El triste desprecio de LaLiga a la Segunda División
No se cuida un torneo con equipos históricos y grandes aficionados y se vende muy mal en horarios y ambientes en estadios
El éxito del Racing de Ferrol, el equipo al que Estrella Galicia ha llevado a pelear por subir a Primera
Por nivel, emoción y calidad de los equipos que participan en ella, la Segunda División –conocida por motivos publicitarios como LaLiga Hypermotion –es considerada por muchos como la sexta o séptima mejor liga del mundo. Sin embargo, la patronal no parece darse cuenta de ello y, por una serie de factores, en los últimos años se está produciendo un maltrato que no se merece la categoría de plata del fútbol español.
En dicha división juegan 22 equipos y si uno echa un ojo a la clasificación actual podrá ver (aunque les parezca extraño) a históricos de la talla del Real Oviedo, Real Sporting de Gijón, Real Valladolid, Real Zaragoza, Tenerife, Espanyol, Racing de Santander o Levante y a otros no tan clásicos como Mirandés, Alcorcón, Huesca, Éibar o Cartagena.
Ahora bien, el problema que vienen criticando los aficionados de dichos equipos es el criterio que sigue LaLiga con la publicación de los horarios de los partidos y la poca antelación con la que la patronal los da a conocer. Esto, por desgracia, es algo que viene sucediendo desde hace un par de años y que perjudica al fútbol como deporte.
La razón es claramente televisiva. Desde que se dio luz verde a la celebración de partidos en lunes o viernes, la propia patronal considera que un Real Valladolid-Real Oviedo o un Real Zaragoza-Real Sporting se va a ver más por televisión un viernes a las 20:30 de la tarde o un lunes a las 20:30 que un sábado a las 16:15 o a las 18:30, donde el José Zorrilla de Valladolid y La Romareda de Zaragoza, presentarían, con total seguridad, una entrada magnífica.
Sin la esencia del fútbol
Y el problema es que en vez de poner un partido así en un horario apetecible para que los aficionados se desplacen hacia la ciudad del partido, LaLiga opta por colocar un Eldense-Villarreal B o un Amorebieta-Cartagena que, con todos los respetos del mundo, no va a ver nadie, por citar varios ejemplos.
Estas decisiones de la patronal comandada por Javier Tebas hacen que se rompa la esencia del fútbol, esa en la que las dos aficiones cantan a pleno pulmón y apoyan a su equipo hasta el final pase lo que pase. Y en ese sentido tanto los clubes como los servicios hosteleros de las ciudades son los grandes perjudicados. La razón es sencilla. Con horarios perjudiciales, los clubes como tal dejan de ingresar dinero por las entradas y los bares tienen mucha menos afluencia de gente.
Y más allá de chafar un bonito desplazamiento con horarios malos, tampoco tiene sentido que LaLiga decida poner a la misma hora que el derbi asturiano –uno de los grandes atractivos de la Segunda– un Real Madrid-Girona de Primera División por mucho que sean el primer y segundo clasificado de la categoría reina del fútbol de nuestro país.