El Real Madrid se deja dos puntos ante el Betis en un gran partido de fútbol

Pinchazo del Real Madrid en el Benito Villamarín de Sevilla. En un gran partido de fútbol, vibrante e igualado, el equipo de Ancelotti ha empatado ante el Betis (1-1) y se deja dos puntos que a la espera de lo que hagan los rivales habrá que ver si es decisivo.

A la Liga le hacía falta un encuentro así. Emocionante, disputado, sin complejos y con ocasiones en uno y otro área. Betis y Real Madrid regalaron un buen espectáculo en el que el empate fue lo más justo y que a los dos les sabrá a poco. Marcó Bellingham el 0-1 (preciosa jugada colectiva) y empató Ruibal con un trallazo desde fuera del área.

Al Real Madrid le empezó a desquiciar el árbitro, esta vez Soto Grado, que otra vez castigó con sus decisiones al equipo de Ancelotti. En los primeros minutos, cuando el duelo estaba precioso y ambos equipos tenían ocasiones, Rodrygo entró en el área y Ruibal –protagonista después– le pisoteó, le tocó y le derribó. El árbitro miró para otro lado en lo que era un penalti claro.

Unos minutos después Brahim marcó tras una exquisita jugada colectiva del Madrid en la que Bellingham había asistido con un tacón y en la que Rodrygo había tirado un caño en la línea de fondo. Fue todo anulado por un fuera de juego que no dudaremos aquí que lo sea, pero no hay forma de saberlo al 100 % porque en nuestra Liga tenemos una forma de mostrar las líneas del fuera de juego que es ridícula. Aquí se colocan sin explicación, poniéndolas desde zonas que ni se ven (desde el pie por ejemplo cuando debería ser desde el hombro) y con los frame que a la organización le viene bien para justificar la decisión arbitral.

Si bien el ritmo inicial se perdió los dos equipos siguieron honrando al fútbol con ocasiones claras. Lunin siguió parando y le sacó un duro disparo a Ayoze. A Willian José un disparo desde la frontal del área se le fue pegado al palo, idéntica acción, con final también idéntico, que tuvo Modric en la portería contraria.

Al salir de vestuarios hubo otra vez un ritmo alto que es raro en esta Liga. Una gran parada de Lunin a Ayoze abrió la segunda parte en una acción en la que se demostró que el portero ucraniano además de parar bien transmite seguridad. Kepa, ya recuperado, estaba en el banquillo. ¿Hay sorpasso en la portería del Real Madrid?

Tras eso llegó el golazo de Bellingham, que junto a Brahim convirtió el fútbol en arte. Hay acciones por las que merece ver la pena un partido entero o pagar una entrada. Brahim, titular este sábado, se inventó una preciosa asistencia que recogió Jude. El inglés controló el balón con el pecho y nada más bajar el esférico lo remató para que entrara entre las piernas del portero Rui Silva. Precioso todo.

Con Rodrygo mareando a los defensores béticos, el equipo sevillano sorprendió (mucho mérito) porque empató el partido. Cuando peor estaba se encontró con el 1-1 en una acción muy individual y del que menos se esperaba. Ni Isco ni Ayoze. Fue el lateral Ruibal el que se inventó un tremendo disparo desde fuera del área que pilló por sorpresa a Lunin y se convirtió en un golazo.

Tras el gol hubo opción para que los dos equipos marcaran –especialmente un remate de cabeza de Isco que pegó en el palo y un disparo de Joselu al que le faltaron centímetros– pero el empate, que era justo, se quedó en el electrónico del Villamarín. El Madrid se deja dos puntos en Sevilla en un duelo que ya sabía que era de los más difíciles del año y si bien rompe su racha de victorias (llevaba cinco seguidas y 11 en los últimos 13 partidos) deja el liderato de la Liga en el aire. Si el Girona puntúa este domingo en Montjuic, serán los catalanes quienes sean líderes en solitario.