equipo. Especialmente en Europa, donde su pragmatismo a dos partidos era muy difícil de batir. Eliminó al Barça de la MSN o al Bayern de Guardiola, antes de volver a caer con el Real Madrid en una final. Esa derrota en Milán es, de acuerdo con el propio Simeone, «lo más cerca que ha estado de dejar el club».

No ha sido capaz el club de recuperarse del todo de esa derrota, ni futbolísticamente ni a nivel de resultados, donde no ha vuelto a pisar una final de Champions, siendo lo más lejos que ha llegado la semifinal de la 16/17.

Griezmann ha sido el gran líder futbolístico del Atlético en los últimos añosGTRES

Hasta se llegó a caer en fase de grupos en una temporada, aunque luego se convirtió eso en una Europa League. Griezmann prefirió irse al Barça, el millonario fichaje de Joao Félix nunca llegó a encajar con el 'Cholo' y se perdió la solidez defensiva de antaño. Pese a todo, el triunfo de la liga española en la temporada 20/21, de la mano de un Luis Suárez estelar, hizo recordar al 'cholismo' sus mejores días. Parecía el último baile de un entrenador y una etapa histórica en el club.

La temporada pasada parecía el fin. Quedaron cuartos en un grupo de Champions relativamente sencillo (Bayer Leverkusen, Oporto y Brujas), no llegando ni a la Europa League, y la posición en liga tampoco era buena, con muchas derrotas ante equipos de la parte baja. La afición cada vez más pedía la cabeza de quien otrora fue su salvador.

Reinvención tras el Mundial

Llegó el parón del Mundial y, el triunfo de su país, llevó a Simeone a replantearse las cosas. Hay un cambio significativo en la forma de jugar del Atlético desde la Copa del Mundo del año pasado.

Simeone, un técnico acusado de inmovilismo gran parte de su carrera, se caracteriza por la reinvención.

No hay nada que ver entre el Atlético 2023 y el de 2014. Hasta el punto de que, lo que fue su gran fortaleza: la defensa, ahora es el punto flojo del equipo, donde caben más ajustes. El Atlético actual es, de la mano de un pletórico Griezmann, un fantástico equipo con balón, con muchas variantes, valiente, propositivo. Le falta ajustarse atrás y tener más solidez para poder aspirar a todo, siendo un equipo completo como lo fueron en 2014 y 2016.

Si alguien hiciera el ejercicio de ponerse a ver los dos Atléticos más distantes en el tiempo se encontraría con diferencias gigantescas en lo que a forma de jugar se refiere. Simeone, un técnico acusado de inmovilismo gran parte de su carrera, se caracteriza por la reinvención.

No es fácil lograr picos históricos en un club con una forma de jugar y tener la valentía para, siendo el arquitecto de la misma, modificar la fórmula desde los cimientos. Quizás, ese sea el gran legado del 'Cholo'.

De cumplir con su contrato, haría 16 años al frente del club. Un 'rara avis', como si de Sir Alex Ferguson o Arsène Wenger se tratase. Y contando, porque si sigue sabiendo adaptarse a entorno y actualidad como ha demostrado hasta ahora, no habría ningún motivo para no confiar en él de cara al futuro, liderando hasta que él mismo diga basta.